Por Lic. Víctor Cano Piris (*)

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Brasilia, paradójicamente una capital construida sobre una base en forma de un avión, ratificó el cambio de su pilotaje. De 4 presidentes electos en la era democrática, 2 fueron cesados de sus funciones. El país vecino, la octava mayor economía del mundo, viene sobrellevando externalidades económicas complejas, siendo considerada ésta la mayor crisis entre los países emergentes, dirimida con juicio concluido.

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Sobre el segundo mandato de Rousseff recaen duras críticas (por encima de los 3 créditos suplementarios y las pedaleadas fiscales) lo que algunos llaman de "o completo da obra", en relación a su conducción política y al escaso diálogo, como también el enfrentamiento al sistema financiero y afectando directamente al sector productivo. Las medidas a ser impulsadas no eran tan heterodoxas, inclusive podrían haberse llevado a cabo minimizando resistencias.

En cuanto al juicio, por una parte consideraron enfáticamente que no puede ser calificado de "golpe" dado a que las garantías jurídicas fueron mantenidas; por el otro lado alegan "golpe", no por los procedimientos sino por ser condenada sin crimen de responsabilidad. La ex presidenta es condenada por crimen de responsabilidad, pero sin los 8 años de inhabilitación pública previstos.

El inquietante precedente de fragilidad democrática que se derrama sobre la región, tiene un agravante. El no haber canalizado la crisis convocando a elecciones anticipadas. ¿Esto tendrá su efecto en la región? otro cuestionamiento que surge es ¿cuál será el valor del voto en las próximas elecciones?

Con el juicio político concluido se pretende dirimir una crisis política, lo que se avizora es mayor polarización, recrudecimiento del conflicto socio-político. El gobierno Temer y el Congreso Nacional afrontarán votaciones difíciles sobre 2 propuestas: "reforma previsional y el techo a los gastos públicos", previsto para octubre. Flexibilizar legislaciones laborales y la revisión de las garantías podría estar en pauta.

Los desafíos visibles de la política externa seguirán siendo mantener el "soft power" brasileño, y cabe a Itamaraty hacerlo.

Deberá mantener un ritmo para la consecución de los tratados comerciales del Mercosur y ver dirimirse el caso Venezuela. En lo que respecta a seguridad seguir manteniendo sus fronteras terrestres, el área marítima y aérea del Atlántico Sur protegida. Buscará en los BRICS la potencia que precisa –Rusia y China– son potenciales aliados. Así también a tener en cuenta, es un proceso activo de "dumping", que contrajo artificialmente el precio de petróleo y produce grande presión para que el Brasil venda rápidamente su pré-sal.

(*) Politólogo paraguayo residente en Brasilia

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