La guerra entre narco­traficantes que buscan tomar el poder en nues­tro país se habría trasladado hasta Asunción, donde pasa­das las 14:30, sicarios atenta­ron contra los ocupantes de una camioneta que circulaba por el barrio Manorá, sobre las calles Prócer Juan M. Iturbe y Franklin Boccia.

Rociaron el vehículo a balazos y mataron a un menor de 5 años de edad, de nombre Gabriel Giménez, y a un hombre, iden­tificado como William Gimé­nez, ambos serían padre e hijo. El hombre recibió impactos de bala en la cabeza y en la espalda. Otro hombre quedó gravemente herido. Se trata de Willer Fidelino Lezcano, de 25 años, quien recibió heridas en el brazo, el tórax y la panto­rrilla, tiene antecedentes por un robo en el 2011 en Pedro Juan Caballero. Un cuarto hombre, identificado como Éver de Figueredo Souto, ciudadano brasileño, corrió cuando se produjo el atentado y logró salvarse. Actualmente se encuentra en la Comisaría 10ª Metropolitana. Según los investigadores, las vícti­mas del atentado ingresaron el martes a nuestro país por Ciudad del Este desde Brasil.

EL ATENTADO

Personal de Criminalística de la Policía Nacional levantando evidencia en el lugar del atentado.foto: CRISTÓBAL NÚÑEZ

Cuando uno de los ocupan­tes del vehículo en el que via­jaban las víctimas descendió para abrir el portón de la casa, fue atacado a balazos por los sicarios, quienes se encon­traban en el lugar. En eso, el chofer retrocede, mientras los sicarios continúan dispa­rando al vehículo, que recibió más de 30 impactos de balas de armas de fuego de alto poder. Luego abordan una camioneta de color bordó para seguir a sus víctimas. Uno de los ocupan­tes, Éver de Figueredo Souto, quien sería un empresario bra­sileño y el supuesto objetivo de los criminales. El conductor, quien fue llevado hasta el hos­pital en estado crítico, falleció alrededor de las 16:15; el otro hombre herido, Willer Lez­cano, ingresó a terapia inten­siva, pero no reviste gravedad; mientras que el niño falleció en el acto.

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TESTIGOS DEL BARRIO

"La balacera duró 30 segun­dos, que se dio en medio de una persecución. La camio­neta recibió varios impactos, es llamativo lo que ocurrió, es un lugar donde circula poca gente", dijo un testigo que pre­firió no dar a conocer su identi­dad. "Mucho no sabemos. Solo empezamos a salir porque vimos que se inició una per­secución. Yo escuché una bala­cera, pensé que era el tiempo feo. Sin embargo, vi que una camioneta que iba delante de otra inició los disparos", aña­dió otro vecino.

Las víctimas fueron derivadas hasta el Hospital de Trauma, donde uno falleció y otro se encuentra internado.foto: CRISTÓBAL NÚÑEZ

NEXOS CON EL NARCOTRÁFICO

La camioneta atacada es una Toyota Fortuner, color gris, con chapa BZR 706. La misma figura a nombre del Grupo Cristo Rey, de Pedro Juan Caballero, que pertenecería a Clemencio Gringo González, conocido narcotraficante pedrojuanino. Asimismo, según las primeras averigua­ciones, se tiene información de que William Giménez, el cho­fer, se trasladaba con frecuen­cia desde Pedro Juan hasta Asunción para visitar a Jar­vis Ximenes Pavão en la Agru­pación Especializada.

INFORME MÉDICO

El director médico del Hos­pital de Trauma, Luis Carlos Báez, confirmó que dos heridos llegaron hasta el centro asis­tencial tras la balacera. Uno de ellos falleció minutos después de llegar al nosocomio, a causa de la profusa pérdida de san­gre. "Uno falleció a las 16:15. Tenía dos heridas de bala en la cabeza y otra en la espalda. El otro está con heridas, pero consciente. El fallecido llegó agonizando al hospital".

INVESTIGACIÓN

Tras el atentado, una comi­tiva fiscal policial allanó la vivienda de Giménez. La fis­cala que lleva el caso es Ariela Chaparro. También circula­ban versiones de que los sica­rios habían sido detenidos por la Policía en una barrera, pero solo se trató de una coinciden­cia, ya que los detenidos trata­ron de huir de la barrera por­que traían consigo marihuana, a más de oler a pólvora y circu­laban con una camioneta de las mismas características a la usada por los sicarios; también que la casa había sido allanada anteriormente y que era cono­cida en el barrio como "resi­dencia de narcotraficantes".

Entre las calles Prócer Iturbe y Franklin Boccia quedó el vehículo.

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