Washington, Estados Unidos. AFP.
La esperanza de obtener la ciudadanía de 1,8 millones de inmigrantes llevados ilegalmente a EEUU cuando eran niños está en juego, desde este lunes, cuando el Senado inició un largo debate sobre un gran proyecto sobre inmigración, no exento de obstáculos.
El presidente Donald Trump promete la ciudadanía a todos esos jóvenes, excediendo el número de beneficiarios que contemplaba la oposición demócrata, pero solo a cambio de duras restricciones a la inmigración legal y del financiamiento para construir un muro con México. La propuesta migratoria del mandatario, publicada a fines de enero, está en el centro de un proyecto de ley que debe presentar un grupo de senadores de la mayoría republicana y que podría sentar nuevas bases en el sistema migratorio o diluirse en fracaso.
Aunque el Senado votó sin contratiempos el lunes iniciar el amplio debate, el tiempo corre: casi 700.000 "dreamers", que se acogieron al programa DACA, están en riesgo de perder sus protecciones legales el mes próximo. Ese programa de Barack Obama, que les permitía desde el 2012 trabajar y estudiar, fue cancelado por Trump, quien dio al Congreso hasta el 5 de marzo para dar una solución definitiva al tema, aunque un juez federal de San Francisco temporalmente suspendió esa decisión y la Corte Suprema fue llamada a pronunciarse.
Para obtener el financiamiento para el muro, los senadores republicanos presentan un proceso de naturalización para 1,8 millones de "dreamers" a cambio de un compromiso de financiamiento por US$ 25.000 millones para la construcción del controvertido muro y un fuerte recorte de la inmigración legal mediante la eliminación del sorteo de visas de residencia (green cards) y de la "migración en cadena" o reunificación familiar ampliada, que queda limitada a cónyuge e hijos menores de edad.