• Por Cristóbal Nicolás Ledesma Salas

El Consejo de la División Profesional de la Asociación Paraguaya de Fútbol confirmó su sistema de campeonato para la temporada del 2017 que seguirá contando con el Apertura y el Clausura en los que se prevé un solo adelantamiento, de tal manera que los equipos que clasifiquen a las competencias internacionales de la Conmebol tengan centrada su atención en los mismos sin dejar los asteriscos en los campeonatos caseros.

Francisco Arce, director técnico de la Albirroja, ya dejó sentada la posición de realizar por lo menos un par de entrenamientos con jugadores "caseros" con el objetivo de ir metiendo en la cabeza de los mismos el mundo de la selección, pensando en los compromisos de marzo, donde se reinician los clasificatorios para el Mundial de Rusia.

Los dos extranjeros en campo permanecerán reglamentariamente al igual que el sub 19, de movida, situaciones con las que se ratifica el calendario de eventos. A partir de aquí, conocidas las reglas de juego, ya dependerá de los protagonistas para que tengamos un campeonato más competitivo, de mayor atracción y que, por sobre todo, le dé a "Chiqui" Arce el material suficiente como para encarar los compromisos de la Albirroja.

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Soy del criterio que cualquiera sea el sistema de campeonato, la dependencia mayor será de los protagonistas para que el mismo tenga éxito. Los equipos ya clasificados para las copas internacionales saben cuándo comenzarán los torneos, el campeonato local se iniciará el 4 de febrero, así que es imperiosa la necesidad de trazar el calendario de competiciones (de cada club) para llegar a punto en el inicio de los mismos.

Nadie duda que, los paraguayos en general, somos campeones del mundo en hacer todo a última hora y el fútbol no escapa a ello. Qué hacen Independiente de Campo Grande y Trinidense, por ejemplo? No esperar ese viernes, antes de la cuarta fecha (a definir), el cierre del libro de pases para fichar futbolistas cuando el torneo ya está en marcha. Cambiar de actitud, fijarse mejores objetivos y por sobre todo, de mayores eficiencias.

La experiencia de traer nombres rimbombantes no nos dieron buenos resultados, salvo pocas excepciones. No pasó mucho con jugadores como Lugano, Luis Leal (aunque me gustaría darle otra oportunidad), Rolín, Rodrigo Rojo, Biancucchi, o algún otro nombre de otros equipos cuyos rendimientos no marcaron diferencias. Sí otros de puestos clave como Muñoz, Palau o Rodrigo López que suman gratamente para la calidad del campeonato.

Tenemos muchos ejemplos en casa, como lo del Deportivo Capiatá y el mismo Libertad que trabajan dando preeminencia a jugadores locales y jóvenes de la cantera y logran la competitividad suficiente para alcanzar los objetivos a más de deleitar con su juego a los asistentes en los estadios.

Dentro de este mismo pensamiento podemos nombrar al Leicester inglés, el Chapecoense brasileño o la nueva sensación alemana, el Leipzig. Sin nombres de mucho palmarés supieron sorprender al mundo ante equipos de mayor alcurnia o de presupuestos siderales, que quedaron por el camino.

Francisco Arce y su equipo técnico asisten a todos los partidos y dan signos que deben marcar positivamente, como la conversación mantenida con Robert Piris en Trinidad. A partir de ahí ya dependerá del futbolista, de su cuidado, de su profesionalismo, para acceder al siguiente escalón y de los clubes para que tomen el desafío y en un mes ordenen sus casas y lleguen a punto a los torneos y minimizar las excusas que siempre nos agobian.

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