Por Jimmi Peralta.

Es tomar el centro por asalto. Otros dirán que esto es ocupar lo propio para el disfrute de todos. De cualquiera de las formas en las que pueda definirse este fenómeno asunceno en el que los músicos ocupan las calles cual galería de arte urbano a cielo abierto para mostrarse, está claro que el crecimiento sigue siendo su tendencia, ahora con música folclórica a la gorra.

Paula Rodríguez, Carmen Monges y Javier Palma, bajo, arpa y percusión, respectivamente, ensanchan la propuesta iniciada por la gente que gusta del casco histórico e hizo suya la calle como el proyecto Jazz a la Gorra. Ahora al blues se le suma polca, galopa, guarania, y otras variaciones del acerbo folclórico nacional.

De manera independiente, los músicos se presentan en la vereda de calle Palma casi Nuestra Señora de la Asunción todos los domingos de tarde.

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"Hace tiempo ya empezamos a tocar folclore como grupo, desde hace años con Carmen Monges y Javier Palma. Hace muchísimo surgió la idea de tocar en la calle, pero no se dio nomás. Después surgió jazz en la calle y después blues en la calle, y nos dijimos 'vamos a hacer nosotros folclore en la calle'", comenta Paula.

El trío se confiesa amante de lo folclórico. "A nosotros nos regusta.

No es para ganar dinero, sino que tocamos porque nos gusta", explica la bajista.

La propuesta busca difundir además los nuevos trabajos, las nuevas composiciones de artistas jóvenes en este género.

Reconocer la calle como un territorio de control ciudadano es un proceso en construcción en la conciencia colectiva. Primero los artesanos y artistas de prácticas más itinerantes fueron haciendo ferias de las veredas y show de malabares en los semáforos. El centro genera sus propias actividades, su gente, por fuera de las instituciones. "Ahora repega el centro", agrega la joven.

"Así empezó. Nosotros queríamos escuchar música, y no sabíamos en dónde. Eso nos llevó a buscar lugares. La Curva desapareció hace años ya", comenta Palma. "No había lugares, y fueron diciéndonos después lugares, superunder, boliches, copetines, y nos fuimos. Y ahí se fueron dando las cosas", complemente Paula.

OTROS ARTISTAS

Cada domingo, antes de Jazz a la Gorra, este trío se complementa con otros artistas que van rotando, y ofrecen en la calle un repertorio tan amplio que incluye obras como "Pájaro campana", "Isla Saca", "Boyerito", "Choguy", "Lucerito Alba", "Misionera", "Choli", entre otras creaciones propias de la música popular.

"La primera vez que nos fuimos dijimos 'vamos a tocar así, simple, dos acordes, el rock and roll del folclore', así, sin ninguna variación, bien tradicional", explica Rodríguez.

Tanto Javier como Paula provienen de la ciudad y su cultura más cosmopolita. "Carmen viene del folclore. Ella tiene puesto el folclore. A parte de que estudió desde chica", explican.

La misma formación, lo que cada uno tiene puesto, eso hace que suene diferente a lo tradicional. Venimos experimentando esta idea en distintos proyectos. Se globaliza la cosa, pero vos necesitás algo que te diga de dónde sos", afirma Palma.

Folclore a la gorra tiene una propuesta muy particular, y proviene de la generación de músicos con mayor educación formal en la música.

"Renovar la música paraguaya es un proceso natural. De algún lugar va a venir, no importa si viene de un grupo de Asunción o del interior. Va surgir algo nuevo, pero la gente sola la que define qué funciona y qué no funciona", explica Palma.

INNOVAR

Tratando de respetar lo tradicional, los músicos buscan también innovar: "La cuestión pop a nosotros no nos interesas, la cuestión del show tampoco. No pasa por ahí lo que a nosotros nos interesa. A nosotros nos interesa la cuestión de la música. De hecho creemos que primero hay que investigar mucho la raíz, para poder buscar caminos nuevos".

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