Samsung estrena ayer el nuevo terminal de su gama Note, el phablet que incorpora un lápiz electrónico y que es distintivo de la marca coreana.
El nuevo Samsung Galaxy Note 7 llega en pleno mes de agosto con dos características singulares: el reconocimiento de iris, que sirve para desbloquear el teléfono o como contraseña para cualquier aplicación con solo una mirada a la pantalla; y el S Pen o lápiz electrónico a prueba de agua, capaz de escribir incluso sobre la superficie de la pantalla mojada.
La firma ha dejado de ser el eterno segundón de lujo en el terreno de los smartphones tras batir en ventas por primera vez a los iPhone de Apple con su gama Galaxy S7. Y sabe que defender lo más alto del podium es más complicado que conquistarlo y por eso ha querido dar un realce especial a su nuevo Note que incorpora el diseño, las características y hasta el nombre de los Galaxy 7.
Como han señalado en una espectacular presentación simultánea en Londres y Nueva York, el Note 7 aspira a convertirse en una herramienta de productividad para ejecutivos o empleados a los que no les basta la pantalla de un móvil y quieren algo más grande y más eficaz, pero incorporando también características de ocio y entretenimiento, porque los ejecutivos también entretienen sus ratos muertos con videojuegos y hacen fotos.
Como instrumento de trabajo, el Note 7 mejora notablemente la seguridad. A la facilidad de activar el terminal con la huella digital, le añade ahora el escáner del iris, una característica singular de cada persona que permanece invariable desde los 18 años.
Una vez que el móvil realiza el patrón del iris, el usuario puede programar el desbloqueo de la pantalla con solo mirarla. La activación es más rápida aún –en microsegundos– que a través de la huella, y funciona también con gafas y lentillas siempre que sean transparentes.