• POR MARIANO NIN
  • Columnista

Hoy, mañana, la próxima semana, el mes que viene, el próximo año. Día tras día nos sumergimos en una vorágine repetitiva. Los días se parecen… y no. Cada día nos roba tiempo para darle al tiempo… y seguimos, de prisa, arrastrados en el frenético transcurrir de los minutos.

No hay tiempo, y para el común de la gente las estadísticas son solo cifras. ¿Sabías que del 45 por ciento al 60 por ciento de los homicidios contra las mujeres en el mundo se realizan dentro de la casa y la mayoría los cometen sus cónyuges?

La violencia es la principal causa de muerte para mujeres de entre 15 y 44 años de edad, más que el cáncer y los accidentes de tránsito (Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en Gestión de Organizaciones). Durante el 2023 se cometieron 45 feminicidios, y las estadísticas no hacen más que crecer. En lo que va de 2024 son 10, hasta ayer.

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La violencia de género es un brutal signo de nuestros días. ¿Pero quién tiene tiempo de pensar en ello? Dos millones de niños son explotados sexualmente en el mundo, según cifras de Unicef.

Y un informe sobre la desigualdad del ingreso, asegura que en Paraguay los más ricos tienen un ingreso medio 29,6 veces mayor que los más pobres (Encuesta Permanente de Hogares respecto a la distribución del ingreso).

Los números llegan y van. Sorprenden y pasan. Asustan, incentivan o simplemente se diluyen. Pero el tiempo no se detiene, alguien dijo que es un destructor. Con cada movimiento de las agujas se pierde algo que nunca jamás se va a recuperar.

¿Cuándo fue la última vez que cerraste los ojos y te dejaste envolver por tus recuerdos? ¿Cuándo meditaste sobre tu vida, hiciste un recorrido de lo que fue o podría haber sido? ¿Cuándo te conmoviste por las cosas cotidianas? ¿Tomar tereré con los amigos, abrazar a tus hijos, conversar con tus padres o simplemente regalar una sonrisa sin motivo alguno?

La vida en sí está llena de momentos importantes que no vemos. Tomate un momento. Da un abrazo. Llamá a tus amigos. Comprale un regalo a tu esposa o jugá con tus chicos. Hacé esa llamada postergada o sencillamente algo que te demuestre que seguís siendo humano, más allá de la soledad de este siglo que te regala como compañía una computadora.

Hoy es tiempo para reflexionar. Un solo hombre con poco logró cambiar el mundo, aunque el mundo le haya dado la espalda, pero es una muestra creo. Y sí… hoy es un buen día, porque quizás cuando lo decidas ya será tarde.... tarde para darle tiempo al tiempo. Pero esa… esa es otra historia.

Etiquetas: #tiempo#minutos

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