- Las autoridades son las más interesadas en que hayan los concursos, porque esa es la manera de no recibir tantas presiones
- Hoy no tenemos la ley de nuestro lado para ordenar a una institución que destituya a un funcionario o que no lo contrate al funcionario
SILDE OPORTO - sildeoporto@lanacion.com.py
Los funcionarios públicos han acaparado las portadas de los medios de comunicación con el "planillerismo" y los salarios exhorbitantes para funciones muchas veces inconcebibles. Una de las tareas a las que se aboca la Secretaría de la Función Pública es la publicación de planillas de trabajadores del Estado, con sus salarios correspondientes y cargos. A la par, toma el desafío de imponer el concurso para el ingreso a los cargos públicos. El titular de la SFP, Humberto Peralta, habla de los detalles de este proyecto y cuáles serán los beneficios para las instituciones y los propios funcionarios que ingresan a un cargo público.
–¿Cuál es la importancia del concurso para la función pública?
–Estamos insistiendo en una política comunicacional de volver a revalorizar la instalación de la meritocracia en la administración pública, eso es dignificar la labor del servidor público. La Constitución Nacional dice en su artículo 101 que los funcionarios públicos estamos al servicio del país y tenemos que entender esa situación y en especial o en particular, porque ingresar a la función pública por méritos propios es la política del Poder Ejecutivo y el Gobierno nacional. La Secretaría está trabajando en lo que llamamos el portal 'Paraguay concursa', ahí están todas las oportunidades y las posibilidades de empleo en la función pública. La importancia para nosotros es transcendental, no solo para el ingreso, también hay llamados a concurso para la promoción que implica cambiar de categoría y cambiar de remuneración, por ende cambiar de puesto.
–¿Cuántos son los empleos disponibles actualmente?
–Hoy tenemos más de 400 empleos públicos que están en proceso de concurso y están en llamado a concurso en diferentes instituciones públicas. Van a escuchar a partir del lunes la campaña comunicacional donde se cuentan historias de vida.
–¿Cuántos son los funcionarios públicos actualmente?
–Nos estamos manteniendo en alrededor de 280 mil funcionarios para 405 instituciones públicas.
–¿Cuál es la importancia de la profesionalización?
–La clase política todavía presupone o tiene la preopinión de que el profesional es solo el que tiene un título universitario, pero no es así. El profesional tiene que valorar su trabajo, tiene términos de referencia, tiene cosas que hacer y si es profesional tiene que hacer de la mejor manera posible, a eso apuntamos. El apoyo de la Secretaría es brindar la capacitación, tenemos el Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), uno de los cursos es para llevar adelante el proceso de concurso. En el proceso de concurso tenemos dos situaciones, no es solo tener la certificación, sino hacer el debido proceso de concurso. Meritocracia y concursabilidad, la meritocracia nos permite elevar los índices de institucionalidad y bajar el índice de corrupción en la administración pública, bajar también el tráfico de influencia en varias instituciones públicas. El concurso no es un mero capricho, es una obligación constitucional y legal.
PLANILLEROS
–¿Cómo se controla el ingreso de los funcionarios, en cuanto al planillerismo?
–Vamos a seguir haciendo auditorías en cuanto al proceso de concurso, ya lo hicimos en varias instituciones públicas, si emitimos el certificado denominado debido proceso de concurso, estamos dando fe de que se agotaron todas las instancias, si existe alguna duda existen las instancias administrativas de reclamo, que es la propia institución como primera instancia, como segunda instancia la Secretaría de la Función Pública, y la última instancia tiene que ir al trámite judicial.
–¿Cómo quedan los casos de planillerismo denunciados?
–Desde el Poder Ejecutivo tenemos que tener pruebas si hay o no planillerismo, si no tenemos evidencias, las autoridades vamos a tener varios casos si le decimos a una persona que es planillera y no es así. Por eso tenemos que ser muy prudentes en el momento de enviar nóminas y también en el momento de informar cuáles fueron las medidas que dieron. Hay medidas de aceptación de renuncia que no compartimos porque le premiamos al mal funcionario en esta institución y mañana se va a como si fuese que no pasó nada.
–¿En el caso que sea destituido podría ingresar nuevamente a otro cargo público?
–Si está destituido tiene la inhabilidad para ocupar el cargo público como mínimo dos años y como máximo de cinco años, por lo tanto no puede ingresar en ninguna otra institución. Una segunda situación se da si no está destituido, si le aceptamos la renuncia le estamos habilitando a esta persona con malos antecedentes a que vaya a ocupar inmediatamente otra función, en el mismo día que salió su renuncia puede estar nombrado en otra institución, y es lo que no queremos que ocurra. Hay una tercera situación, el funcionario y nos consta que para los que no son amigos de la autoridad se suele hacer el sumario administrativo, no importa si es amigo o pariente, si hay causales para llevar adelante el proceso de sumario la ley se tiene que aplicar para todos. Hoy no tenemos la ley de nuestro lado para ordenar a una institución que destituya a un funcionario o de ordenarle a las autoridades que no le contrate al funcionario.
–¿Existe un relevo de datos de los funcionarios que entraron por concurso y los que no?
–Estamos preparando esa información porque sabemos que tenemos que abrir esa información. Hicimos en agosto de este año un compromiso de abrir el capítulo de remuneraciones, ahora tenemos que abrir el capítulo de concursabilidad. Tenemos la información de quiénes son las personas que ya han concursado en la función pública y queremos que eso se sepa. Me consta que las autoridades son las más interesadas en que hayan los concursos, porque esa es la manera de no recibir tantas presiones. Hay funcionarios que no quieren que se haga el concurso porque siempre ese funcionario está cerca de la autoridad, hay gente privilegiada en la función pública.