Por Laura Morel
lmorel@lanacion.com.py
Una conocida y muy utilizada frase dice que "nadie es profeta en su tierra", y a partir de allí comienzan a relatarse miles de historias, aplicadas a diversos ámbitos.
La que da origen a esta, tiene que ver con el fútbol y con un exjugador que muchas veces es tildado de "antipatriota" cuando un equipo paraguayo enfrenta al Fluminense, y él alienta al conjunto brasileño.
Para muchos quizás no haya motivo que justifique tal actitud, pero si tan solo pudieran ver lo que mueve Julio César Romero, mejor dicho, Don Romero, cuando apenas pone un pie en Río de Janeiro, comprenderían tamaña retribución.
Eso fue lo que descubrí una tarde en una librería de dicha ciudad brasileña, donde me encontré con la figura de un joven "Romerito", como es popularmente conocido el campeón de América con Paraguay en 1979, en la portada de un libro llamado "Romerito, tricolor de corazón".
Sí, allí estaba el paraguayo, entre las biografías de Federer, Ronaldo, Ayrton Senna, Mohamed Ali y otras grandes leyendas del deporte mundial.
Sin pensarlo dos veces, el libro de Romerito fue incluido en mi lista de compras y con cierto aire de orgullo. ¿Patriotismo? Puede ser.
Las páginas comenzaron a pasar de inmediato, con mucha ansiedad y curiosidad. Tanto, que la lectura no fue suficiente y acabé contactando al club para saber algo más del origen de este libro.
Fortuna la mía, que terminé marcando una entrevista con sus autores, Heitor D'Alincourt y Dhaniel Cohen, quienes con sus emotivos relatos me llevaron a la década de los ochenta, a vivir con ellos los maravillosos años de Romerito en Laranjeiras (sede de la institución).
Comenzaron a trabajar juntos en el año 2011, al frente de "FluMemoria", "un departamento que preserva la historia del Fluminense, con fotos y documentos recogidos desde su fundación, en 1902", comenta D'Alincourt.
Entre los proyectos que trazaron estaba "una colección dedicada a grandes ídolos, y queríamos que la primera persona que entrevistásemos fuese un ídolo vivo, que pudiese relatar su relación con el club. Fue así que pensamos en Romerito. También porque hacía treinta años del título de Fluminense del 84, que lo tuvo como protagonista, pues hizo el gol del título", explica D'Alincourt.
Ídolo por excelencia
Preguntar a Heitor y Dhaniel lo que representa Romerito para el club, más allá de aquel histórico gol al Vasco Da Gama, es invitarlos a revivir el pasado con emoción y a volver al presente con orgullo. Como dos fanáticos hinchas del Fluminense, hablar del paraguayo es un placer.
"Romerito es el gran ídolo de una generación de tricolores de los años 80, un equipo muy marcante, muy significativo por las conquistas, por el compromiso con la camiseta. Él siempre mostró un cariño muy grande por el Fluminense, que es muy importante para la hinchada. Llegó, y meses después ya fue campeón brasileño, protagonista de la conquista, varios partidos importantes a lo largo de la campaña... Tiene varios momentos muy marcantes con la camiseta del Fluminense, lo que hizo que se transformara en un ídolo enorme en la historia del club y que fuese muy respetado por la hinchada", expresa Cohen.
"Cuando Romerito llegó, el fútbol brasileño estaba comenzando a perder a sus grandes cracks. Por ejemplo, Zico de Flamengo, Sócrates de Corinthians y Falcao de Internacional, estaban siendo transferidos al exterior. Entonces, mientras ellos estaban perdiendo a sus ídolos, nosotros estábamos importando un jugador de excelencia, porque Romerito era indiscutiblemente uno de los cinco mayores jugadores de aquel momento. Aquello creó una autoestima y el fútbol es resultado. Cuando Romerito llegó jugando bien, haciendo el gol del título, mostrando todo su carisma, fue amor a primera vista. Fue muy fácil, Fluminense-Romerito, enamorarse", rememora a su vez D'Alincourt.
Pero Romerito no solo aportó su talento al conjunto tricolor, también introdujo el profesionalismo a un plantel que estaba acostumbrado a un estilo más "acomodado, relajado". "Romerito les decía, vamos a entrenar, vamos a buscar el mejor rendimiento, y todo aquello la hinchada veía. Entonces, cuando un brasileño creía que un partido de 2-0 no se podía ganar, para Romerito no, y contagiaba a los jugadores. Él sudó la camiseta y conquistó a la afición con su raza y talento", agrega.
Esta situación, al principio incomodó al plantel y causó algunos problemas internos, sobre todo porque se trataba de un futbolista extranjero que llegaba a un equipo que había sido campeón carioca el año anterior.
"Un equipo que es campeón tiene mucha moral, autosuficiencia, y nadie se mete con un equipo campeón. Aquello mueve el grupo. Pero si Romerito no hubiese venido al Fluminense, no sé si hubiera sido campeón del 84, porque él trajo el profesionalismo, el compromiso, dio al equipo esa inyección que necesitaba", asegura D'Alincourt.
"Al mismo tiempo, él tiene una característica muy marcante. Siempre fue un crack, pero nunca fue una persona arrogante. Era una persona extremamente simple, algo que es muy difícil ver en un gran ídolo, un gran jugador, y tuvo ese tipo de comportamiento fuera del campo", agrega Cohen.
El sueño del hincha
Una cosa es ver a tu ídolo como hincha, en la cancha, en la calle, pedirle un autógrafo o una foto. Pero, cuando el trabajo te pone ante la posibilidad de entrevistarlo, ¿cuánto significa eso?
"Tanto para mí como para Heitor es muy fuerte", confiesa Dhaniel. "En el caso de Heitor más aún, porque él tiene una foto en un libro, donde se ve que recibe a Romerito en el aeropuerto. Yo, la primera vez que entré a la cancha era un niño y fue con Romerito. Él incluso me dijo que tiene esa foto en su casa, pero hasta ahora no la vi. Es muy fuerte tener un ídolo y poder convivir con él en el club, viajar, ir a los partidos y, en nuestro caso, escribir un libro. Heitor hasta hizo una música de él", añade.
"Lo mejor es que vez que un ser humano es tan buena onda como crack, porque es tan difícil eso, no es común. Él es apasionante, un tipo que cautiva a la gente con mucha simplicidad, y yo me siento muy agradecido con él por habernos dado esa oportunidad. Siempre estuvo de brazos abiertos a los proyectos, nunca un pero ni ningún obstáculo", interrumpe Heitor.
Un relato auténtico
"Romerito, tricolor de corazón" es un libro en el que el propio exfutbolista paraguayo cuenta su historia, no solo de su paso por el Fluminense, sino también por otros clubes y la selección paraguaya.
"Es muy bueno tener a él mismo contando la historia, una experiencia genial para quien es tricolor y le gusta el fútbol. No hay nada que no haya dicho allí", afirma Heitor, al tiempo que Dhaniel recalca que "Romerito participó de todo el proceso, vio las fotos, leyó los textos y prácticamente fue un editor con nosotros. A veces investigábamos determinados detalles y nos sacábamos las dudas con él". "Su memoria es genial", acota D'Alincourt.
Como corresponde, Romerito fue el primero en recibir una copia del libro y marcó presencia no solo en el lanzamiento oficial sino que en todos los lanzamientos realizados en distintas ciudades, "lo que me parece genial, porque es un homenaje en vida", indica Heitor, recordando que la profesión del futbolista lo lleva, una vez retirado, a vivir del pasado.
"Algunos lidian bien con eso, otros no. En el caso de Romerito, tiene algo genial que es una gran historia para contar, que el hincha quiere oír. Quien lo vio jugar rememora, quien no lo vio pregunta. Eso es lo más gratificante. Su historia está accesible y creo que él renovó su séquito", agrega.
De Romerito a Don Romero
El apodo popular, con el que todos lo conocen en Paraguay y también en Brasil es "Romerito". Sin embargo, el exfutbolista también se ganó otro que lo puso en un pedestal, en donde sólo se encuentran las figuras más respetadas y admiradas: Don Romero.
Según explica Heitor D'Alincourt, ese sobrenombre llegó porque "en Brasil llamamos así a nuestros íconos latinos. El apodo de Don es como darle un nivel mayor. Un Don, aquí es como si fuese... Él está en un nivel más alto, entonces es una reverencia, una cosa noble. 'Don Romero' es aquello del día a día para quien quería pagar una reverencia, un respeto; y 'Romerito' era del pueblo, en las gradas".
Este tipo de reconocimientos, sumado al hecho que fue electo embajador del club en el mundo, hace que el exfutbolista deje de lado el tan reclamado patriotismo para apoyar al Fluminense ante cualquier rival.
"Hay hasta una música que dice que Romerito traía nuestro escudo en su corazón, por eso el título del libro también. Él vibra mucho en cada juego y es genial ver a un exjugador del Fluminense que termina siendo hincha y se envuelva hasta ahora con el club", dice al respecto Dhaniel, al tiempo que Heitor acota que Romerito "es el más legítimo tricolor de corazón, porque no hay otro igual a él".
Agradecidos
Tras una charla de más de dos horas, entrevista de por medio, pedirles que dirijan unas palabras a su ídolo parece una exageración, considerando que en toda la conversación solo se oyeron palabras de admiración. Aún así, Heitor D'Alincourt reacciona con una jerga que no tiene traducción al español, pero que significa que está ante una situación difícil.
¿Que responde? "(Le digo) Que esta es su casa, que esta casa está siempre de puertas abiertas y que siempre haremos de todo para ubicarlo donde merece estar. Fluminense tiene una cara, y esa cara es Romerito. Estamos muy felices de saber que él está cerca, en el corazón y físicamente".
Dhaniel Cohen, a su turno, manifiesta que "solo" le resta "agradecer a Romerito por ser quien es" y recuerda otra anécdota de las varias que compartieron y que pueden leerse más abajo, para destacar que durante la entrevista el exfutbolista estuvo del otro lado del teléfono, preguntando con sorpresa y ansiedad sobre el periodista de su país que mostraba interés en su historia tricolor.
Desde estas líneas, solo podemos decirle a Romerito que su amor al Fluminense no es antipatriotismo. Es autenticidad y retribución. Los paraguayos no sabemos hacer ídolos, pero aún estamos a tiempo de cambiar esa historia contigo Don Romero.