Ben Protess
Los reguladores federales dieron el último golpe a un gigante de inversión de capital anunciando una acción legal contra filiales de Apollo Management Global por una serie de violaciones a la ley de valores.
La US Securities and Exchange Commission (SEC - Comisión de Valores) determinó una multa de US$ 53 millones a Apollo, una de las más prominentes empresas de inversión de capital de Wall Street y la firma aceptó para llegar a un acuerdo y así resolver el caso.
El acuerdo resuelve las acusaciones de que Apollo engañó a sus inversores –en dos casos– y, además, no supervisó a un alto ejecutivo bajo sospecha de mala intención. El ejecutivo, que no fue identificado, ni acusado en el caso, fue sorprendido en dos oportunidades "asignando artículos y servicios personales" a los fondos de Apollo y, por extensión, a sus inversores, dijo la SEC.
El caso representa una continuación de la represión de la SEC a las fechorías en el sector de inversión de capital. En los últimos años, la agencia dispuso medidas contra cerca de 10 firmas de este tipo, incluyendo agentes del mercado tan destacados como Blackstone Group y Kohlberg Kravis Roberts & Company.
Esencialmente, la tarea de la SEC proviene de la preocupación de que las empresas de inversión de capital no siempre son transparentes con sus inversores, aunque esos inversores obtengan rendimientos significativos. En algunos casos, dice la SEC, las empresas escondieron detalles cruciales que pusieron de manifiesto los conflictos de intereses.
"Un tema común en nuestras recientes acciones de ejecución contra empresas de inversión de capital es su falta de divulgación adecuada de sus honorarios y los conflictos de intereses para financiar inversores", dijo en un comunicado Andrew J. Ceresney, responsable de ejecución legal de la SEC, cuando también reveló el caso contra Apollo.
En su propia declaración, Apollo dijo que "pretende actuar de manera adecuada y en el mejor interés de los fondos que gestiona en todo momento". Apollo, que no admitió, ni negó las acusaciones, agregó: "Mucho antes de que comenzara la investigación de la SEC, Apollo había mejorado su divulgación al público y el cumplimiento relacionado con estos asuntos".
En particular, Ceresney explicó, Apollo se equivocó al no informar plenamente a sus inversores sobre los llamados honorarios de supervisión. Apollo cobra una tarifa de monitoreo a algunas empresas de su propiedad, con el argumento de que tiene derecho a cobrar la consultoría y el asesoramiento que proporciona a estas empresas.
Los honorarios podrían consumir recursos cruciales de una compañía, aunque también beneficia teóricamente a inversores de una empresa de inversión de capital. Por ejemplo, las tasas de monitoreo podrían ayudar a compensar aproximadamente el 2 por ciento de los honorarios que las firmas de inversión de capital cobran a sus inversores, que incluyen algunos de los mayores fondos de pensiones del mundo.
Sin embargo, la SEC encontró que, en el caso de Apollo, la firma estaba "acelerando" las tasas de monitoreo cuando una de sus empresas se vendió o comenzó a cotizar en el mercado de valores. En otras palabras, por la venta o la salida a la bolsa, Apollo "aceleraría" el pago de los restantes años de monitoreo de tasas a un solo desembolso.
Esos pagos "acelerados" –dijo la SEC– reducen efectivamente las "cantidades disponibles para su distribución entre los inversores del fondo". Y agrava el problema, Apollo no dio a conocer plenamente su práctica de "aceleración" de tasas de monitoreo antes de que los clientes invirtieran en la empresa.
La SEC también descubrió que una afiliada de Apollo no dio a conocer con precisión los detalles de un préstamo que tomó de algunos de los fondos de capital de la propia Apollo. En el marco del acuerdo del préstamo, la filial de Apollo debería pagar intereses a los fondos y, sin embargo, "esos intereses fueron asignados exclusivamente" a la propia filial de Apollo.
En su declaración, Apollo explicó que el préstamo en cuestión representaba las ganancias de la empresa de ciertas inversiones y que fue diseñado como un préstamo sólo para efectos fiscales. Entonces, discutiblemente, Apollo tenía derecho al interés. "En ningún momento los inversores obtuvieron peores resultados como resultado del préstamo", añadió Apollo.
Por otra parte, la SEC apuntó a Apollo por "no supervisar" al alto ejecutivo de quien se dijo estaba asignando sus gastos personales a los inversores de la firma. La mala conducta, que comenzó a principios del 2010 y continuó hasta junio del 2013, incluyó "información inventada a Apollo en un esfuerzo por ocultar su conducta", agregó la SEC.
Mientras las fechorías de los ejecutivos no siempre pueden ser vinculadas a un empleador, en este caso, Apollo sabía de esa mala conducta y no actuó, precisó la SEC. En cambio, mencionó, la empresa simplemente emitió una reprimenda verbal y obligó al ejecutivo a reponer los gastos. Apollo no lo castigó de ninguna otra manera.
Eventualmente, después de contratar a una firma independiente para auditar los gastos, Apollo desvinculó al ejecutivo.
Aunque el personal no fue nombrado, ni acusado, la SEC dijo que su investigación continúa.
"La SEC reconoció que Apollo sí descubrió y solucionó la mala conducta cometida por un asociado hace varios años como parte de una revisión de cumplimiento periódico de los gastos", expresó la firma en un comunicado. "Apollo reembolsó los fondos por los gastos indebidos y de forma voluntaria informó del asunto a la SEC, así como cooperó en todos los aspectos con el control efectuado por la Agencia", finalizó la firma.