En Caacupé no todo es misa y pagar promesas. La mayoría de los peregrinos aprovecha la llegada a la Villa Serrana para distraerse un rato, comprar presentes y recuerdos, así como también visitar el Pozo de la Virgen, cuya agua muchos aseguran que es milagrosa. Otros aprovechan su estadía por Caacupé para darse un chapuzón en uno de los tantos arroyos de la ciudad.

Ayer, cientos de personas se agolparon hasta el mítico Ycuá para hacerse con un poco del agua bendita. Los fieles que olvidaron recipientes para llevar el líquido, simplemente los pueden comprar en los alrededores, ya que existen decenas de vendedores de bidones, de todo tipo, colores y precios.

Pero para llegar hasta el Tupasy Ycuá, hay un sinfín de entrenamientos y distracciones, desde venta de todo tipo de artículos hasta las ofertas de chipas, butifarras, asaditos y otros tipos de comestibles; hasta los juegos de azar.

Las chiperas vestidas pulcramente, montando sus canastas llenas de chipas sobre soportes de madera, adornan la ciudad desde los alrededores de la Basílica y Santuario, hasta los sitios más lejanos de Caacupé.

Los lugares donde la gente prueba su suerte están esparcidos por todos lados. Sin embargo, la mayor concentración se da en las inmediaciones del Mercado Municipal y también en los alrededores del Tupasy Ycuá. Asimismo, los tipos de juegos varían desde explotar globitos inflados y soplados mediante un ventilador, hasta la ruleta, la pesca de juguetes y la "argollita". El ingenio para obtener algún dinero, aprovechando la gran cantidad de fieles, no tiene límites.

CUIDADOS

Tras la peregrinación y posterior recorrido por la ciudad, muchos fieles terminan parando en las carpas de atención sanitaria, ya sea por ampollas en los pies, así como también por otro tipo de dolencias.

Hasta ayer a la mañana, el Ministerio de Salud reportó a 4.524 personas atendidas en los distintos puestos montados en el marco del operativo Caacupé 2015.

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