Suiza, que fue la cuna de la gestión de patrimonios extranjeros en la década de 1920, solía ser un paraíso fiscal sin igual. Sin embargo, desde la década de 1980, los evasores de impuestos tienen una gran variedad de opciones: pueden ocultar activos en cualquier lugar, desde las Bahamas hasta Hong Kong. El porcentaje del patrimonio global que se conserva en el extranjero ha aumentado de manera drástica, aunque es difícil dar una cifra exacta e identificar a sus propietarios.
Pocas instituciones extranjeras solían divulgar esa información. Sin embargo, en el 2016 muchos autorizaron al Banco de Pagos Internacionales poner a disposición del público sus estadísticas bancarias. Gracias a estos datos, un nuevo estudio de los economistas Annette Alstadsaeter, Niels Johannesen y Gabriel Zucman concluyó que el patrimonio acumulado en los paraísos fiscales equivale a cerca del diez por ciento del PIB global.
Este promedio no refleja algunas variaciones enormes: activos rusos con un valor equivalente al 50 por ciento del PIB se mantienen en el extranjero. El porcentaje de países como Venezuela, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos se ubica en el rango del 60 al 70 por ciento, mientras que el Reino Unido y Europa continental solo alcanzan el 15 por ciento y el porcentaje que registra Escandinavia es mínimo.
Una conclusión es que las personas no envían su dinero al extranjero a causa de las tasas de impuestos elevadas, como las de Dinamarca o Suecia. Más bien, la mayor parte del patrimonio que se envía al extranjero se relaciona con factores como la inestabilidad política y económica, además de una abundancia de recursos naturales.
La cercanía con Suiza también es un buen indicador. Sin embargo, desde que estalló la crisis financiera, el número de activos que se conservan en ese país ha ido en declive, mientras que los que se conservan en Hong Kong aumentaron un 600 por ciento entre el 2007 y el 2015. Este territorio chino ahora se clasifica en segundo lugar, detrás de Suiza. Zucman atribuyó este desplazamiento a presiones del extranjero sobre los bancos suizos tras los escándalos recientes, además de un aumento en el patrimonio de Asia.
Si se toman en cuenta las carteras en el extranjero, parece ser que la desigualdad es todavía mayor de lo que se pensaba. En el Reino Unido, Francia y España, el 0,01 por ciento de los hogares con más recursos guardan entre el 30 y el 40 por ciento de su patrimonio en paraísos fiscales. En Rusia, la mayor parte va ahí. En Estados unidos, la proporción del patrimonio que corresponde al 0,01 más rico es tan alta en la actualidad como en la Europa de principios del siglo XX. Si se incluyen los datos de valores en el extranjero, aumenta la proporción del patrimonio de la clase extremadamente rica.
Sin embargo, todavía faltan muchos datos. Unos cuantos grandes centros, como Panamá y Singapur, todavía no divulgan estas estadísticas. Además, los datos del BPI cubren solo depósitos bancarios, no los valores en que está invertida la mayor parte del patrimonio en el extranjero. Algunos investigadores calcularon esta brecha, pero lo más probable es que sus cifras sean conservadoras.
Zucman opinó que debería obligarse a los paraísos fiscales a ser más transparentes y que las instituciones que facilitan la evasión fiscal deberían enfrentar sanciones más estrictas. En la actualidad, las multas muchas veces se consideran el costo de hacer negocios y son pequeñas en comparación con las ganancias. Amenazar a los bancos con retirarles su licencia sería una motivación más efectiva.
"En todo el mundo hay una gran demanda de servicios de evasión fiscal", afirmó Zucman. "Si no existen sanciones considerables, siempre habrá oferta suficiente para cubrir la demanda".