Buenos Aires, Argentina | AFP
Las centrales obreras de Argentina se plantaron este martes contra la política económica del presidente liberal Mauricio Macri y anunciaron una huelga general, pero sin fecha, pese al reclamo de una multitud que marchó en Buenos Aires.
"¡Poné la fecha! ¡Huelga general!", demandaron con cánticos a voz en cuello manifestantes a los líderes de la protesta, en el acto de cierre de la gigantesca movilización, comprobó un periodista de la AFP.
Los airados reclamos derivaron en empujones y algunas corridas en la cabecera de las columnas.
"La fecha ya está puesta. Si este gobierno no rectifica la política, los primeros días de abril va a haber un paro de 24 horas", advirtió Héctor Daer, secretario de la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor de las centrales obreras convocantes.
Macri sostiene que la economía Argentina "está mejorando", pese a que las cifras, incluso las oficiales, dan cuenta de que sigue la recesión, con caída del consumo, de la industria y las exportaciones.
La única excepción son las dinámicas exportaciones de granos y de arándanos, dijo Macri ante el Congreso el 1 de marzo.
Al compás de bombos y tamboriles, el centro de la capital de se cubrió de un mar de banderas y grandes cartelones de cada sindicato.
La concentración se produce mientras los docentes de la educación pública y los hospitales cumplen el segundo día de una huelga de 48 horas por reclamos salariales.
La manifestación fue convocada frente a los cierres y despidos en fábricas perjudicadas por la apertura de importaciones y la caída del consumo.
Fue una demostración de fuerza a la que se sumó todo el arco sindical, organizaciones sociales y políticas opositoras.
En 2016 el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 2,3% con un tibio repunte en el último trimestre tras cuatro consecutivos de caída.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ratificó el rumbo económico. "Si el gobierno no hubiera tomado las medidas que adoptó, la pobreza sería del 80% como es hoy Venezuela", se defendió.
Decepción
"El gobierno nacional ve un retrato social y económico que la mayoría no ve", reprochó el sindicalista Juan Carlos Schmid, del triunvirato que conduce la CGT, al criticar el optimismo de Macri frente a una realidad "con suspensiones, despidos y pérdida del salario".
Esta fue la segunda movilización masiva de la CGT y las dos secciones de la central CTA desde que asumió Macri en diciembre de 2015, luego de la primera en mayo de 2016.
Hasta ahora la CGT se había mostrado conciliatoria con el gobierno, pero sindicatos más combativos reclaman desde hace tiempo una huelga nacional contra el modelo económico neoliberal.
Walter de Brito, profesor de escuela media, se expresó furioso y decepcionado con la CGT. "Es una vergüenza lo que han hecho estos tipos (los sindicalistas) no merecen ser representantes de nadie, hay razones de sobra para un paro general y no nos están defendiendo", dijo a la AFP.
La desocupación roza el 10% con miles de despedidos por cierres de fábricas y la pobreza alcanza a uno de cada tres argentinos.
En una adhesión inédita se sumó a la protesta la central de pequeños y medianos empresarios CAME por el deterioro del consumo y el alza de tarifas de servicios públicos que el gobierno aumentó en 400% promedio.
– Cambiar el rumbo –
La CGT busca torcer el brazo del gobierno que trata de encorsetar los ajustes salariales a la pauta inflacionaria para este año, fijada en 17%.
Los sindicatos reclaman un 30% para recuperar parte del poder adquisitivo perdido en 2016, cuando se pautaron ajustes salariales en torno al 24% y la inflación llegó al 40%.
Justo en esta jornada, se divulgó el índice oficial de la capacidad instalada de la industria, que se situó en un muy reducido 60,6% en enero.
Hugo Timón, 46 años, trabajador de un taller industrial de San Martín (periferia) llevaba en su mano una bandera del sindicato metalúrgico con la leyenda "Defendamos la industria nacional".
"Tenemos que hacernos ver, no buscamos voltear a Macri, pero sí que reconozca que esto va mal, muy mal", sostuvo.