El directorio del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay (CBVP-Amarillo) envía cada año a Hacienda una lista de empleados que, supuestamente, son pagados con dinero transferido por el Estado a la institución. Sin embargo, la realidad sería que el pago de este personal correría por cuenta de cada Compañía.

Los miembros del directorio de los bomberos amarillos están ante una situación que no pueden controlar, y en este caso, no se trata de un incendio.

Desde el pasado lunes, La Nación Investiga viene publicando algunos datos sobre el manejo administrativo en esta respetada institución, pero que demuestra prácticamente las dos caras que tiene; por un lado, la nobleza y valentía de los voluntarios que arriesgan sus vidas para salvar las de otras, dejando sus horas de ocio para dedicarse a un voluntariado sacrificado, y por el otro, la poca transparencia que hasta ahora muestra un pequeño grupo de personas que maneja desde hace años el directorio, con serias denuncias sobre posibles sobrefacturación, malversación de fondos, etc.

Desde que La Nación puso en página el número de teléfono para recibir denuncias, los casos de irregularidades fueron aumentando. Llegaron datos desde diferentes Compañías y con un solo reclamo en particular: La falta de transparencia en el manejo de los fondos que transfiere cada cuartel hasta la administración central, es decir, el directorio. El actual presidente de este organismo es Rafael Valdez Peralta, quien está hace 14 años en dicho directorio, la mayoría de todo este tiempo como titular del mismo.

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El CBVP-Amarillo tiene una sola personería jurídica, por lo tanto, se maneja con un solo RUC para operaciones comerciales. Esto hace que las cerca de 74 compañías tengan que hacer sus transacciones utilizando este RUC y hacer llegar, cada fin de año, su balance al directorio.

El monto aproximado que manejan los miembros de este directorio cada año llega a los 14.000 millones. De esta cifra, cerca del 35% deriva del aporte que hace el Estado paraguayo. En ese sentido, desde el 2014 hasta este año, el Ministerio de Hacienda transfirió al CBVP-Amarillo la suma de G. 9.777 millones, dentro del rubro presupuestado para entidades sin fines de lucro, que es la clasificación que tiene esta entidad para el Estado paraguayo.

Los sueldos de personal

Dentro de la estructura de los bomberos, no todos son voluntarios. Existe un cupo para poder contratar a personas, que deben hacer trabajos administrativos o en algunos casos son choferes de los móviles, a quienes se los conoce como "personal rentado".

El año pasado, de acuerdo con datos oficiales, el Rubro 111, correspondiente a sueldos y jornales, ascendió a la suma de G. 812 millones. De esta cantidad, el 49% fue pagado por cada una de las 74 compañías, mientras que el 51% restante (G. 415 millones) fue abonado por el directorio Nacional. Estos datos figuran en las planillas de sueldos y jornales que enviaron a fin de año cada Compañía hasta el directorio Nacional y que, posteriormente, fue entregado a Hacienda como rendición de cuentas.

La cuestión en este sistema es que, según las documentaciones, el directorio habría hecho figurar que todo el dinero utilizado para el pago de estos empleados fue gracias al aporte que hizo el Estado a la institución el año pasado, que llegó a los G. 5.016 millones. Sin embargo, los verdaderos fondos utilizados para cubrir estos pagos fueron proporcionados por las propias compañías. En efecto, en esta publicación se puede ver un balance del año 2014 que presentó la 11ª Compañía de Fernando de la Mora al directorio.

Entre los egresos, se lee perfectamente los ítems de "sueldos y jornales" que llegó a los G. 21 millones, el aporte patronal del IPS, que ascendió a G. 3,5 millones y la remuneración familiar, que en esta compañía llegó a los G. 3,2 millones en el año 2014. Este informe fue entregado al directorio del Cuerpo y consta el sello y la firma de la licenciada María Victoria Notario, contadora de la institución. Con un promedio de 4 personales rentados por compañía, el CBVP fácilmente podría llegar a los 296 empleados que tienen salarios. Con un salario mínimo como base, esta cantidad significa unos G. 500 millones en forma mensual.

La situación de la 11ª Compañía es curiosa en otros aspectos, pero por ahora y para este caso, interesa el dinero que genera para servir de ejemplo: Solamente esta unidad, en el 2014, logró recaudar unos G. 150 millones a través de las campañas de socios protectores, eventos, colecta y todo tipo de actividades para recaudar fondos. Esta suma es apenas una muestra de todo el dinero que las compañías pueden movilizar en apenas un año.

Con respecto a la práctica de hacer figurar el pago de los salarios del personal rentado con dinero aportado por el Estado, según las decenas de versiones que recogió LN Investiga de diferentes puestos de Bomberos, esto sería totalmente normal y ya nadie se anima a cuestionar nada ni a preguntar, por temor a las represalias que puedan venir después.

En el informe que el síndico Gabriel Taddey -a quien posteriormente le hicieron saber que fue dado de baja del CBVP- presentó ante la Fiscalía como denuncia, se menciona justamente el caso de los salarios "bicicleteados" por el directorio.

"Es importante destacar que el directorio Nacional realiza las rendiciones del pago de salarios de los personales de las compañías que prestan servicios en carácter de dependencia bajo el Código Laboral Paraguayo, declara bajo fe de juramento que los importes son abonados con fondos proveídos por el Estado, pero en la realidad esto no es así. Tampoco es transferido a las compañías este importe en forma de reembolso por el pago de los salarios inicialmente hechos con fondos de ingresados de otras actividades" expresa el documento firmado por Taddey.

Solamente el año pasado, el directorio aprobó la compra de supuestos equipos por valor de G. 967 millones de la empresa "Circumpunto", propiedad de Daniel Aquino Rivas, tercer comandante de los Bomberos. Según Aquino Rivas, no hay nada ilegal en que él sea oferente de una empresa privada y que también sea quien acepte la oferta para el CBVP. Más allá de lo ético, lo cierto en este caso es que los equipamientos jamás llegaron a los voluntarios de ninguna compañía.

Así, mientras cientos de bomberos voluntarios (amarillos) organizan rifas para salvar el presupuesto mensual de cada compañía, el directorio nacional maneja los fondos generados y los millonarios aportes del Estado sin ningún control y con indicios de grandes y graves irregularidades.

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