Brasilia, Brasil. AFP.

El presidente brasileño, Michel Temer, con la popularidad por el suelo y confrontado a acusaciones de corrupción, prepara una "agenda positiva" para contrarrestar el pesimismo de los mercados y las turbulencias que amenazan su gobierno.

Nuevas medidas de corto plazo y la aprobación definitiva en el Congreso de reformas estructurales para su plan de ajuste: esos son los próximos pasos que tiene previsto dar el gobierno después de que varios de sus hombres fuertes, entre ellos el propio Temer, fueran mencionados por ex ejecutivos de la constructora Odebrecht como beneficiarios de sobornos, en el marco del escándalo de corrupción en Petrobras.

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Las "delaciones premiadas" –a cambio de una reducción de sus eventuales condenas de casi 80 funcionarios de Odebrecht– se firmaron hace menos de dos semanas y las primeras filtraciones parecen confirmar que se trata de "la confesión del fin del mundo", como la denomina desde hace meses la prensa.

Claudio Melo Filho, ex vicepresidente de relaciones institucionales de Odebrecht, aseguró que legisladores del partido de centroderecha PMDB, al que pertenece Temer, recibían sumas astronómicas para ganar licitaciones en la petrolera estatal para obtener la aprobación de leyes y decretos favorables para la empresa. El propio Temer fue acusado de pedir en 2014 diez millones de reales (4,2 millones de dólares al cambio promedio de ese año) para financiar campañas electorales, algo que el mandatario niega tajantemente.

Odebrecht hace temblar al gobierno

Sería "ingenuo" no estar preocupado, había admitido recientemente el presidente Temer, al saberse que varios de sus ministros cercanos serían implicados por los antiguos ejecutivos de Odebrecht en la mayor red de corrupción en la historia del país.

Después de alcanzar en los últimos dos años a prominentes figuras del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) del ex presidente Lula, la investigación "Lava Jato" mira ahora al PMDB, que asumió la dirección del país tras el impeachment este año de Dilma Rousseff, la heredera política de Lula. Temer consiguió hasta ahora, con el apoyo de su base aliada en el Congreso, acelerar su plan de ajuste fiscal para tratar de recuperar la confianza de los mercados, en un país que cerrará en diciembre su segundo año consecutivo en recesión.

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