• Por: Cristóbal Nicolás Ledesma Salas
  • Periodista del Grupo Nación de Comunicaciones

La Albirroja perdió una de las cuatro grandes posibilidades de allanar su camino hacia el Mundial de Rusia, con una de las derrotas menos esperadas en el estadio Defensores del Chaco, que se magnificó porque los demás resultados favorecían para que Paraguay se quede en el cuarto lugar de la clasificación, si lograba el triunfo ante los peruanos.

Siempre fui del criterio que debemos jugar, sí o sí, los dos partidos semanales, sin postergar nuestros compromisos, dejando toda nuestra carga emocional para un solo juego, generalmente el internacional. Sin embargo, todos nuestros equipos lo fueron haciendo, valiéndose de apuntes reglamentarios, que no nos dieron el resultado esperado.

En el 2002 ganamos por última vez un título internacional y, desde entonces, los técnicos y dirigentes nos quieren hacer creer aquello de: "Apostamos a los dos torneos". Apenas pasamos la primera fase de las copas y ya comienzan a aparecer los asteriscos en el torneo casero.

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"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo", dijo el gran científico Albert Einstein.

Antes del juego Olimpia-Cerro Porteño dije que el clásico no debía jugarse. No estamos preparados para sostener dos cargas emocionales de tremendo peso, de la noche a la mañana, porque no acostumbramos a hacerlo. Todas nuestras apuestas estaban en la fiesta del clásico. Hubo mayor "vibra" de nuestra gente en el Olimpia-Cerro que en el juego de la Albirroja.

Los niveles de producción de Riveros y Rojas (más allá del golazo de Cristian) fueron superiores en el clásico. Nos costó más meternos en el Paraguay-Perú que en la fiesta casera. La resaca del clásico nos pesó mucho, hasta a los que no estamos para realizar el esfuerzo físico de los futbolistas.

Y ya que estamos con frases de grandes pensadores, el inglés Charles Dickens dijo: "El hombre es un animal de costumbre". Estamos haciendo lo de siempre y los resultados son adversos.

Notarán que existen contradicciones muy marcadas en la posición que tengo y es por el convencimiento de que no asumimos a jugar los dos partidos semanales por falta de esa costumbre, por no cambiar la rutina para que los resultados sean también distintos. El día que apostemos a jugar naturalmente los dos juegos semanales, no importará que un clásico esté por delante de un cotejo tan trascendente como los clasificatorios para un mundial.

Ecuador, Uruguay y Venezuela son los próximos rivales que tendremos en el Defensores del Chaco, ganar será crucial, siempre que también obtengamos un buen resultado este martes en la dura travesía a La Paz. El calendario (los resultados) fue muy benigno con nosotros y pese a los resultados adversos no perdimos posibilidad matemática de estar en la cita cumbre de la FIFA.

Independientemente de lo que ocurra, de aquí en más, es urgente la necesidad de revisión de nuestras conductas como para buscar los resultados distintos. Si lo dijo Einstein, no será tan relativo.

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