Steven Solomon Davidoff
California es la capital de los negocios estadounidenses. Una de cada cinco empresas en la Bolsa de Nueva York y en el mercado de valores Nasdaq levanta la mano desde ese estado, de acuerdo con mi reciente evaluación de datos pertinentes. Las cifras muestran que, cuando se trata de constitución de sociedades comerciales, los estados ricos se hacen más ricos, mientras que el resto experimenta un lento declive.
Compilando datos de documentos públicos y agregando datos faltantes del SDC Platinum y del CRSP / Compustat, así como de bases de datos que rastrean información de sedes comerciales, relevé las ciudades donde las empresas tenían sus sedes centrales desde 1965 hasta el 2013. De 1965 a 1979, un total de 10,07 por ciento de las empresas públicas tenían sus oficinas centrales en California. El número siguió creciendo, por lo que a partir del 2000 al 2013, 19,46 por ciento de las empresas de capital abierto tienen su casa matriz en California.
Esa es una cifra asombrosa. Un estado con el 12 por ciento de la población estadounidense, ahora representa una quinta parte de todas las empresas de capital abierto. (En la década de 1970, California tenía aproximadamente el 10 por ciento de la población de los Estados Unidos).
Entre tanto, otros estados están en declive. Ohio tenía 5,58 por ciento y Pennsylvania tenía un 5,9 por ciento en las listas de compañías emisoras de capital abierto en el período 1965-1979. Sin embargo, desde el 2000 y hasta el 2013, Ohio solo tenía 2,58 por ciento y Pennsylvania andaba por 3,78 por ciento como sedes de empresas que cotizan en bolsa.
Esta caída fue todavía más significativa en Illinois: llegó al 3,62 por ciento de un 6,42 por ciento como sede para casas matrices. La razón de la disminución puede ser obvia ya la base de la producción a la antigua entró en baja. La denominación Rust Belt (cinturón industrial) suena a verdad en gran parte de estos estados a medida que las viejas empresas desaparecen y no son reemplazadas por otras nuevas.
Sin embargo, esta caída no se registra solo en el Medio Oeste industrial. Nueva York y Nueva Jersey también fueron hacia abajo. De 11,32 por ciento, Nueva York cayó hasta 8,31 por ciento en las listas de empresas de capital abierto, mientras que Nueva Jersey cayó a 4,53 por ciento desde el 5,62 por ciento.
En contrapartida, otros estados crecieron. Texas subió a 10,26 por ciento de un 8,38 por ciento. Massachusetts subió a 5,12 desde un 3,95 por ciento. El estado alberga empresas de tecnología y productos farmacéuticos, dos de las industrias de mayor crecimiento en los Estados Unidos.
Sin embargo, la concentración de poder corporativo estadounidense es marcado. Casi el 40 por ciento de todas las empresas de capital abierto tienen sus oficinas centrales en tan solo cuatro estados: California, Massachusetts, Nueva York y Texas. Tres de ellos –California, Nueva York y Texas– representan un tercio de las empresas Fortune 500.
Y la tendencia se está acelerando. En los últimos 12 meses, California, Massachusetts, Nueva York y Texas alojaban al 50 por ciento de todas empresas que salían a cotizar en bolsa, según Standard & Poor's Global Market Intelligence.
Este desplazamiento geográfico es el reflejo de un mundo cambiante. Las cinco mayores empresas en los Estados Unidos por su valor de mercado son todas empresas de tecnología –Apple, Amazon, Facebook, Google y Microsoft– tres de ellas con sede en California. Ninguna de ellas existía en 1965. El fenómeno de la tecnología ha beneficiado a California más que a todos los otros estados, un aumento que parece no irá a disminuir prontamente.
La continua aparición de empresas de biotecnología como el otro principal motor de crecimiento en la formación de nuevas compañías de capital abierto parece estar ayudando a California, Massachusetts y Texas, los tres estados que han mantenido el liderazgo en este negocio durante mucho tiempo.
Estos tres estados se destacan como los ganadores. ¿Por qué tres estados tan diferentes entre sí consiguen tan buenos resultados?
Uno podría haber esperado que la alta regulación estatal y que estados con altos impuestos –como California–, con el tiempo, habría causado una migración de empresas. Texas, por supuesto, ofrece una situación diferente. Sin embargo, no es el único de los estados que ofrecen impuestos más bajos y menores costos regulatorios.
Y entonces, ¿qué se pensaría de Massachusetts, un estado relativamente pequeño compitiendo en una categoría "superior" a la suya? Tiene regulación e impuestos y, sin embargo, también tiene alta competitividad empresarial.
No existe una fórmula especial para que los estados sean atractivos para las empresas. En su lugar, lo que parece estar sucediendo es algo así como que el ganador se lo lleva todo.
California es un buen ejemplo. Es un estado cargado con una alta tasa de impuestos, regulación significativa y altos costos de emplazamiento. Es el tipo de lugar que uno pensaría lo llevaría a perder en el negocio. Pero, en cambio, California está ganando en la creación de empresas de capital abierto. Esto puede deberse a que tiene empresas con una base significativa de crecimiento que atrae todavía más gente que aprovecha la infraestructura y, a su vez, crea más nuevas, grandes empresas. Argumentos similares se pueden hacer sobre Massachusetts y la red natural que sus empresas de biotecnología y las universidades crean.
Compárese esto con Texas, que es conocido por tener buenos hospitales y genera empresas en los campos más divergentes. Este hecho puede ser ayudado por un entorno más favorable al comercio, pero es más probable el resultado de los centros que se han desarrollado en estos campos.
Nueva York es cada vez más la casa de las compañías financieras con una salpicada de compañías de atención y cuidado de la salud. Pero, la habilidad de su gente está más asociada con las compañías de medios de comunicación, moda, finanzas y consumo. Atrás quedaron los días en que cualquier gran corporación haría de Nueva York su casa, porque ese era el lugar para estar.
Esto no quiere decir que otros estados no tengan éxito en los negocios. Carolina del Sur y Alabama, por ejemplo, han creado con éxito centros de producción mediante la creación de ambientes no sindicalizados y amigables con los negocios.
Esto tampoco significa que estos estados son emprendedores. El Índice Kauffman rastrea la creación de las nuevas startups. En él se enumeran Texas, Florida, California, Nueva York y Colorado como los estados que tienen más actividad. Existe un cierto solapamiento aquí, pero el espíritu emprendedor no significa el éxito en la creación de empresas de capital abierto.
Es necesario que haya más estudios acerca de por qué ciertos estados atraen a las empresas que cotizan en bolsa.
Para estos estados, los beneficios económicos no provienen solo de aquellas empresas. También hay efectos secundarios. Los asesores de estas empresas –los abogados, los banqueros– estarán cada vez desplazados de sus casas en Nueva York, sobre todo a la Costa Oeste. A medida que la nueva generación de unicornios –startups valuadas en más de mil millones de dólares– comienzan a emitir capital abierto, incluso en valoraciones reducidas, este empuje continuará y los grandes servicios que son la especialización de Nueva York están propensos a extenderse aún más a estos otros estados.
Aparentemente, los Estados Unidos todavía se dirigen hacia el Oeste.
(Steven Solomon Davidoff es profesor de derecho en la Universidad de California, Berkeley. Sus columnas se pueden encontrar en nytimes.com/dealbook. Siga a @stevendavidoff en Twitter).