Nota y estilismo: Matías Irala
Producción: Juan Angel Monzón
Fotos: Arturo González
Maquillaje: Alexander García
La necesidad de escribir parece estar estrechamente ligada a la soledad, ese espacio donde coexisten esas verdades introspectivas que permiten al escritor aflorar sus pensamientos.
Virginia Woolf era consciente de las ventajas que implicaba el aislamiento, convirtiendo su soledad en un requisito para poder dejar fluir sus ideas y trasladarlo al papel. La inglesa convertiría sus obras literarias en un elemento significativo para la sociedad de Londres, que encuentra en ella una revelación hacia una problemática visible por todos pero abordadas por pocos: el ser mujer.
Woolf encuentra en la cotidianidad doméstica un verdadero choque con su lado creativo, por lo que la relevancia de la habitación se vuelve una constante a la hora de buscar refugio intelectual. La escritora encuentra cierta simpatía en el texto en Una habitación propia, donde desvela la incertidumbre por el que atravesaban las mujeres para encontrar un sitio donde explayarse libremente lejos de la imperiosa mirada masculina.
Si analizamos los casos de mujeres que se destacaron en la literatura, automáticamente encontramos situaciones donde la vivencia diaria precede al trabajo. Tras su muerte, su modelo de vida sentaría las bases del movimiento feminista que encontraría en Virginia una fuente de inspiración tanto intelectual como estética.
A través del papel
Para entender el deslumbramiento de esta particular londinense, debemos centrarnos en sus obras. Su visión del mundo, nada conformista, se evidencia en todas las lineas que escribió, peculiarmente en sus diarios donde relató sus experiencias por tres décadas.
En los textos de El momento de la libertad, Woolf se despacha contra sus propios amigos pero con cierta familiaridad que permite entender que los juicios también adquieren cierta carga valorativa a la hora de observar el entorno que nos rodea.
Virginia convertiría su vida en una extensa ficción a partir de sus experiencias diarias. Fin del viaje, su ópera prima, supone el ámbar literario entre la vida real de la escritora y la ficción, incluso adelantando hechos como el fatídico desenlace de la escritora a orillas del río Ouse.
En La señora Dalloway logra persuadir al lector a través de un evento festivo donde aparentemente no existen conexiones entre los invitados; eventualmente, va desencadenando un torrente de sensaciones ligadas a lo cordura y la locura, sentimientos que Virginia atravesaba a en carne propia siendo incapaz de aceptarlos.
La obra permite entender los matices de humanidad, humor y profundidad de sus personajes. Clarissa Dalloway funciona como un perfecto alter ego de Virginia Woolf, demostrando lo que podría haber sido ella si hubiera escapado de todas las vicisitudes que implicaba su tímida personalidad.
Orlando, su obra mas conocida, sería un atropello moral para las mentes conservadoras, disfrazado del característico humor inglés, Woolf dejó ver también muchos contextos reales ligados a la sexualidad, la imposibilidad de transitar como fémina en un mundo dominado por hombres y las cuestiones de identidad que suponen el "ser mujer".
En Las olas, su obra de 1941, confluiría su idealización del pasado para entender el futuro y el lado místico de la soledad. Considerada su obra más madura, recrea ciertos intervalos de su vida que le habían conmovido de niña.
Además de innovar literariamente, Virginia intentaba indagar en problemáticas de amplio espectro y que abarcaban desde temas orientados al futuro de la civilización, a otros específicamente literarios como la relación ente autor y público.
Una inspiración sin fecha de culminación
En el anhelo por capturar la esencia de Virginia, nos imbuimos dentro de la carga nostálgica que atravesó la escritora al momento de escribir Una habitación propia.
Para reinterpretar a la icónica escritora, utilizamos una base mineral lize en tono NC 22, un iluminador en tono Golden en el vértice del lagrimal para sostener el dramatismo de unos ojos ahumados en tonos rojizos y un toque de vino metalizado de la marca H&M.
Unos "labios mordidos" justifican la impresión óptica del estilo de la mano del Labial RIOT de Lime crime.