Por Antonio Torres de Cerro. EFE.

El coordinador de las excavaciones, Mario Varela Gomes, destaca el carácter insólito de la pieza tanto como su valor artístico de la gran calidad de la porcelana, el motivo de las escenas, no eróticas -comunes en ese tiempo- y sí pornográficas, confiere a la pieza un carácter extraordinario.

Las sosegadas y recatadas estancias de un convento lisboeta guardaban un valioso pero comprometedor tesoro para la época en que ha sido datado. Su propietario o propietaria pudo haber sido perseguido por tener una pieza artística hoy única en Portugal, desconocida en el resto de occidente y en aquellos tiempos susceptible de acarrear más que una censura moral y religiosa, sobre todo si estaba entre las pertenencias de alguna de las monjas que pasaron en ese recinto buena parte de su vida.

Los motivos pornográficos -más que eróticos- de un antiquísimo y valioso jarrón chino hallado entre las ruinas de un convento portugués son únicos en el arte conocido del siglo XVII.

La vasija aporta interesantes pistas sobre la vida de los aristócratas en el imperio chino del siglo XVII.

Lisboa acumuló durante siglos valiosas piezas del Lejano Oriente por su intensa actividad de ultramar.

Un equipo de arqueólogos lusos en busca de la historia que rodea la arquitectura religiosa portuguesa encontró la pieza, una vasija realizada en porcelana china en el siglo XVII y considerada de un gran valor artístico por sus inéditas imágenes pornográficas, más que eróticas, inspiradas en el Kamasutra, el famoso libro hindú sobre posturas para realizar el acto sexual.

La representación sin tapujos del sexo entre un hombre y una mujer, plasmado en los restos de un jarrón de 18 centímetros de diámetro, fue toda una sorpresa.

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