POR ÓSCAR GAVILÁN
Jorge Darío Mendoza, quien nació en la ciudad de Formosa, Argentina, hijo de paraguaya, llegó a los 15 años a nuestro país. Jugó en el club Atlético Peñarol de J. Augusto Saldívar a los 15 años. El técnico Félix Darío León lo trajo a Guaraní, en donde juega desde los 16 años. En el año 2010 hizo su debut en primera e integró el equipo campeón del Legendario, junto a grandes figuras como Fabbro, Teixeira, Ortiz, Cáceres Cañete, entre otros. Mendoza no tardó en afianzarse y ganarse un lugar en el equipo en base a sacrificio y dedicación. Y gracias a su buen rendimiento tuvo la ocasión de integrar la selección nacional. Jorge Darío en diálogo con La Nación calificó su temporada como la mejor de su carrera deportiva y nos comentó que está aguardando su primera transferencia internacional, también la llegada de su segundo hijo Thiago Darío.
-¿Cómo evaluas el año 2015?
-No puedo quejarme de esta temporada, creo que fue el mejor año, tanto como futbolista, como en la vida personal. En lo deportivo, tuvimos un año histórico, tanto en la Copa Libertadores como en el torneo local. Y en lo personal, estoy muy contento por el respaldo familiar. Gracias al fútbol, cumplí la promesa a mi madre de construirle una casa propia y hoy solo estoy a la espera de mi primera transferencia internacional, además de la llegada de mi hijo Thiago Darío.
-¿Cuál fue el secreto del éxito en Guaraní?
-La unidad del grupo, la mayoría somos amigos que compartimos desde las divisiones inferiores. Más que amigos, somos como hermanos, que nos respaldamos en todo momento, conformamos una familia. Los compañeros son excepcionales como futbolistas y como personas. Realmente, estoy orgulloso de mis compañeros y también de la directiva, que nos apoyó en todo y depositó su confianza en este grupo, que hizo historia en el campo internacional.
-¿Estás pendiente de la transferencia?
-Sí, como profesional uno siempre anhela llegar bien alto. Creo que todo jugador pretende una transferencia internacional, porque es una manera de fortalecerse como futbolista y también respaldar económicamente a la familia. Cuando uno juega en el exterior tiene además mayor posibilidad de integrar la selección nacional, que es una de mis prioridades como jugador.
-¿Qué opinas del técnico Jubero?
-Es un excelente profesional que nos dejó mucha enseñanza, de cómo convivir entre los compañeros. Él fue como un padre que nos aconsejaba siempre, no solamente como ser futbolista sino como personas, el cuidado fuera del campo de juego. Jubero es un técnico excepcional. Su salida nos dolió, pero como profesional seguro tiene objetivos de ir creciendo. Le deseo lo mejor y espero verle muy pronto al frente de un club poderoso de Europa.