El escándalo generado luego de las publicaciones donde se develó la lujosa vida que llevaba el narcotraficante Jarvis Chimenez Pavão dentro de la penitenciaría de Tacumbú, surgieron varias versiones entre ellas la manifestada por una de sus defensoras la doctora Laura Casuso.

La profesional desmintió que el lugar pertenezca a su cliente, sin embargo, dijo que sí fue montado por él pero para uso de los directivos.

"Me cansé de la parafernalia que se está haciendo, las autoridades quieren hacer creer que ignoraban todas estas cosas cuando la verdad es que siempre estuvieron al tanto", comenzó diciendo.

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Agregó que Pavão desde el 27 de diciembre del 2009, fecha en que fue recluido, invirtió en innumerables obras dentro del penal como la construcción de nuevos departamentos con varias habitaciones que serían utilizadas como celdas.

Laura Casuso dijo que las salas eran utilizadas por directivos de Tacumbú

Dijo que solamente contaba con un dormitorio y una cama, mientras que los demás serían dependencias reformadas por él pero para otros fines.

"Todo lo que ahora se está queriendo pasar como si fueran suyas, son dependencias que el reformó para ser utilizadas como oficinas.

Allí funcionaba el despacho de seguimiento de causas procesales, la dirección del MEC, oficinas del área de relaciones públicas, servía de dispensario de medicamentos que por cierto también eran adquiridos por él ", sentenció.

Comentó que otras de las adquisiciones hechas por Pavâo fueron 2 vacas mecánicas para la provisión de leche de soja a los internos, y que más de 120 eran alimentados gracias a lo que el narcotraficante invertía.

Supuestamente cada 15 días a pedido de su defendido ella personalmente se encargaba de traer la soja necesaria para abastecer la demanda, al igual que los materiales para cada una de las construcciones mencionadas, pero siempre avaladas por los directivos de turno.

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