Los errores arbitrales siguen a la orden del día en un campeonato que apenas arranca. El miércoles, en el juego entre Olimpia y General Caballero, un gol anulado a Orlen Quintero por una supuesta mano en la previa, fue la jugada más reclamada por parte de los zeballenses.

El gol, en realidad, debía ser invalidado, pero no por una mano, que solo vio Antonio Arias –asistente de fondo–, sino por una posición adelantada que ninguno de los tres árbitros que estaban metidos en la jugada –árbitro principal, asistente de línea y asistente de fondo– pudo divisar.

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