Los esposos Rafael Filizolla y Desirée Masi, propietarios del Partido Democrático Progresista (PDP), manejan los destinos de cruciales coyunturas en las que se tienen que tomar decisiones claves sin que –en el caso de ellos– nadie cuestione "la politización de la justicia".
Una de las evidencias es que el principal abogado que persigue en todos los procesos al entorno presidencial es nada menos que Guillermo Duarte Cacavelos, quien al mismo tiempo es candidato a senador por este partido político.
Pero la cuestión va más lejos aún: el mismo partido de la opositora dura del Gobierno, senadora Desirée Masi, colocó a su candidato a diputado José Casañas Levi como asesor de Eduardo Petta en la función de Miembro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y probablemente es quien "libreta" todas las actuaciones del mencionado congresista.
CÍRCULO PERFECTO
Con estas piezas a cargo del PDP (Duarte Cacavelos, Casañas Levi y Eduardo Petta), los Filizolla-Masi tienen, por un lado, el manejo de casos claves y, por otra parte, "la política del garrote" contra magistrados o fiscales que no se alineen a sus pedidos. Este es el caso, por ejemplo, de la fiscala Raquel Fernández que, como se esperaba, ya fue convocada a declarar por Petta.
Algunas fuentes señalan que no sería raro que al concluir sus funciones como congresista en julio, Petta pase al mencionado partido de oposición. Recordemos que en cinco años se mudó media docena de veces de sector político.
REY DE CHICANAS
El caso de Rafael Filizzola en la Corte Suprema de Justicia sigue navegando en las aguas de la chicana mediante el favor especial de varios ministros de la Corte. El modus operandi de la pareja consiste en que su esposa, la senadora, impide el enjuiciamiento de los magistrados que operan en favor del ex ministro del interior.