Pasó otro partido y los hinchas olimpistas ya casi se olvidaron de la sensación de gritar un gol. Pablo Repetto se jugó arriba con el juvenil Sebastián Ferreira (uno cree que el hecho que de que Ferreira venga de jugar el Sudamericano en la altura hizo que el DT lo escoja, aun así es inentendible dejar fuera a Roque de arranque) pero no pesó.
Todo eso que pregona Repetto cada vez que le toca hablar, de que busca un equipo agresivo, que ataque y lastime por las bandas y que busque generar ocasiones de gol antes que tener la posesión de la pelota, hasta ahora no se vio. Si sigue queriendo tiempo para que su idea se pueda ver en Olimpia, se le puede acabar la Copa y se queda sin nada.
La juventud e inexperiencia en partidos de Copa le costó al Franjeado el gol en contra, que de alguna u otra manera iba a llegar, ya que Independiente del Valle era mucho más punzante las veces que atacaba. Cañete (de 20 años) y Salcedo (de 19) no supieron sacar una pelota peligrosa del área y le dejaron servido el remate al central Juan Segovia. El desvío en Salcedo descolocó a Azcona y puso justicia en el marcador.
La actuación de los extremos del Decano nunca representó un peligro para el rival. Gonzales con la pelota en los pies deja mucho que desear y tampoco desequilibra; mientras que Giménez pasó desapercibido en todo el partido.
Ni el ingreso de Roque y Mouche cambió el panorama. Si bien en el segundo tiempo Olimpia estuvo parado mucho más tiempo en el campo rival, nunca supo generar una situación clara de gol. Sin ideas, merodeó mucho el área de Independiente, que no pasó a sofocones. Habrá que ver si cambia el panorama decano con el ingreso de los últimos refuerzos en la base. Por ahora, preocupa y mucho. Parecería ser que aún no ha salido de la pretemporada. Para mal, todo sigue igual en Olimpia.