Todos tenemos una pasión escondida, un talento deseoso de ser explotado, que por más que lo tapemos de trabajo y obligaciones, sigue ahí. ¿Cometiste el pecado de dejar de lado tus pasiones? Te propongo un camino de redención para responder al llamado de tu intuición.

Por: Aura Zelada*

Es común escuchar o leer consejos del tipo "Debés ayudar a tus hijos a descubrir su talento, explotar su creatividad, apoyarlos a seguir sus pasiones"; pero, ¿qué pasa con nosotros, los adultos? A veces tenemos la errónea idea de que si en la niñez o juventud no explotamos nuestros talentos, estos ya desaparecieron. O peor aún, que a estas alturas ya no vale la pena explotarlos.

¿Para qué comenzar a estudiar ballet a los 30? ¿De qué me sirve tomar un curso de pintura o jardinería si no me voy a dedicar a ello? ¿Qué gano? Mejor, aunque no me guste tanto, un diplomado o posgrado que puede ayudarme en mi carrera actual.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Quienes somos competitivas, estamos tan acostumbradas a verle la utilidad práctica a todo, la rentabilidad, el negocio, que si la razón es tan solo "porque me gusta", lo dejamos en último lugar de las prioridades. Gran error. Reconocer algo que te gusta, sin saber la razón, es tu intuición hablándote.

A esto se refería Steve Jobs en una de las tres historias que relató en su famoso discurso en la Universidad de Stanford, donde contó lo crucial que resultó en su vida (y en el futuro de las computadoras como las conocemos hoy) el hecho de haber tomado un curso de caligrafía tan sólo porque le gustaba, sin ninguna aplicación práctica aparente.

También Tim Robinson, en su libro El Elemento, recopila decenas de historias de famosos que se destacaron por haber respondido al llamado de su pasión. El autor habla sobre la importancia de reconocer y alimentar nuestras pasiones en la vida -con la certeza de que todos tenemos al menos una- y las ganancias que esto trae, tarde o temprano.

Pero, ¿cómo reconocerla? En algunas personas su pasión y talentos están muy claros, incluso desde temprana edad. En otras, más ocultos. Pero en lo que sí se asemejan es que nunca tienen como fin ganar (dinero, premios, fama), sino sólo aportar al espíritu ese rico sentimiento de realización y plenitud, para con una misma y nadie más.

Para responder a este llamado, tenés que convencerte de que experimentar este orgullo propio (que los demás pueden o no entender, y a vos te genera una satisfacción tan fuerte), sin duda va a repercutir positivamente en muchas otras áreas de tu vida tarde o temprano.

Por eso, si un día sentís la necesidad de empezar a practicar algo, aprender algo que siempre te gustó, o emprender sólo porque te encanta, pero sin un sentido práctico aparente ¡Hacelo! Por más inútil (literalmente) que parezca. Tu alma te lo va agradecer y en el futuro lo vas a entender todo.

*Bloguera en www.frugalisima.com

frugalisima@gmail.com

Instagram y Twitter: @frugalisima

Facebook: Frugalísima

Déjanos tus comentarios en Voiz