Desde mañana lunes, en dos intensas jornadas, se reúnen en Asunción, importantes investigadores, artistas y gestores culturales para desarrollar el Encuentro Interdisciplinario "La Guerra Grande a la Luz de las Políticas Públicas", convocados por la la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) . Convocamos a dos de sus panelistas extranjeros para conocer sus visiones sobre tan importante tema.

Por: M.N

La guerra contra Paraguay en imágenes

Sebastián Díaz-Duhalde

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Associate Professor of Spanish, Dartmouth College (EEUU).

Desde ingreso del daguerrotipo en Latinoamérica en 1843 y hasta 1880, año del primer fotograbado, las fotografías transitaban un circuito ajeno a la prensa ilustrada: se vendían y compraban sueltas y en álbumes; se intercambiaban, se coleccionaban y se guardaban para recordar seres queridos o para rememorar eventos familiares, lugares remotos, curiosidades de la naturaleza y de la vida cotidiana. La fotografía circulaba como un objeto más en el mundo de los objetos. Durante la guerra que la Triple Alianza de Argentina, el Imperio de Brasil y Uruguay llevó a cabo contra Paraguay (1864-1870), el intercambio y la colección de fotografías fueron prácticas muy extendidas entre las tropas de los ejércitos aliados.

La coexistencia simultánea de miles de hombres en el frente estimuló una producción masiva de imágenes. En ese entonces hubo, asimismo, una revitalización del grabado en madera paraguaya, el auge de la pintura bélica desarrollada en las academias latinoamericanas, el perfeccionamiento de la litografía que facilitó la circulación de imágenes en la prensa ilustrada, y, por supuesto, el portento visual utilizado por primera vez en una guerra en América Latina: la fotografía. La aparición de fotógrafos itinerantes en los campamentos, o de los estudios en las ciudades, popularizó el retrato fotográfico. En el frente de la Alianza la fotografía pasó a ser parte esencial del ajuar personal de los combatientes. Las llamadas «vistas» del frente de batalla (fotografías en papel albúmina del tipo tarjeta postal) o las «cartes de visite» (retratos pequeños) se convirtieron en fundamentos de la cultura material del soldado que, junto a su vestuario y armas, definían su lugar social como «hombre de combate».

Esta presentación en el contexto del encuentro La Guerra Grande a la luz de las políticas públicas tiene dos partes. Primero, se enfoca en el análisis de una serie de «vistas» del frente y «cartes de visite» uruguayas, argentinas y brasileras con el objetivo de deslindar los modos en que las fotografías, como imágenes y como fruto de la cultura material bélica, fueron producidas, circuladas y consumidas durante el conflicto de la Guerra contra el Paraguay. Reflexionar sobre la fotografía no sólo como imagen, sino como «cosa», nos permite rastrear el trayecto que va de la más extrema sublimación del fetiche visual a la completa desaparición del objeto entre miles de objetos llevados a/por la guerra. La segunda parte trata de indagar las políticas visuales en el archivo contemporáneo y su reproducción en forma de libro. El trabajo es entonces pensar el archivo fotográfico de la guerra contra el Paraguay en tres de sus recopilaciones y reproducciones principales: 1) el Álbum de la Guerra del Paraguay (1893-1898) publicado por la Asociación de Guerreros del Paraguay de la República Argentina, 2) La guerra del 70': una visión fotográfica (1985) editada por el Museo del Barro de Asunción y 3) Soldados de la memoria. Imágenes y hombres de la guerra del Paraguay (2000) del historiador argentino Miguel Ángel Cuarterolo. Estas colecciones nos permiten evaluar el sentido y significado del archivo de imágenes que registran la violencia bélica, la violencia estatal, y acercan una visibilidad cotidiana del acaecer diario, el sufrimiento, la muerte y la (des)humanización de los individuos durante el conflicto.

La guerra es un evento pasado que se filtra en toda su dimensión por las grietas de nuestro propio presente. Este Encuentro proporcionará, entre otras cosas, un espacio crítico para reflexionar sobre la imagen, para evaluar su supervivencia (y la nuestra), su capacidad de resistencia y de reaparición en nuestros días. Las imágenes de la guerra (de todas las guerras, hasta de las que se luchan en la calle diariamente) son imágenes que debemos enfrentar, debemos confrontar y hacer hablar. El pensador francés Georges Didi-Huberman dice que ninguna imagen habla por sí sola, si no nos tomamos la molestia de leerla, de pensarla o de discutirla. Este es uno de los motivos principales de las jornadas. Son tiempos difíciles para reflexionar sobre la historia o sobre el pasado, mientras la violencia coyuntural nos acosa. Pero son los mejores tiempos también. El desafío en La Guerra Grande a la luz de las políticas públicas —que es proponer y enfrentar varias miradas regionales a la guerra y hacerlas parte de la historia de la región— es, sobre todo, pensar el lugar de los estados hoy en relación a los pueblos y las comunidades que sobreviven y que (re)surgen en los intersticios empujando los límites del poder soberano.

Soldado niño. Foto: Sebastián Díaz Duhalde.

Los fantasmas de la Guerra

POR : Alejo Magariños

Universidad del Cine – Argentina

alejo.magarinos@gmail.com

Si pensamos en la cantidad de información a la que estamos expuestos hoy en día, notamos que nuestro cerebro procesa de alguna manera cuáles informaciones son relevantes para convertirse en recuerdos de corto y largo plazo, y cuáles serán descartadas, información que explícitamente no retenemos en nuestra memoria porque podemos «googlearla».

Sabemos que la información de la memoria se guarda —al menos en parte— en nuestro cerebro. Sabemos también que el número de neuronas con el que contamos es finito, y muy probablemente no renovable a medida que las neuronas van muriendo. Sin embargo, la memoria no estaría alojada únicamente en las propias neuronas, sino también en las conexiones entre las mismas. Si pensamos que la memoria son las conexiones entre neuronas, más allá de que tengamos un número finito de neuronas, la cantidad de posibles conexiones entre las mismas arroja un número altísimo de redes del recuerdo.

Investigaciones recientes en neurociencias han confirmado lo que era ya una sospecha en la comunidad científica: para la creación de recuerdos de largo plazo, deben crearse ciertas proteínas en las conexiones entre neuronas que facilitarían de forma aún no esclarecida la sinapsis entre las células. Dicha proteína se ha dado en llamar Arc. Sin pretensiones de rigor científico, tomaremos este reciente descubrimiento como metáfora de la consolidación de los recuerdos de largo plazo.

Ahora bien, si traspolamos este descubrimiento al campo de las políticas públicas de la memoria, podemos considerar que el objetivo ulterior de una política para la memoria —sea a través de museos, exposiciones, restauraciones, documentos publicados, videos realizados o páginas web, en cualquier forma tangible o intangible que tome— es justamente la creación de proteínas Arc en las conexiones neuronales de los públicos objetivo de dichas políticas.

En este sentido, podemos considerar lo que Haydée Viola, directora del Laboratorio de Memoria de la Facultad de Medicina de la UBA, comenta sobre la fijación de los recuerdos: «Ahora, tratamos de demostrar cómo una experiencia puede memorizarse mejor si está acompañada de otra experiencia conductual. En realidad, la memoria es una función que tiene nuestro cerebro, que consiste en aprender cosas y guardarlas.» 1

Es decir, para la fijación de un recuerdo, necesitamos muchas veces de una experiencia conductual que la acompañe. Como ir al cine, olvidar el mundo inmediato sentándose rodeado de extraños, con las luces apagadas y asistiendo a diversas recreaciones del mito de la caverna que nos exponen a relatos, imágenes y sonidos.

[1] http://www.pagina12.com.ar/diario/ciencia/19-195186-2012-05-30.html

El encuentro, que comienza mañana lunes y sigue el martes desde las 8.00 hasta las 18.00 "La Guerra Grande a la Luz de las Políticas Públicas: Investigadores, Artistas y Gestores Culturales" en el local del Hotel Guaraní, cuenta con el apoyo del Instituto Social de Mercosur y la Comisión Nacional para la Conmemoración del Sesquicentenario de la Epopeya Nacional, coordinada por la Universidad San Ignacio de Loyola y por el Comité Paraguayo de Ciencias Históricas; forma parte del programa Más allá de la Guerra: Memoria, Reflexión y Cultura de la Paz, un Programa Regional del Mercosur Cultural, que pone en relación pasado, presente y futuro, convocando al diálogo entre perspectivas múltiples, tanto desde el punto de vista disciplinario, desde la historia hasta las artes, como desde el aspecto temático.

EXPONENTES

Este Encuentro, congregará a destacados exponentes nacionales e internacionales de diferentes áreas, que darán un amplio enfoque de discusión. El acceso es libre y gratuito y está orientado al análisis de la Guerra Guasu desde la visión de las artes, la historia y la reflexión.

Cada una de estas jornadas contará con tres mesas integradas por calificados panelistas. El primer día, arrancará con la presentación de la mesa "La Guerra desde la perspectiva de los subalternos". Si bien sabemos que la contienda bélica afectó a amplios sectores de la población, generalmente la participación de sectores subalternos, como los indígenas, los afrodescendientes y las mujeres, no fue atendida por la historiografía tradicional. Los historiadores, Ignacio Telesca, de la Universidad Nacional de Formosa, Argentina; Michael Huner, de la Grand Valley State University de Estados Unidos; Gabriel di Meglio, del Museo Histórico Nacional del Cabildo, Argentina; y la crítica literaria Jennifer French de Williams College, Estados Unidos, buscarán explicar de qué maneras la guerra afectó a estos grupos subalternos y cuáles fueron sus efectos para estas poblaciones más allá de la contienda bélica.

OTRAS PONENCIAS

La segunda mesa, "La Guerra Grande y su incidencia en la conformación de los Estados nacionales en la región", abordará los efectos que tuvo la guerra como punto de inflexión en la conformación de los Estados-Nación del Cono Sur. Los historiadores Herib Caballero Campos, de la Universidad Nacional de Canindeyú, Paraguay; Tomás Sansón Corbo, de la Universidad de la República, Uruguay; y Liliana Brezzo, de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Rosario, nos explicarán cómo la guerra determinó trayectorias diferentes en la construcción del Estado-Nación con posterioridad al conflicto.

La tercera mesa, "Representaciones visuales y recreación de las memorias", se enfoca en el rol central de la guerra en la construcción de iconografías regionales. El reconocido crítico de arte Ticio Escobar, del Centro de Artes Visuales/Museo del Barro; el crítico literario Sebastián J. Díaz-Duhalde, de Darmouth College, cuyo libro "La última guerra. Cultura Visual de la Guerra contra el Paraguay" ganó el premio al mejor libro de Humanidades en el último congreso del Latin American Studies Association en Estados Unidos; la historiadora Ana Paula Squinelo, de la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul, Brasil; y el crítico de cine Alejo Magariños, de la Universidad del Cine, Argentina, nos explicarán las diferentes representaciones sobre la guerra en los diversos lenguajes artísticos.

SEGUNDO DÍA

El segundo día arrancará con dos mesas abocadas a la gestión cultural y el manejo de los archivos de la guerra. La cuarta mesa abordará el programa Más allá de la Guerra: memoria, reflexión y cultura de la paz por sus potenciales aportes a la gestión cultural integrada en la región. La mesa contará con la presencia de Iván Petrella del Ministerio de Cultura de Argentina; Ema Zafaroni del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay; Gabriel Toselli del Instituto Social del Mercosur; y Vladimir Velázquez, de la Secretaría Nacional de Cultura del Paraguay.

La quinta mesa apunta a la gestión de los acervos de la Guerra Guasú. En esta mesa estarán presentes el reconocido escritor Rui Moraeu, del Museo de la Inconfidencia de Ouro Preto, Brasil; Ana Laura Montani, del Museo Histórico Nacional de Argentina; y Rubén Capdevila, de la Biblioteca Nacional del Paraguay.

Por último, la sexta mesa constituye un cierre ideal para el evento al abordar las guerras de la región en perspectiva comparada integrando los aprendizajes del estudio de la Guerra Guasú con otras contiendas de América Latina. Esta mesa contará con la presencia de las historiadoras María Victoria Baratta, investigadora visitante en la Universidad Autónoma de México; Carmen McEvoy de la Sewanee University de Estados Unidos; el crítico literario Javier Uriarte, de Stony Brook University, Estados Unidos; y el investigador Marvin Molina Casanova, representante del gobierno boliviano.

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