Durante cuatro días, científicos, estudiantes y amantes de las ciencias e investigaciones se congregaron en el II Encuentro de Investigadores organizada por la Sociedad Científica del Paraguay. Con más de 200 proyectos presentados -que buscan solucionar la calidad de vida de la gente en diferentes áreas- el evento congregó lo mejor de la investigación científica paraguaya.

• Por ALDO BENÍTEZ
• Periodista
• aldo.benitez@gruponacion.com.py

La investigación cientí­fica se mostró, durante mucho tiempo, como un sector exclusivo para una élite estudiantil. Este evento, que culminó el vier­nes último en el local de la Sociedad Científica del Para­guay, muestra que la mura­lla que aislaba al mundo de las ciencias y las investiga­ciones de los estudiantes e interesados se está derrum­bando, poco a poco.

"Lo importante es que con todo esto, se demuestra que Paraguay tiene un escena­rio propicio para difundir más las ciencias y las tec­nologías entre los jóvenes", dice Camilo Caballero, estu­diante de la Universidad de Salamanca, que trabaja en su tesis de doctorado justa­mente sobre la percepción que tienen los estudiantes secundarios de lo que repre­senta la investigación cien­tífica.

Una de las conclusiones del trabajo de Caballero, denominado "Percepción Pública de la Ciencia, Tecnología e Innovación en Jóvenes de Asunción, y cuatro ciudades principales del interior del país" fue que existe una suerte de falta de información precisa para los estudiantes. No obstante, dentro de la encuesta que abarcó su investigación, tanto la ciencia como la investigación ocupaban, detrás de los deportes, las áreas de preferencia de los chicos.

"Lo que se puede percibir de las encuestas es que hay un entusiasmo naciente en los estudiantes de secundaria, pero la falta de buena infor­mación es un factor a tener en cuenta. Por ejemplo, una gran parte respondió que les gustaría hacer investigacio­nes; sin embargo, la mayoría no sabía si existía investiga­dores en el país, ni conocía al Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología)", subraya Caballero.

El encuentro sirvió para conocer investigaciones de diversas áreas. Un ejemplo es el trabajo de Laura Villalba, que presentó un proyecto para disminuir el conflicto entre yaguaretés y ganado vacuno en las estancias del Chaco. El objetivo es buscar la conservación de estos feli­nos (Panthera onca, según su nombre científico) y a la vez generar un impacto posi­tivo en la economía ganadera de la zona.

El trabajo está siendo ejecutado en forma conjunta entre la WCS Para­guay y la Facultad de Cien­cias Exactas y Naturales (Facen) de la UNA. "Esta­mos trabajando en estrate­gias antipredatorias en las estancias chaqueñas. Busca­mos evitar que los felinos lle­guen hasta los ganados para evitar dos cosas; la muerte de las cabezas de ganado y proteger a los yaguaretés del ataque de los capataces de estancias", explica Villalba.

Hasta ahora, dos técnicas empleadas en este proyecto están dando resultados, evitando que los jaguaretés lleguen hasta la zona de los ganados. Se estima que casi 140 cabezas de ganado mueren por año por estancia, debido a los ataques de yaguaretés, que terminan siendo eliminados por los estancieros.

Cathia Coronel es otra joven investigadora que participó del encuentro. "En mi pro­yecto, básicamente, estamos buscando nuevas medicinas para tratamientos contra enfermedades producidas por bacterias hospitala­rias", señala Cathia. El tra­bajo empezó hace un año y se extenderá hasta principios del 2018. La idea es llegar a conclusiones que permitan encontrar una nueva medi­cina, que apunte a ayudar en el proceso de tratamientos antibacteriales.

"Este tipo de encuentros nos ayuda muchísimo, por­que uno genera contacto. Te da una perspectiva para que puedas tener una siguiente idea", dice Cathia. Como parte de su proceso inves­tigativo, estuvo de inter­cambio en la Universidad de Antioquia, Colombia, donde aprendió nuevas téc­nicas para el tratamiento de parásitos y procesos de manejos laboratoriales en este campo.

Diego Bareiro y Enrique O'Durnin, estudiantes de la Facultad de Química de la UNA, tienen entre manos una investigación con resultados auspiciosos y alentadores. El nombre, que se denomina oficialmente como "14-INV-186: Control de algoritmos iterativos en bloques basados en el subespacio de Krylov-Cabibeskry", permitió confirmarles una hipótesis acerca del comportamiento de contaminantes en el lago Ypacarai.

"Es una herramienta que permite predecir cómo le puede afectar un contaminante al lago. Armamos una simulación del lago y con este método se puede calcular las zonas más afectadas en cuanto a su contaminación" expone Bareiro. "Permite saber dónde se concentra la mayor cantidad de contaminantes, puede ser muy útil para usar de modo preventivo" dice a su vez O'Durnin.

Ambos estudiantes vienen trabajando hace año y medio en el proyecto y consideran que los resultados son alentadores para buscar solucionar el grave problema de la contaminación de una de las riquezas naturales más importantes del Paraguay, que desde hace años viene sufriendo por los contaminantes en sus cauces.

Para la doctora Antonieta Rojas, presidenta de la Socie­dad Científica del Paraguay, este nuevo encuentro resultó un éxito, no solamente por los números –se presentaron más proyectos (200) que el año pasado (150)– sino que además, sirvió para que sea un foro de discusión acerca de la realidad científica del país.

"Tenemos que hacer de este tipo de encuentros una marca. Que sea un evento en donde podamos discutir el futuro y presente de las investigaciones científicas en Paraguay", expone Rojas. La doctora, que es la primera mujer en ocupar dicho cargo tras 95 años de vida institu­cional, afirma además que Paraguay tiene mucho que ofrecer en el campo de las investigaciones, por lo que este evento debe fortalecerse año tras año.

Fueron cuatro días de puro entusiasmo y ganas de mostrar lo mejor que uno tiene. Estudiantes, cientí­ficos y amantes de las investigaciones cerraron una semana en donde la ciencia y la inves­tigación paraguaya presen­taron sus mejores galas.

Si bien es un arranque estimulante, es apenas la primera parte de un camino que falta mucho por recorrer.