Por Alex Noguera

Editor / Periodista

"El bullying inconsciente es el grito callado de la ignorancia en una sociedad", explicaba un disertante como una jeringa que clava la carne, inyecta su contenido, pero no hace efecto. Y es que el público no comprendió el significado de esas palabras. El profesor se dio cuenta y desmenuzó esa fuerte idea, que acababa de lanzar.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Para empezar, ¿qué es bullying? Ese concepto era utilizado en un principio solo para designar al acoso u hostigamiento -físico o psicológico- que recibía de forma permanente un alumno por parte de sus compañeros.

Pero claro, hoy ese término ya no se circunscribe únicamente al ecosistema escolar, sino que se traslada también al ámbito laboral, al familiar, al sexual e incluso al de la moda. Sí, ni la moda se salva ya del bullying. Apenas hace unos días leíamos, por ejemplo en Clarín, sobre "las burlas que sufre en redes sociales por el diseño de su marca de vestidos" la polémica actriz Sarah Jessica Parker.

El bullying inconsciente es el grito callado, continuó el entendido. Se refiere a que es una fuerte llamada de atención que todos oyen, de la que todos se percatan de una u otra manera y que, sin embargo, hacen oídos sordos. Cuando se produce el bullying, todos prefieren mirar hacia otro lado.

¿Cuántas veces nos reunimos en familia y recordamos "las travesuras" de Raulito? De cómo se hizo popó encima cuando lo habían vestido para ir al cumpleañitos... y mientras toda la parentela descerraja una sinfonía de carcajadas, la sonrisa de Raúl, hoy adulto, aprieta diente contra diente sin atreverse a hacer callar a hermanos, primos, padres y hasta a los nuevos integrantes del entorno íntimo que suman burlas.

¿Cuántas veces se te acercó una persona pasada de peso y "en broma" te dijo "vos todavía comiendo"? ¿Qué hacer en ese caso? ¿Callar como Raúl? ¿Tratar de entender ese mensaje? ¿Qué significa? El tono de "broma" es la llave permisiva que utiliza esa persona para pasarse de la raya. Si el receptor se ofende, será solo una broma y quedará como que simplemente no entendió el chiste. Sin embargo, Raúl ya sabe lo que eso significa.

Es la sutil forma del emisor de hacerle bullying al receptor, hacerle una "broma", obligarle a reír por tan "graciosa" ocurrencia y encima de todo, callar una respuesta de al menos "¿pero por qué no te vas con tu chiste a otro lado?". Solo a vos te resulta simpático.

Y es que el chiste resulta simpático cuando no hace referencia al defecto físico, enfermedad, problema, etc., de alguna de las personas que comparte ese círculo momentáneo. Sin embargo, eso no es muy común en nuestra sociedad, por eso en la proposición inicial se habla "de la ignorancia en una sociedad".

¿Cuántas veces fuimos testigos de un piropo subido de tono a esa chica que va por la calle y nuestra primera reacción fue una sonrisa? ¿Una sonrisa en vez de sentirnos ofendidos por la turbación de esa muchacha, que podría ser cualquiera? Nuestra madre, hermana, hija o nosotras mismas si somos del sexo femenino. Ignorancia social. Mala educación. Atrevimiento. Y nosotros, callados cómplices ignorantes.

El bullying es un problema serio. Hay una víctima. A veces se pretende aislarla o marginarla socialmente, otras se la hostiga, se la obliga a hacer cosas que no quiere, se la amenaza, se la intimida, recibe burlas, mengua su autoestima.

Esa ignorancia o falta de educación de la que somos cómplices tiene relación con el creciente y preocupante aumento de casos de suicidios en Paraguay en los que los protagonistas son cada vez más jóvenes. La próxima en integrar esa estadística podría ser tu hija. O tu hijo.

Hasta no hace mucho los suicidios eran solo cosa de adultos. Una mujer engañada por su marido o por una relación amorosa frustrada, un hombre en la ruina económica, personas desesperadas. Los únicos jóvenes de los que teníamos noticia que tomaban esa determinación vivían muy lejos, al otro lado del planeta. Eran japoneses, cuyo nivel de competitividad hacía que fuera suficiente obtener una mala nota en un examen para recuperar "el honor" a través del suicidio.

Pero la sombra del suicidio llegó a Paraguay, está aquí, llegó, y la causa principal es la depresión. El chiste de una persona inconsciente puede ser la gota que colma el vaso. Y claro, ella nunca será la culpable ya que "solo fue una broma".

El bullying inconsciente es una epidemia que nos afecta como sociedad, así como la obesidad de la que casi todos están contagiados. Cerrar la boca, como recomienda un viejo proverbio árabe, sería la solución más práctica. Porque la sabiduría es un bien que ni con la moneda de los años a veces se puede comprar.

Déjanos tus comentarios en Voiz