• Alfredo Paredes
  • Periodista
  • alfredo.paredes@gruponacion.com.py
El sector de la construcción es uno de los segmentos que más oportunidades de progreso brindan al Paraguay, teniendo en cuenta que es un importante dinamizador de la economía y por su constante crecimiento. Una de las tantas oportunidades que se pudieron lograr, gracias a la prosperidad del sector, es la que fue aprovechada por uno de los referentes del sector de la construcción, quien se desempeña como presidente de una de las agremiaciones más grandes del Paraguay, la Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa).

Emilio Gill, quien también se desempeña como gerente comercial de Benito Roggio e Hijos, es una de las personas que quiso, desde siempre, estar ligado al mundo de la ingeniería vial y, en virtud a ese objetivo, desarrolló su vida y su trabajo en diversas obras viales. El representante del sector de la construcción vial contó a La Nación acerca de sus vivencias, sus inicios, los problemas y sus objetivos que tuvo en el marco de lo que él lo considera como una pasión.

¿Cómo inició su carrera en el sector de la construcción?

–Tengo un lindo recuerdo, empecé en la ciudad de Caacupé, en una obra que se estaba construyendo, que consistía la duplicación de una ruta desde San Bernardino hasta Eusebio Ayala. Ese mi primer trabajo en la empresa Benito Roggio fue como auxiliar de taller y me tocó empezar el 1 de noviembre del 1984, que era feriado. Eso mejoró para encarar mi vida y mi carrera de una forma responsable. Desde ese momento supe que en las obras viales no existen domingos ni feriados.

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¿Qué fue lo que lo impulsó a incursionar en esta carrera? ¿Un motivo especial?

–Creo que en el fondo siempre quise estar ligado a lo que es la ingeniería vial. Mi abuelo fue capataz de la construcción de la ruta que unía Eusebio Ayala con Coronel Oviedo. Desde pequeño llevaba en el alma eso, de alguna forma, me impulsó a llevar a acabo este sueño. Mis antepasados tienen mucho que ver con lo que soy actualmente. Me tocó agarrar con tanta pasión esta actividad que lo realizo con todas las ganas.

Mi familia me ayudó y entendió lo que hacía y respetó el exceso de trabajo que se tiene en el ámbito de la construcción. Los objetivos siempre se logran con mucha dedicación, esfuerzo y confianza en lo que uno hace. Siempre tuve bien en claro esa película.

¿Cuáles son los objetivos que tiene profesionalmente?

–Creo que todos mis objetivos ya los he cumplido. No me puedo quejar de esta vida. Estoy ocupando un alto cargo dentro de Benito Roggio. Me siento realizado, tanto profesionalmente como dentro del ámbito familiar y personal. Tengo una familia que siempre ha sido el sostén de mi trabajo, lo cual me ayudó bastante a llegar a donde, hoy, estoy ubicado.

¿Se considera una persona exitosa?

–Sí, siempre digo que soy un bendecido. Todos los propósitos que tuve las he cumplido de la mejor manera, por lo que me considero una persona capaz de cumplir con los sueños, las metas que pueda tener.

¿Cuál fue el inconveniente que tuvo que superar durante su vida laboral?

–Siempre existen dificultades que hay que ir superando. Muchas veces se producen problemas económicos de la misma empresa para cumplir objetivos, dificultades políticas, que de pronto impiden seguir con el proceso que uno está llevando.

Recuerdo la frustración que he vivido en años anteriores, cuando estaba permanentemente en el Ministerio de Haciendo para el cobro de nuestro trabajo, lo cual fue pagado con bonos. Eso nos permitió también renegociar con los bancos locales la deuda que manteníamos en aquel momento y que debíamos honrarlo.

¿Cuáles son las virtudes y los defectos que tiene?

–El defecto que tengo es que soy muy impetuoso. Cuando quiero hacer algo, lo hago a como dé lugar. Eso permite que sea muy impulsivo, sobre todo cuando creo tener la razón para ejecutarlo. Desde joven quise imponer el criterio que tenía, pero de a poco fui superando, moldeando a las necesidades mías y de la empresa.

Hoy soy una persona conciliadora y mi virtud es la de reconocer cualquier error que se pueda cometer. Siempre fui partidario de decidir cuestiones en base a la conciliación. Es la manera de llegar a los objetivos.

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