Lourdes Elizabeth Rolón es otra de las víctimas de la clínica del terror de Virginia Acosta de Araújo, ubicada en J. Augusto Saldívar. En el 2010 acudió a este local para dar a luz a su hijo y nunca más lo vio. La investigación fiscal confirmó el robo de la criatura y condenó a Virginia Acosta por violación de la Patria Potestad en setiembre pasado, pero hasta ahora, nadie sabe dónde está el niño.
Facsímil de la Sentencia Definitiva a Virginia Acosta por violación de la Patria Potestad.[/caption]

Lourdes tiene 36 años y desde el 2010, cuando se convirtió en madre, busca a su hijo. Su calvario empezó al día siguiente del parto en la clínica de Virginia Acosta. Ella misma cuenta su historia a La Nación: "Yo conocí a Virginia a través de una amiga que estudiaba enfermería. Me iba cada tanto y cuando descubrí que estaba embarazada, ella misma se encargó de hacerme las consultas. Cobraba muy barato, apenas G. 15 mil por cada vez que iba a su consultorio", cuenta.

El local de Virginia es una casa que tiene las paredes pintadas de rojo y está ubicado en la zona de Posta Yvyraro, en la frontera entre Capiatá y J. Augusto Saldívar, sobre la Ruta 1. Hasta semanas atrás, frente a la vivienda seguía instalado un cartel de farmacia. En la parte trasera, el cartel de obstetricia y "servicios médicos" se mantiene. El lugar funcionaba plenamente hasta hace un tiempo atrás, a pesar de la intervención fiscal y del propio Ministerio de Salud que se realizó en setiembre de 2010, tras la denuncia de Rolón.

Lourdes cuenta que su embarazo fue sobrellevando prácticamente sola, pero con el asesoramiento de Virginia. "Ella supo ganarse mi confianza y prácticamente se hizo mi amiga. Después me pidió que haga una ecografía, poco tiempo antes de que se haga el parto", dice Lourdes. En efecto, esta ecografía resultó fundamental a la hora de la investigación fiscal, ya que aparece como una de las pruebas documentales que demuestran la situación de embarazo de Lourdes en aquel entonces.

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EL NACIMIENTO

El 22 de setiembre del 2010, Lourdes Rolón dio a luz a su hijo. "Yo escuché el llanto de mi hijo, siempre estuve consciente durante todo el parto, lo vi un poquito, pero después lo llevaron para bañarlo y nunca más lo vi. En ese momento Virginia me dijo que no me preocupe, que mi hijo nació con problemas respiratorios y que tenía que ser derivado a un hospital, pero que lo podía retirar días después", afirma Lourdes.

Aquí entran en escena Avelino Amarilla, un enfermero que llegó a trabajar en varios hospitales públicos y que fue involucrado en esta investigación fiscal en su momento, y María Elena Candia Amarilla, quien trabajaba en la clínica haciendo la limpieza y otros que haceres. Al día siguiente de su parto, Lourdes fue a retirar a su bebé, pero Virginia le dijo que su pequeño hijo falleció y que tuvo que enterrar su cuerpito en el patio de la casa.

Lourdes, sin poder reaccionar aún ante lo que acababa de escuchar, regresó a su casa y contó a su familia lo sucedido. Recién ahí su familia tomó intervención. Su madre y su hermano mayor Julio acompañaron a Lourdes hasta el local de Virginia, en J. Augusto Saldívar, para recuperar al niño. En esta segunda visita, el discurso de Virginia ya cambió, cuenta Lourdes. "A partir de ahí ella dijo que yo jamás tuve un hijo en su clínica y que yo estaba loca. Con mi hermano y mi mamá fuimos a la comisaría, hicimos la denuncia, luego ante la Fiscalía. Desde ese momento, empezó mi pesadilla",relata la mujer.

Lourdes tiene además dos hermanos. Vive actualmente con sus padres en Fernando de la Mora y desde hace seis años emprendió esta lucha por recuperar a su hijo. Esto incluyó, desde entonces, una serie de reuniones, citas, idas y vueltas a instituciones públicas como la Policía y principalmente, la Fiscalía, donde querían buscar alguna respuesta a lo que estaba ocurriendo.

Tras la denuncia que Lourdesy su familia hicieron en la Comisaría y la querella en la Fiscalía, la investigación fiscal pasó por varios agentes. Primero agarró el caso la doctora Elizabeth Arnold, luego otro representante del Ministerio Público atendió por pocos meses el proceso, y finalmente, el caso quedó a cargo de la fiscala María Genoveva Figueredo, quien a partir del 2013 inició las audiencias dentro del proceso judicial.

Vista frontal de la vivienda de Virginia Acosta, donde hoy funciona una santería esotérica, dirigida por su hija Silvia, quien aparece en la imagen.[/caption]

LA SENTENCIA

El 5 de setiembre de este 2016, tras varios años de buscar algo de justicia, salió la sentencia definitiva N° 356, dictada por un tribunal de sentencia integrado por los abogados Javier Sapena Bibolini (presidente), abogada Liz Ramírez y la abogada Leticia Frachi como miembros. En el documento judicial se le condenó a Virginia Acosta de Araújo a seis años de medida de seguridad, que está cumpliendo actualmente en su vivienda, en J. Augusto Saldívar.

De acuerdo con lo que sepuede ver en la sentencia, la fiscalía arrimó pruebas sobre la situación del embarazo de Lourdes Rolón, algo que en principio el propio abogado de Virginia Acosta -defensor público- intentó dejar en duda. Entre las pruebas entregadas por el Ministerio Público figura un informe de la doctora Claudia Trussy, médico forense, quien le hizo el análisis después de la denuncia que había presentado en sede judicial la familia de Lourdes Rolón. En este documento, la profesional expresa que Lourdes presenta signos de parto reciente. "Existió un puerperio inmediato, el útero está grande, calostro.. era un parto reciente vía vaginal, había desgarros", expresa en forma técnica el informe de la doctora Trussy.

ENCONTRAR AL NIÑO

Alfredo Delgado, abogado de la víctima.[/caption]

Lourdes por momentos llora. Dice que todo este tiempo fue muy difícil de sobrellevar para ella y su familia. Su hermano Julio -un sacerdote que hoy está en España- es quien tomó su caso y no dejó de pelear un solo día para encontrar la verdad. Actualmente, si bien están algo satisfechos con la condena a Virginia Acosta, el objetivo principal es encontrar al niño, saber su paradero.

Alfredo Delgado es el abogado que lleva la querella adhesiva en representación de la familia de Lourdes Rolón. Dice que existe una situación muy extraña en este caso, sobre todo en lo referente a que las autoridades no han hecho demasiado para encontrar al niño, que es lo principal ahora que se demostró por todos los medios legales de que nació y estuvo en la clínica clandestina de J. Augusto Saldívar. "Pedimos un poco más de solidaridad por parte de las autoridades para que las investigaciones avancen a la hora de encontrar el paradero del niño, que es algo sumamente importante", dice Delgado.

Para la fiscala María Genoveva Figueredo, quien tomó el caso desde las audiencias, la actuación irregular de la obstetra Virginia Acosta en este hecho fue confirmada en juicio a través de pruebas documentales y varias testificales que confirmaron el relato de Lourdes Rolón a lo largo de los últimos dos años, tiempo que demoró llevar a cabo las sucesivas audiencias.

"Nosotros como Ministerio Público pudimos confirmar que existió el robo de una criatura en la clínica que operaba en forma clandestina y que pertenecía a Virginia Acosta. Pudimos confirmar que el parto se realizó en ese lugar y que la criatura nació viva. Se hizo una serie de diligencias que incluyeron pruebas forenses, laboratoriales, clínicas y hasta sicológicas, para demostrar de que Lourdes Rolón dio a luz en la clínica y que nunca le entregaron la criatura", señala la fiscala a La Nación.

Dentro de todo este operativo, incluso intervino la Fiscalía que atiende la trata de personas, a cargo de la agente Teresa Martínez y también agentes de la Policía Nacional, para buscar al niño. Sinembargo, no se pudo dar hasta ahora con el paradero del mismo. "Se trata de un caso realmente complejo, que tiene actualmente 10 tomos, donde se acumuló una cantidad muy grande de documentaciones, fundamentalmente porque la principal acusada fue deteriorándose en su salud física y mental, algo que fue conspirando a la hora de hacer las audiencias", explica Figueredo.

María Figueredo, fiscala que atiende la causa de Lourdes Rolón.[/caption]

TODO ES MENTIRA

En la clínica donde se denuncian todos estos hechos, la familia de Virginia Acosta de Araújo sigue viviendo. Hay varios autos estacionados en la entrada, por Ruta 1, y un cartel indica que en el lugar también funciona una santería esotérica, donde se hace lectura de cartas del tarot, lectura de manos y hasta cursos de alta magia. Todo esto está a cargo de Silvia Araújo (40), la hija de Virginia y que da su versión de las acusaciones contra su madre. "Es algo muy ilógico lo que ella alega (Lourdes), porque mi mamá hace muchísimos años que está mal de su salud. No encontramos que sea lógico lo que ella está intentando hacer", señala Silvia.

Reconoce que el lugar funcionó años atrás como una clínica, pero que eso terminó hace tiempo. "Mi mamá nisiquiera le conoce a esta señora. No hay pruebas, no hay nada de lo que se le acusa", asevera Silvia. Reitera que ella no entiende porqué Lourdes se "ensaña" con su madre, ya que nadie sabe de ella, ni que estuvo en su casa.

"Nosotros vamos a apelar la decisión del Tribunal, porque no estamos de acuerdo con lo que resolvieron. Yo cuando le pregunté a mi mamá si le conocía me dijo que no, no hay forma de aceptar lo que ella (Lourdes) dice, yo creo que Lourdes está loca. Estamos en Paraguay y acá sabemos que todos tienen precio" asevera. Dice además que tiene que haber algo "turbio" detrás de estas denuncias de Lourdes y que debido a esto su madre se fue quedando muy afectada con el paso del tiempo.

A principios de este año, la comitiva fiscal hizo una de las últimas visitas a la clínica de Virginia Acosta para verificar su estado de salud en el marco de la investigación de este caso. En ese entonces, el diagnóstico que presentaba era de "ocurrentes trastornos mentales". El último informe de la junta médica que ordenó la Justicia para determinar formalmente la situación mental de Virginia se hizo a mediados de este año, con una informe brutal; la mujer sufre a estas alturas de trastornos mentales irreversibles, por lo que no está capacitada para asistir y entender un juicio oral.

En la última visita de principios del 2016, Virginia Acosta todavía tenía -por momentos- lucidez para conversar y recordar ciertas cosas. Estaba postrada en su cama y se quejaba de dolores en la espalda y la pierna, cuando de repente le comentó a los presentes que su mayor dolor era no poder dormir durante las noches del llanto de los recién nacidos que venían junto a ella.

LEA MAÑANA: Quiénes trabajaban dentro del esquema de la clínica del terror en J. Augusto Saldívar.

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