El mandato de la máxima autoridad de la Asociación Paraguaya de Fútbol, la Asamblea, que autoriza a llamar a elecciones generales antes del tiempo establecido en los estatutos, para dar una mayor celeridad en los trabajos con miras al Mundial de Catar, es una muestra de la madurez dirigencial que marcó que el trabajo es el único modo de salir de una mala y apuntar a objetivos superiores.
No es usual que después de un fracaso, en el resultado deportivo, se apueste al mismo régimen, pero como existe una conciencia superior que entiende que hay una labor hecha y que amerita otra oportunidad, esta dirigencia dispuso el pronto llamado a asamblea para elección de autoridades que durarán cinco años en sus funciones.
Es claro que esta oportunidad y la democracia en la que vivimos da posibilidad a otro frente, para disputar con Robert Harrison la presidencia. Y si continúa el actual presidente, dará prioridad a la prosecución de un trabajo que tiene objetivos futuristas muy marcados.
Ya en una reunión de presidentes se había mencionado sobre aspectos que hacen necesaria una revolución en la matriz de nuestro fútbol. En estos días lo volvió a remarcar Gustavo Morínigo (que también continúa) y que hace a la necesidad de la creación de una selección Sub 13 y otra Sub 23.
El espacio existente, hoy día, entre los chicos que se inician en el mundo fútbol/selección es muy grande. Llegar a la Sub 15, la primera de las selecciones que tiene competencia oficial, y comenzar de cero es dar ventajas a las demás selecciones que hace rato implementaron otro tipo de trabajo. Lo mismo ocurre con la brecha de los Sub 20 y la selección de mayores, ya que no hay competencia oficial para los que pasaron los 20 años.
En un medio como el nuestro en el que la necesidad emocional es muy alta se hace imperiosa contar con más competencia, de mayores roces para llegar a la Absoluta con un alto grado de control de las emociones y un mejor rendimiento de un partido a otro. Nuestros niveles bajan considerablemente en el segundo juego, de un domingo a un miércoles.
La idea de Morínigo es una acción consensuada entre la dirigencia de la APF, Chiqui y su equipo, Gerardo González y todos los involucrados en las formativas. Si continúa Robert, lo hacen Morínigo y Gerardo, lo más lógico es que también lo haga Arce, quien será el más “beneficiado” por ese crecimiento que esperamos todos de los chicos que tendrán una mejor formación.
La venida de un extranjero supondrá una nueva filosofía que cortará esa continuidad de la que hablamos. Muchos sostienen: quiero un técnico que me clasifique al Mundial. Yo no dudo que si existe ese técnico que garantice la clasificación para Catar, Robert y toda su directiva irán en su busca, cueste lo que cueste. ¿Y después qué?
Debemos apostar por el trabajo consensuado, comenzando por las bases para que el resultado sea duradero y no pasajero. La planificación puesta de manifiesto por Morínigo es la ideal, la que nos acercará a concretar los objetivos hace rato perseguidos y que hacen relación al estilo del fútbol paraguayo y a los logros que nos lleven de vuelta a los certámenes mundiales hoy añorados.