Por Antonio López

antoniolopez@lanacion.com.py

La obsoleta estructura de un puente ubicado en la avenida Artigas, a la altura de Tablada, generó el pasado viernes un verdadero caos vehicular, hecho que hizo perder la paciencia a cientos de conductores y pasajeros del transporte público. La comuna capitalina ahora decidió el cierre temporal de esa parte de la mencionada arteria a los efectos de reparar el puente sobre el arroyo Mburicaó. Hasta aquí la historia reciente.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Sin embargo, la historia va mucha más atrás en el tiempo y en otros sitios, puesto que no solo esa zona de la capital del país sufre "el paso del tiempo" en las infraestructuras, sino que una gran parte de las calles y avenidas de Asunción muestran un deterioro que, en la mayoría de los casos, se debe a la desidia de las autoridades encargadas del mantenimiento de las mismas.

Pero si bien ahora se encarará –lo que se supone– un proyecto en serio para solucionar el tema del puente sobre la avenida Artigas, no se debe olvidar que el gran conflicto se centrará en las calles adyacentes a la zona de obras, puesto que las mismas, como otras calles capitalinas –que no sean principales avenidas–, no están en condiciones de absorber el tráfico que tiene, en este caso, la avenida en cuestión.

Está bien, se desviará el tráfico por la cantidad de días o meses que se requiera para culminar las obras, pero, ¿las calles que recibirán la importante cantidad de vehículo que transitan por la avenida Artigas están preparadas para dicho objetivo? Esa zona no es precisamente una zona donde las arterias alternativas sean suficientes o estén en condiciones de servir de solución al problema, y es precisamente porque durante años, décadas, no se pensó –o no se quiso pensar– en abrir nuevos espacios para el tráfico capitalino que, no cabe dudas, tenía que ir creciendo año a año.

Hay que encarar las obras y poner a punto con suma urgencia otras vías, ya que quienes se mueven por Asunción piden a gritos una solución al tráfico de rodados.

Y pasa lo mismo en otros barrios de Asunción y calles adyacentes a las principales avenidas. En la capital el problema no es que haya más tráfico, que el número de vehículo que circulan se haya duplicado, triplicado o quintuplicado si se quiere en los últimos años, el principal problema es que todos esos rodados convergen en las únicas vías que están "más o menos" bien, y eso hace que se genere el caos. No existen, por más que se quiera señalar lo contrario, vías alternativas "decentes" para descongestionar las avenidas.

Y es precisamente en esto lo que se debe insistir. En poner a punto las calles que corren en las cercanías de las importantes avenidas, e incluso, otras que están más alejadas pero que podrían servir como oxígeno al cada vez más caótico tránsito capitalino. No hay otra salida. Hay que encarar las obras y poner a punto con suma urgencia otras vías, ya que quienes se mueven por Asunción piden a gritos una solución al tráfico de rodados.

Pensar en soluciones parche no va a parar el problema, al contrario, con el tiempo ese problema se irá agravando y encontrar una salida va a costar mucho más, en trabajo y en presupuesto.

Asunción necesita más calles en buen estado, necesita descongestionar, por ejemplo, Mariscal López, Eusebio Ayala, España, Fernando de la Mora, además de Artigas, y hacer que el ingreso a la capital no solamente se haga por estas arterias, sino que también haya otras vías que permitan un fluido tránsito hacia el centro asunceno.

La comuna capitalina debe encarar junto al Gobierno Nacional la pronta solución a este inconveniente, ya que la cantidad de rodados que transitan o seguirán transitando las calles de Asunción irá creciendo, y eso es algo que no se puede parar, pero lo que sí se debe hacer con mucha urgencia es reparar las arterias para que sirvan de alternativas y eviten los descomunales embotellamientos y el nervio de los conductores y pasajeros, tanto de vehículos particulares como públicos.

Es una materia pendiente. Muchos gobiernos municipales no lo hicieron, pero alguna vez se tiene que dejar de lado la desidia y pensar en los ciudadanos, en el bienestar de ellos, y sin dudas, el movilizarse con fluidez por las calles asuncenas es un anhelo que hasta hoy no se puede cumplir.

Déjanos tus comentarios en Voiz