Moscú, Rusia. AFP.

Rusia, aún aturdida tras el golpe de la exclusión del atletismo ruso de los Juegos Olímpicos, contiene el aliento ante la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI), que podría privar a sus deportistas de los Juegos Olímpicos de Río.

El anuncio del COI el viernes por la mañana de que 45 nuevas muestras de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012 dieron positivo, después de nuevos reanálisis, no ha hecho sino enrarecer aún más el ambiente y sembrar de dudas el deporte mundial.

Después de las revelaciones del informe McLaren sobre la magnitud del "sistema de dopaje de Estado" en Rusia, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) confirmó que la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) tenía derecho a excluir a Rusia de las pruebas de Atletismo de los Juegos-2016.

Segunda potencia en atletismo en los Juegos de 2017, con 17 medallas, solo superada por Estados Unidos, Rusia solo estará representada por dos atletas, y sin grandes esperanzas de medalla: la saltadora de longitud Darya Klishina, repescada por la IAAF ya que vive en Florida y es ajena al sistema ruso, y la especialista en 800 m, Yulia Stepanova, cuyas revelaciones originaron el escándalo de dopaje en torno a Rusia.

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El presidente ruso Vladimir Putin declaró que no hay lugar para el dopaje en el deporte, un día después de la exclusión del atletismo ruso de los Juegos-2016, y dos días antes del anuncio del COI sobre una eventual exclusión total de Rusia de los Juegos de Río.

"La posición oficial de Rusia, del gobierno y del presidente, de todos nosotros, se resume en que no hay lugar para el dopaje en el deporte", declaró durante una reunión con su consejo de ministros.

El presidente ruso pidió igualmente "al comité olímpico ruso que ponga en marcha un organismo independiente que, quiero subrayarlo, será una comisión pública independiente", que se dedicará a la lucha contra el dopaje.

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