- Por Juan Luis Ferreira, socio ADEC
En su ameno y exitoso libro "En busca del hueso perdido", el autor Helio Vera, expone bajo el título "dos países en uno", Paraguay gua'u y teete, que el paraguayo puede convivir cómodamente con realidades distintas pero simultáneas. Entre sus ejemplos, se da la casa bien arreglada por fuera, pero cuyos ocupantes, en condiciones mucho más modestas, conviven solo pudiendo imaginar la fachada. En su enfoque, el Paraguay maquillado era para los demás países, pero a veces algunos de nuestros líderes nos hablan y tratan como si fuéramos extranjeros.
En la película de ciencia ficción "The Matrix", 1999, los seres humanos ven una "realidad simulada". Si bien ya es un término con varias décadas, hoy está muy de moda hablar de "realidad virtual", la tecnología genera una realidad que puede convencernos, aunque sea pasajeramente. Quizás por esa capacidad de convivencia en mundos distintos podemos tolerar ser enormes productores de energía eléctrica y tener cortes de luz; o disponer de miles de kilómetros de ríos, pero tener carencias importantes de agua potable; o producir alimentos para decenas de millones de personas, pero tener compatriotas con hambre; ser empresarios "exitosos", pero no cumplir las obligaciones, no tratar bien a nuestros colaboradores, no dar un buen servicio o un precio justo.
En este análisis de mundos distintos pero coincidentes, reflexionemos sobre la salud y la pobreza, que están muy vinculados. Si soy pobre, tengo más probabilidades de enfermarme y menos de curarme. Si estoy enfermo, tengo menos probabilidades de estudiar y trabajar. Son prioridades a mejorar una, y disminuir la otra y se han dado pasos importantes para cumplir esos objetivos, pero también en gran parte nos presentan el país de fachada. Cuando llega el momento de replantear el presupuesto, establecer prioridades, cumplir las obligaciones de servicios que impone la Constitución, aparece el país de verdad.
Los privilegios, beneficios y gastos superfluos se mantienen. Las prioridades no están alineadas con las necesidades. Falta una cama, una incubadora, una gasa, pero sobran bocaditos, viajes y agasajos. Otro ejemplo: en el país de exportación, abogamos por la formalidad. Y la formalidad es bienvenida, pero si incorporamos, por ejemplo, 10 mil "informales" al seguro social, entonces en el Paraguay verdadero, el Instituto de Previsión Social no podría atenderlos, principalmente por falta de profesionales médicos e insumos. Colapsaría aún más.
Tal vez podamos distraer a la gente con películas, pantallas, celulares y otras artes, bienvenido el entretenimiento sano, pero sería mucho más valido que la vida teete sea más digna. Como nunca, podemos asignar recursos correctamente y podemos lograrlo. Que Dios nos ayude para decidir que Paraguay no viva en "The Matrix", y que la realidad cotidiana sea paulatinamente mejor para todos.
Fuentes:
En busca del hueso perdido, Helio Vera
www.imdb.com