- Christian Pérez, Periodista.
Fabuloso, para un jugador que no ha tenido casi experiencia en el fútbol máximo de nuestro país y que tuvo que sudar gotas de sacrificio para sobresalir en la mitad del mundo: Ecuador.
Desde afuera todos tienen un concepto diferente sobre él. Sus rasgos físicos y sus actuaciones en el campo advierten una persona ruda, muy seria y que solo tiene tiempo para recuperar pelotas, pero la realidad es muy distinta.
El "hombre de los tres pulmones", como se lo conocía en la Liga de Quito, habló de todo con La Nación. Contó qué objetivos tiene en Luqueño, de la nostalgia que le da la selección paraguaya, develando algunas intimidades, y también se atrevió a explicar el por qué el equipo de "Tata" Martino era diferente a todas las demás.
–Estás volviendo al fútbol paraguayo después de casi 15 años. ¿Para qué está actualmente Enrique Vera?
–El objetivo es claro: ser campeón. Vengo a Luqueño, que es un equipo grande, por su gente, por la ciudad. Tuvimos algunos traspiés pero esto recién empieza, también está la Sudamericana y algo vamos a conseguir.
–¿Por qué Luqueño?
–Porque fue el que más se interesó en mí. Yo venía conversando con la gente de Trinidense, estaba todo muy encaminado, pero me llamó la gente de Luqueño, nos reunimos y arreglamos en cuestión de minutos.
–Si bien jugaste poco en Primera, ¿qué ves de distinto en el fútbol paraguayo en comparación cuando te fuiste?
–Hay muchísima diferencia. Mejoró bastante en cuanto a canchas, infraestructura, por ejemplo ahora todos tienen lumínica, algo impensado hace un tiempo atrás. Evolucionó mucho, se está trabajando bien con las inferiores.
–Además de vos, también retornaron Roque, Riveros, Alcaraz, ahora se sumó Haedo, ¿sentís que es un torneo especial porque están casi todos de la selección de Sudáfrica?
–La sensación es como si fuese que uno viene a la selección. Tuvimos un amistoso con Cerro antes de iniciar el torneo y conversé como 20 minutos con Haedo y parecía que estábamos en la selección.
Además, con la vuelta de ellos, el torneo gana competitividad y se jerarquiza muchísimo.
–¿Qué significó el Mundial Sudáfrica 2010 para vos?
–Muchísimo, para no decir todo. Para un jugador es lo máximo estar en un Mundial. Mis hijos ahora son grandes y se dan cuenta lo que uno hizo.
–Estuviste a un paso de jugar por la selección de Ecuador, ¿cómo fue esa historia?
–Yo había pasado a un equipo grande de Ecuador (Liga de Quito) y mi ex técnico de Aucas fue a la selección. Yo en Paraguay era un desconocido, además había muchos jugadores de calidad en mi puesto, por lo que creía que nunca me llamarían. Me propusieron jugar por Ecuador y me gustaba la idea. Empezamos con los papeleos de nacionalización y cuando ya estaba todo me llamó Elvio Paolo Rosso, PF de "Tata" Martino. Me reuní con mi familia, mi representante y no había dudas sobre le tema: decidí Paraguay; fue una decisión exacta y en el momento justo.
–¿Cómo ves a la selección actualmente?
–Estábamos muy bien, después de esos partidos contra Perú y Colombia el ánimo volvió a decaer. Es un proceso largo que muchas selecciones sufrieron. Espero que a nosotros no nos cueste tanto.
–¿Qué diferencias ves con aquella camada que hizo historia en Sudáfrica?
–Puede ser el ambiente, quizás. Antes uno llegaba y estaba como en casa. Era una familia, nadie quería irse de Ypané. Uno igual quería venir a la selección aunque no le convoquen o si estaba lesionado quería hacer su recuperación ahí. Estuvimos unidos en todo. Además se encontraron jugadores en su mejor momento. No quiero hablar del grupo de ahora porque no conozco, pero yo creo que eso nos diferenció de otras selecciones.
–¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu carrera?
–Sería injusto elegir uno, porque son varios. Mi primer título con Liga de Quito, la Copa Libertadores, el gol en el Mundial, el gol de Nelson Haedo ante Argentina fue uno de los que más disfruté. Era un estadio repleto, en la cancha estaba Messi y te dabas la vuelta y le ves sufriendo a Maradona en el banco, fue único.
–¿Y el momento más triste?
–La segunda lesión con Liga (2012). Casi no jugué todo ese año. Había vuelto de una lesión grave y me volvía a romper el ligamento cruzado.
–¿Quién fue él o los jugadores que más te sorprendieron en la cancha?
–Xavi e Iniesta eran de otro nivel. Era una locura lo que jugaban. Uno se tiraba al piso, pero en vano, siempre les quedaba la pelota y vos viajabas. También fue difícil enfrentar a Messi, porque no sabías con qué te iba a salir.