No se sabe su edad ni su nombre. La única certeza es que ya es madre. Los doctores le calculan entre 10 a 13 años. Llegó el martes pasado desde Tte. Irala Fernández, Chaco paraguayo, hasta el hospital de Clínicas, en San Lorenzo, en donde ayer dio a luz a una niña. Ambas están desamparadas.
Por Aldo Benítez – @aldo.benitez@gruponacion.com.py / @aldo_be
Fotos: Néstor Soto
En el carnet del Instituto Nacional del Indígena (INDI) con el que se presentó la madrugada del martes en el hospital de Clínicas, figuraba un nombre; R.Z., que nació, supuestamente, en el año 2.000. Sin embargo, comparando la foto, los rasgos físicos y por lo que dijo posteriormente J. Z., la abuela de la adolescente, el documento no le pertenece a la niña. Según la abuela, el verdadero nombre de su nieta es otro y tendría, trece años.
En los registros oficiales de Identificaciones, no existe el nombre del carnet ni el dado por la abuela, de acuerdo con lo que pudieron corroborar desde el departamento de Trabajo Social del Hospital de Clínicas. Es decir, oficialmente, la niña-madre es una "NN" que ayer trajo al mundo a un bebé, que en principio, no presenta ningún problema de salud, según los datos médicos.
A la niña la trasladó una ambulancia, ya que estaba con mareos y "le dolía la panza" según lo poco que pudo explicar la abuela. Ella, como su nieta, solamente hablan Toba Maskoy, una lengua que utilizan algunos de los 19 pueblos indígenas que habitan el Paraguay. Tanto la abuela como su hija y nieta son de la comunidad Toba Qoom, que habita el gran Chaco Paraguayo. Esta zona del país es la tierra de los Totobiegosode, una comunidad de los indígenas ayoreos que es la única que no está contactada -aparte de aquella que habita la amazonia- en toda América Latina.
El idioma, justamente, se presentó como un grave problema para comunicarse con la gente del Hospital. Al menos la abuela entiende algo de guaraní. De español prácticamente nada.
"El grave problema que tuvimos fue la comunicación. La abuela entendía algunas cosas de guaraní, pero la adolescente no hablaba nada. Igual, con gestos pudimos comunicarnos y llegar a un acuerdo para llevarlas a la cama. El proceso fue difícil por eso, por lo que la abuela tuvo que estar todo el momento con nosotros, porque la adolescente así estaba más tranquila"– explica la doctora Gabriela Arévalos, quien se encargó de la atención médica de la niña.
Clínicas: 3 a 4 partos adolescentes por día
El promedio de partos adolescentes es de 3 a 4 por día en el hospital de Clínicas, que habilitó un pabellón exclusivo para tratar con especialistas todo el trabajo prenatal y de nacimiento con las madres adolescentes. "Por semana tenemos entre 34 a 36 pacientes. Para nosotros es un tema que implica un tratamiento especial, por eso las autoridades del hospital pusieron un departamento con consultorio que se encarga de tratar a las adolescentes o niñas, de 13 a 19 años, con embarazo" – Señala la doctora Arévalos.
Según el último informe de este año del Fondo de Población para las Naciones Unidas (UNPFA), Paraguay tiene el 72,3% de embarazo adolescente, ubicándose en segundo lugar por detrás de Brasil, que con el 75,5% sigue liderando la nómina de países con mayores índices de embarazos precoces o adolescente en la región, teniendo en cuenta la relación entre nacidos y la edad de las madres. Según este estudio, de cada 100 embarazos, 20 corresponden a mujeres de entre 15 y 19 años, y en algunos casos, incluso menos de 15 años. Y la tendencia es que cada vez las gestaciones se dan en edades más tempraneras.
“Por semana tenemos entre 34 a 36 pacientes” – Doctora Gabriela Arévalos.-
Embarazo, en etapa final
La joven madre indígena ni siquiera había tenido una atención médica prenatal, según corrobora la doctora Arévalos. Es más, no se sabe si alguna vez en su vida recibió atención médica. La profesional dice que el embarazo ya estaba en la etapa final, y que es probable que llegó a los 9 meses de gestación. "Estamos pidiendo al departamento de nutrición que haga un estudio a la mamá y a la abuela, para ver cómo están en cuanto a eso" – dice la doctora.
La niña, tras quedar en observación todo el martes, ayer empezó con los trabajos prenatales. Cerca de las 16:00 subió a quirófano y una hora después ya dio a luz a su pequeña niña. Un parto normal. Quizás lo único normal en toda esta historia.
El desamparo
De lo poco que se puede hablar con J.Z., la abuela de la niña, se rescata cosas puntuales. Su nieta es huérfana de madre hace un par de años y de padre -aunque éste vive- toda su vida; tiene tres hermanos menores y nadie sabe quién podría ser el papá de la niña que parió ayer. No tiene documentos, salvo el carnet del INDI que probablemente no le corresponde.
J.Z., de pies descalzos, la piel curtida, ni siquiera tiene ropas para su nieta recién nacida. Llegaron sin nada y están sin nada desde entonces. Lo que sí tenía la abuela era hambre. En el hospital le dieron de comer. Justamente, enfermeros, doctores y algunas organizaciones que trabajan en el lugar empezaron a juntar abrigos, ropas y demás cosas para las niñas -la que nació y la madre- y también para la abuela, que está con la misma ropa desde hace dos días.
Las licenciadas Susana Aveiro y María Elena Rolón, del departamento de Trabajo Social de Ginecobstetricia de Clínicas atendieron este caso. La realidad de la niña, la criatura y la abuela se puede definir en el desamparo; están sin nada y requieren de la ayuda de la gente para poder, al menos, tener unos días de descanso, de alimentación y de revisión médica.
"Por protocolo, nosotros estamos obligados a que cada criatura que nace aquí ya tenga que tener al menos el certificado de nacimiento, una garantía documental de su existencia como ciudadano. En este caso, necesitamos la intervención del INDI y también de la fiscalía del menor porque esta adolescente no tiene documentación legal, tenemos que ver cómo trabajar en ese sentido" expone Rolón.
Por el momento, el hospital a través de la gestión de los propios funcionarios está viendo todo lo necesario para las tres mujeres. Tienen, al menos por ahora, un cuarto confortable, dentro del bloque destinado para embarazos adolescentes. Pero la nueva mamá necesita de atenciones especiales. Los pies de la niña madre están infectados de tunga, ese parásito más conocido como "pique", por lo que requiere de una atención médica especial de limpieza.
"Tiene pique, tiene varias lesiones en las piernas, pero en general, está estable, requiere de una atención pero ella está consciente, ya habla y ya está con su hija" – explica igualmente la doctora Arévalos.
INDI
Representantes del INDI estuvieron esta tarde también por el hospital de Clínicas, con la intención de conocer mejor sobre la situación de la joven madre y su abuela. En lo primero que trabajaron fue en conseguir un traductor de la lengua toba para que los doctores puedan tener una comunicación más fluida y obtener más datos, principalmente de la abuela, además de darles las instrucciones a la niña sobre lo que ahora le espera en estos días. En principio, seguirá internada por un par de días más.
Mientras tanto, la niña indígena de pies con parásitos que ni siquiera tiene cédula de identidad, esta tarde se acostó amamantando a su pequeña hija.