Por Laura Morel
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De ser el centro de la atención en el ciclo olímpico pasado, a pasar casi en silencio en este, tras el sueño y deber cumplido de conseguir la tan ansiada y necesaria pileta olímpica para el Paraguay.
Benjamín Hockin llega a Río 2016, sus terceros Juegos Olímpicos, segundos con Paraguay, con "una satisfacción muy grande", pese a que tuvo que esperar hasta la última competencia en Bahamas para confirmar su presencia.
"Fue una sensación de felicidad, fruto del trabajo que llevamos realizando hace muchísimo tiempo. Para mí es increíble poder representar nuevamente a Paraguay en unos Juegos Olímpicos, que sabemos que es la máxima expresión del deporte. Estar rodeado de los mejores deportistas de todo el mundo, en el caso de la natación de los 900 mejores, es un privilegio enorme. Me siento muy honrado de formar parte de este selecto grupo", comenta.
Una dolorosa pérdida
Hockin anotó su nombre en Londres 2012 con varios meses de anticipación y logrando la Marca A requerida. En esta ocasión, repetir esa hazaña no fue posible. Entre otras cosas, porque en el camino tuvo que enfrentar una de las experiencias más dolorosas de su vida.
"El año pasado falleció mi entrenador Angelo Camarossano (en un accidente), que tenía preparado todo nuestro plan desde que terminó Londres 2012 hasta Río 2016. Era un entrenador que planificaba todo y el entendimiento con él era con los ojos cerrados. Él sabía qué me pasaba, cómo me sentía", recuerda, confesando que fue la primera persona en quien pensó cuando se confirmó su clasificación a Río, entre otras cosas, "porque los Juegos se hacían en su propio país".
La pérdida de Camarossano supuso para Benji no solo un dolor muy grande sino un tener que volver a empezar: "Estuvimos en un periodo de búsqueda de la puesta a punto y finalmente encontramos el método trabajando con José Lobo, que fue asistente de Angelo y con quien también compartimos mucho tiempo como nadadores, y con Martín Lezcano".
Como resultado de este nuevo proceso, el nadador comenzó a bajar su marca personal de los 100 metros libres a partir del Sudamericano que se realizó en marzo pasado, en Asunción. "Fui bajando, consiguiendo mi mejor marca del año, hasta llegar a mi mejor marca de clasificación para los Juegos en junio (49.72 en Bahamas)", destaca, considerando que "algo de lo que estamos haciendo está funcionando. Me pone muy contento que finalmente estamos por buen camino".
De la presión a la diversión
Julieta Granada confesaba a La Nación semanas atrás que, como abandera en la ceremonia inaugural centraría toda su atención en caminar sin tropiezos, en evitar cualquier posible incidente, reconociendo que sería un momento muy importante y de mucha tensión.
Situación que el propio Hockin vivió cuatro años atrás y que hoy, ya libre de esa responsabilidad, asegura que hizo de "Río una experiencia totalmente diferente a lo que fue Londres", donde tuvo "esa presión extra de haber clasificado con marca y de ser el abanderado nacional".
"Para Río, mi nombre apareció en la última semana de clasificación. Estuve fuera del ruido durante todo ese tiempo. Son mis terceros Juegos y voy a disfrutar de esta experiencia, divertirme con lo que estoy haciendo, si bien obviamente quiero mejorar la marca", indica, quien ve en Río 2016 "unos Juegos totalmente distintos" porque "Sudamérica tiene ese toque latino, tan nuestro, en comparación a Londres, donde era todo muy estructurado".
Histórico para la natación
Como si no bastara ya el hecho de estar presente en el evento deportivo más importante del planeta, Benjamín Hockin es uno de los privilegiados nadadores que tienen la oportunidad de ver a la leyenda viva de este deporte, despedirse oficialmente de los Juegos Olímpicos.
Michael Phelps (31 años) se despide en Río 2016 con grandes posibilidades de ampliar sus magníficos récords entre los que se destaca el ser el atleta con la mayor cantidad de medallas olímpicas (22), siendo 18 de ellas de oro.
"Yo tengo una foto con Michael del 2007, de antes que gane sus ocho medallas de oro en los Juegos de Pekín (2008)", comenta con mucho orgullo Hockín, deseando poder tomarse nuevamente otra foto con el norteamericano en Río. "Va a ser una experiencia buena, poder verlo nadar va a ser algo increíble. Es el mejor nadador de toda la historia", sentencia.