Alepo, Siria. AFP. Por Karam AL MASRI con Layal ABOU RAHAL en Beirut

Varios autobuses empezaron a entrar este domingo en el último reducto rebelde de la ciudad siria de Alepo para reanudar la evacuación de civiles y combatientes insurrectos, interrumpida desde el viernes.

"Los autocares empezaron a entrar en los barrios de Zabdiye, Salaheddin, Al Mashad y Al Ansari en el este de Alepo bajo supervisión de la Media Luna Roja y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para sacar a los terroristas que quedan y a sus familias", indicó la agencia oficial siria Sana.

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El régimen utiliza la palabra "terroristas" para referirse a los rebeldes.

Miles de civiles hambrientos y atrapados bajo el frío esperaron durante la noche una evacuación que había quedado aplazada a causa de nuevos desacuerdos entre el régimen sirio y los rebeldes.

En el último foco rebelde, sitiado por el ejército sirio, la espera era insoportable para decenas de heridos que sobrevivían en condiciones extremadamente precarias.

En un hospital de la zona, las condiciones eran penosas. Se veían enfermos y heridos acostados por el suelo, no había agua ni comida y apenas se podía calentar el edificio, a pesar de que las temperaturas rondaban los seis grados bajo cero durante la noche.

Un fisioterapeuta, Mahmud Zaazaa, aseguró que sólo quedaban "tres médicos, un farmacéutico y tres enfermeros" en la zona.

El principal obstáculo para la salida de los civiles de Alepo era un desacuerdo sobre el número exacto de personas que debían ser evacuadas de Fua y Kafraya, dos localidades chiitas controladas por el régimen y asediadas por los rebeldes en la provincia vecina de Idlib, en el noroeste de Siria.

Según el acuerdo alcanzado entre Turquía, apoyo de los rebeldes, y Rusia e Irán, aliados del régimen, esta evacuación debía coincidir con la de Alepo. Pero los rebeldes aceptaron dejar salir a 1.500 personas de Fua y Kafraya, mientras que Teherán reclama la salida de 4.000 individuos.

La ONU, 'preocupada'

Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se reunirán a las 11H00 locales en Nueva York (16H00 GMT) para votar un texto presentado por Francia, que prevé el envío de observadores a Alepo, a pesar de la oposición de Rusia, que dispone de un derecho de veto, anunciaron el sábado fuentes diplomáticas.

El proyecto de resolución indica que el Consejo "está preocupado" por la creciente crisis humanitaria en Alepo y el hecho de que "decenas de miles de habitantes sitiados" necesiten ayuda y tengan que ser evacuados.

La resolución insta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a enviar rápidamente a Alepo al personal humanitario de Naciones Unidas presente en Siria "para una vigilancia apropiada y una observación directa" de "la evacuación de las partes sitiadas" en la ciudad.

Las evacuaciones quedaron suspendidas el viernes, 24 horas después de que unas 8.500 personas abandonaran la ciudad, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

La ONU calcula que quedan unos 40.000 civiles y entre 1.500 y 5.000 combatientes rebeldes con sus familias en el reducto rebelde, según su enviado para Siria, Staffan de Mistura.

'Cansado'

En el barrio de Al Amiriyah, donde empieza la evacuación, miles de personas, incluidos niños, han pasado la noche en las ruinas de los edificios. Sin agua potable ni comida, agotadas, sobreviven comiendo dátiles.

"Estoy cansado de tener que traer mis cosas y volver cada día en vano", dijo Abu Omar, cuyos cuatro niños están enfermos por culpa del frío.

El sábado, los jefes de la diplomacia rusa, turca e iraní decidieron aplazar una semana, hasta el martes 20 de diciembre, su reunión en Moscú para abordar la situación en Siria.

Tras años de bombardeos y un asedio de más de cuatro meses, las fuerzas gubernamentales lanzaron una ofensiva el 15 de noviembre que les permitió reconquistar más del 90% de los barrios que los rebeldes controlaban en el este de Alepo desde 2012.

Los ataques del régimen causaron cientos de muertos y empujaron a más de 100.000 habitantes a abandonar la ciudad.

Desde su inicio en 2011, la guerra siria dejó más de 310.000 muertos y desplazó a la mitad de la población.

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