Buenos Aires, Argentina | AFP.

Por Daniel MEROLLA

La exmandataria argentina Cristina Kirchner medirá fuerzas el domingo con las listas oficialistas del presidente Mauricio Macri en las primarias obligatorias, una elección sin vencedores ni vencidos que sólo confirmará las candidaturas a las legislativas del 22 de octubre.

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Kirchner, de 64 años y quien gobernó entre 2007 y 2015, es precandidata al Senado por un minúsculo partido de centroizquierda que acaba de fundar. Su poder electoral está en la provincia de Buenos Aires, distrito clave con casi el 40% del padrón de 34 millones de votantes.

"La expresidenta trata de mostrarse como el único 'límite' a Macri, sin cambiar el tono de su campaña moderada", señaló a la AFP el politólogo y consultor Rosendo Fraga.

Las primarias argentinas son una extravagancia. No se compite. Las candidaturas para renovar el Congreso ya están decididas por cada partido. Macri (58), de hecho, se somete a examen electoral. Es la primera vez desde que asumió hace 21 meses y en mitad del mandato.

"Si bien las primarias no tienen efecto institucional, su mayor consecuencia será simbólica. Macri busca acumular fuerzas para asegurar gobernabilidad y la oposición una señal al gobierno de que está haciendo mal las cosas", dijo a la AFP el sociólogo y consultor Ricardo Rouvier.

El congreso argentino está controlado por una mayoría opositora, dominado por el kirchnerista Frente para la Victoria y aliados (36 senadores y 72 diputados), además de minorías de bloques progresistas y justicialistas.

El interbloque oficialista Cambiemos, con 17 senadores y 87 diputados, ha logrado imponer leyes y reformas reclamadas por Macri gracias a votos divididos de bloques peronistas.

Encuesta con urnas

Macri encabezó esta campaña para apoyar a sus candidatos y argumentar que se trata de una elección entre su modelo de apertura económica o "volver al pasado", como dice sobre la opción de Kirchner que propone mayor proteccionismo estatal.

El presidente es el primer político argentino de derecha que llegó al poder por los votos y rompió la hegemonía de gobiernos peronistas o radicales socialdemócratas.

Tiene un gabinete de empresarios y una base firme de apoyo de entre 25% y 30% a nivel nacional, según encuestadores.

"Una parte de la ciudadanía aún sigue apoyando a Cambiemos (alianza macrista), cuando padece todos los inconvenientes en la economía, 'tarifazos', desempleo, inflación, etc", afirmó a la AFP el consultor y economista Pablo Tigani.

El opositor Partido Justicialista (PJ, peronista) está atomizado. Sólo un grupo de fieles acompaña a Kirchner mientras su flamante Unidad Ciudadana (UC) se presenta únicamente en tierra bonaerense, donde hizo campaña sin actos públicos.

Se apartaron de ella poderosos jefes peronistas de la central obrera CGT y gobernadores provinciales.

"El domingo se dirá que Cambiemos es la fuerza nacional más votada, con un porcentaje que puede rondar 30%. La dispersión del peronismo hará que Cristina sea la segunda al 15%", pronosticó Fraga.

De economía ni hablar

El macrismo evitó hablar mucho de la economía en la campaña. Desde que Kirchner dejó el poder, el desempleo creció de 6% a 10% y la pobreza se cifró en 32%. La inflación se disparó a 40% anual tras devaluar Macri en 2015 y no se frenó. Este año rondará el 22%, según consultoras.

Cierran fábricas como Pepsico (alimentación) y Atanor (petroquímica). Las textiles agonizan por la apertura importadora, según la cámara ProTejer. Pero la banca admite ganancias multimillonarias. La deuda financia el déficit fiscal, según indican los economistas.

El banco Morgan Stanley (MSCI) desató en junio la incertidumbre al no sacar al país de la calificación de "mercado fronterizo" al desconfiar en que avancen reformas neoliberales.

Esa noticia derribó las expectativas del mercado local de subir un escalón en la calificación luego de que en 2009 MSCI había puesto en capilla a Argentina "por las continuas restricciones al flujo de capitales".

En un escenario volátil todo el mundo se lanzó al segundo deporte favorito después del fútbol: comprar dólares a granel, lo que ha generado una devaluación de más del 10% en el último mes y medio.

¿Cuál corrupción?

El otro tema de campaña es la corrupción, un enredo de acusaciones cruzadas.

Los macristas acusan a Kirchner de haber cobrado sobornos escondidos en pagos de alquileres de sus propiedades. Los opositores se enfurecen con Macri que apareció en el escándalo de cuentas 'offshore' de Panama Papers.

Pero la gente vota con el bolsillo, apuntan los analistas que señalan que a Macri no se le acabó el crédito político pese al estancamiento económico.

Kirchner resurgió a la sombra de la inflación y los 'tarifazos'. Y nadie espera cambios dramáticos. "En octubre habrá algunas bancas más para Cambiemos en el Congreso, que seguirá en manos de la oposición", indicó Fraga.

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