• Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro-MBA

Según uno de los últimos análisis realizados por el Foro ha señalado que uno de los mayores déficits que se sigue observando a nivel país, se refieren a la calidad de infraestructura que tenemos (carreteras, puertos y aeropuertos), así como suministro de energía.

El último informe de competitividad mundial de este ente, señala que Paraguay ocupa la posición 122, descendiendo 4 lugares con relación al año anterior. Este ranking toma en consideración unos 138 países.

Si bien es cierto que en los últimos años el gobierno ha venido invirtiendo en diversas obras como nuevas rutas asfaltadas, empedradas, repavimentación de las existentes, construcción de viaductos, puentes etc., en la práctica ocurre que también otros países han venido avanzando en todos estas estas obras por lo que por más que se visualicen esfuerzos por ir mejorando dicha imagen a nivel país, todavía resulta insuficiente vs. las necesidades globales que tenemos.

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  • “El último informe de competitividad mundial de este ente, señala que Paraguay ocupa la posición 122, descendiendo 4 lugares con relación al año anterior”.

Bien sabemos que todas estas obras insumen inversiones importantes, y al no contar el Estado con recursos genuinos que puedan dar cobertura a las mismas, pues no queda otra alternativa que seguir recurriendo a fuentes externas de financiamiento de largo plazo ya sean vía emisiones de Bonos Soberanos y/o prestamos de diversos organismos financieros multilaterales.

El desfasaje en obras de infraestructura que se observa es elevado por cierto dado que se han descuidado ir realizándolos en forma consistente en las ultimas 4 décadas, lo cual hubiera sido lo deseable y que nos hubiera permitido a esta altura estar quizás muchísimo mejor posicionados y con un nivel global de endeudamiento muy inferior al que los poseemos hoy en día, teniendo en cuenta la depreciación que ha observado en los últimos años del guaraní vs. el dólar.

Entonces que ocurre. Nos encontramos ante necesidades perentorias ilimitadas vs. recursos escasísimos y muy limitados, pues es bien sabido que hasta ahora los gastos corrientes dentro del PGN siguen consumiendo un gran porcentaje de lo que el fisco recauda de la ciudadanía en concepto de impuestos y otros tributos y lo que es peor, casi toda esa plata se los destinan mensualmente a montos millonarios para el pago de sueldos y otros beneficios a casi 300.000 funcionarios públicos distribuidos en todo el país.

Si dejáramos de invertir en obras de infraestructura pues definitivamente quedaremos cada vez más rezagados tanto a nivel regional como de extra región lo cual nos perjudicaría sobremanera en lo que a niveles de competitividad concierne, pues si no contamos con una infraestructura razonable a nivel país, es poco o nada lo que en pleno siglo XXI podemos pretender avanzar dentro del campo económico y social.

Aquí quedan 2 opciones bien claras. Dejamos de endeudarnos y seguir con lo poco que tenemos en cuanto a infraestructura o bien continuar invirtiendo en forma selectiva en todas las obras que nos beneficiaran para que podamos ser competitivos.

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