Dilma Rousseff entró en la trinchera tan pronto recibió la confirmación de que había sido destituida de la presidencia de Brasil este miércoles. "Volveremos" con "lucha", prometió combativa.

Esta economista que fue guerrillera marxista en su juventud y sufrió torturas en la última dictadura (1964-1985) se mostró guerrera hasta el final. Incluso cuando reaccionó a su condena. "Estoy segura de que la interrupción de este proceso mediante un golpe de estado no es definitiva". ¡Volveremos!, afirmó en su despedida.

Con 61 votos contra 20, el Senado aprobó la destitución de Rousseff por irregularidades presupuestarias, que ella siempre negó. "Acaban de tumbar la primera mujer presidenta de Brasil sin que haya cualquier justificación constitucional para el impeachment", lanzó en el discurso después del voto que acabó su mandato. "61 senadores sustituyeron la voluntad expresada por 54,5 millones de votos.

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El Senado Federal tomó una decisión que entró para la historia de las grandes injusticias. Los senadores que votaron por el impeachment escogieron rasgar la Constitución Federal, decidieron por la interrupción del mandato de una presidenta que no cometió crimen de responsabilidad, condenaron una inocente y consumaron un golpe parlamentario", añadió.

Rousseff fue informada poco después de la decisión, que se tomó al final de un proceso que desde hace nueve meses estremece a Brasil.

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