Washington, EEUU. AFP.

Barack Obama y Benjamin Netanyahu superaron sus muy malas relaciones personales y privilegiaron los vínculos estratégicos tradicionales entre Israel y Estados Unidos para establecer un acuerdo por el cual Washington otorga al estado hebreo la mayor ayuda militar de su historia.

Los dos países, que tienen visiones bien distantes en temas como las relaciones con Irán y el conflicto entre Israel y los palestinos, firmaron el miércoles en Washington un protocolo de acuerdo que concede a Israel unos 38.000 millones de dólares en asistencia militar para el período 2019-2028.

Este acuerdo, fruto de meses de transacciones desarrolladas en un clima de extraña desconfianza, "constituye el compromiso de asistencia militar bilateral más importante de la historia de EEUU", dijo el presidente Obama. "El compromiso de EEUU con la seguridad de Israel es inquebrantable", señaló. Durante una ceremonia en el Departamento de Estado, la consejera en temas de seguridad Susan Rice aseguró que "EEUU siempre estará ahí para Israel".

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Según la Casa Blanca, US$ 33.000 millones de los 38.000 millones de la ayuda servirán para la compra de equipamiento de defensa y los 5.000 millones restantes serán para el financiamiento del Domo de Hierro (Iron Dome), un sistema de interceptación de misiles concebido para destruir cohetes, obuses de artillería y proyectiles de corto y mediano alcance destinados a atacar zonas habitadas de Israel.

Sin embargo, Israel no obtuvo de su protector estadounidense todo lo que esperaba. El gobierno de Netanyahu reclamaba hace meses un aumento considerable de la ayuda. La prensa israelí avanzó la cifra de US$ 50.000 millones en diez años, contra los 30.000 que Washington le concedió para el período 2009-2018.

Alianza a pesar de la animosidad

La animosidad entre ambos gobernantes no es un secreto para nadie. Alcanzó uno de sus puntos más altos en el 2015, cuando las grandes potencias e Irán se encontraban en la última fase de negociación de un acuerdo sobre el programa nuclear de la república islámica.

Netanyahu se desplazó entonces a Washington para intentar desmontar el acuerdo y pronunció un discurso ante el Congreso, dominado por la oposición republicana, lo que fue visto como una imperdonable injerencia en los asuntos internos estadounidenses por el gobierno de Obama.

En lo que tiene que ver con el conflicto entre israelíes y palestinos, Obama dijo en su comunicado que "la única vía para que Israel prospere como estado judío y democrático pasa por una Palestina independiente y viable".

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