El dinamismo, la agilidad y la innovación, junto con su estrategia de venta y distribución, le permiten a Reimpex SRL posicionar sus vehículos entre los más vendidos, lo que genera un impacto positivo en todo el país, poniendo al alcance de la población medios de transporte económicos, accesibles y con la posibilidad de competir en calidad con renombradas marcas afianzadas en el mercado local.
A 15 años de la creación de la industria automotriz en Paraguay, que hoy experimenta un crecimiento exponencial, La Nación conversó con uno de los líderes del sector industrial, para observar todo el camino recorrido, delimitar los desafíos para seguir fortaleciendo a la industria local y compartir con los lectores sus logros obtenidos en beneficio de toda una sociedad.
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-A 15 años de la creación de la industria automotriz, con la fabricación de las primeras motocicletas nacionales, ¿Cómo fue ese largo proceso, y cuál fue el acompañamiento del Estado?
-La industria automotriz nacional no existía a finales de la última década del siglo XX, en ese entonces el Mercosur iba cerrando todos los temas comunes que le interesaba como bloque.
El Tratado de Asunción estipulaba que para el año 2000 se debían cerrar todos los acuerdos y convenios, con los regímenes que cada país quería proteger. Brasil, Argentina y –en menor medida– Uruguay contaban con un régimen automotriz funcionando; Paraguay era el que faltaba en ese grupo, que a pesar de no contar con una industria, nuestro gran socio y potencia en la región, Brasil, se comprometió en proveer.
Fue el sector privado el que propuso formalmente al Ministerio de Industria y Comercio introducir un instrumento por lo menos formal, que hable del régimen, es ahí donde se confecciona el Decreto N° 21.944/98 que crea el Régimen Automotriz Nacional (RAN).
-¿Era un régimen de papel, que estaba disponible, pero nadie utilizaba?
-Estaba vigente el decreto, por una cuestión de resguardar un instrumento que en algún momento el país podría utilizar. Los empresarios del sector privado quisimos utilizarlo, presentamos proyectos, importamos tecnologías, intercambiamos licencias con proveedores, principalmente India y China.
El 2005 fue el año fuerte, donde se establecieron varias empresas, entre ellas, la nuestra, Sambarie SRL, ya con las licencias pertinentes y un crédito favorable, la compañía se arriesgó a comprar grandes cantidades de motocicletas.
-No necesitaron mucho tiempo para producir el cambio en toda la sociedad
-Hasta el 2003, era a pie, en caballo o en bicicleta. En realidad, la motocicleta era un producto de lujo para el campo. Hasta ese entonces, las marcas japonesas atendían a un mercado de los ricos del campo.
Entre las 6 empresas que operábamos en el mercado, hicimos lo que se conoce como la revolución de la motocicleta. Desde el 2005, que vendimos 100.000 motos, hasta el 2011 que llegamos a 210.000 motos, donde se lograron cubrir las necesidades de la población, que buscaba un medio de transporte accesible y de calidad.
-¿Dimensionaron el impacto que ya estaban generando en una sociedad, que hasta hace unos años atrás, se maneja a caballo?
-Los empresarios logramos una gran transformación en la sociedad paraguaya. En el 2007, la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC) distinguió al Grupo Reimpex SA por haber introducido condiciones comerciales que hicieron accesible el producto –en este caso, motos– para una gran masa de la población, en especial en el interior del país, ampliando un mercado que aportó un beneficio para el mejoramiento de la calidad de vida de la gente.
Hemos adquirido tecnología, se ha transferido conocimiento a los empleados, contribuimos con el desarrollo económico de toda una nación, y además hemos aceptado el desafío que ha puesto el gobierno: mayor integración de contenido nacional.
-¿La intención fue siempre llegar a atender un estrato social más bajo?
-Nuestra intención siempre fue atender la base de la pirámide económica, los más pobres, los que no podía acceder a un bien semiduradero, como es la motocicleta. Esto fue posible gracias a varios factores, entre ellos, el RAN, que fomentó la inversión y la industria nacional; la competitividad; fuentes de trabajo; capacitación de la mano de obra; tecnología, nos dio la oportunidad de masificar el producto, por ende, el bien se hizo más barato, dando la oportunidad a miles de familias paraguayas. Quizás ese individuo no califique para ser empleado de ninguna empresa, pero puedo ser jardinero y lleva sus herramientas de jardinería para el servicio en moto, reduciendo costos y ampliado su cartera de clientes. Ese jardinero pudo comprar la moto porque accedió al bien a un precio accesible, a crédito, y lo adquiere con IVA reducido.
-Acceder a un producto crediticio, además le da la oportunidad al individuo de ampliar su panorama económico.
-La persona ingresa al mundo bancarizado, porque accede a su primer crédito, esto le ayuda a contar con una referencia crediticia y una calificación. Le enseñamos al cliente, primero a calificar, porque queremos cobrar la cuota, luego trabajamos para que el pago se haga al día, llegando hasta la comunidad para una mejor comodidad del cliente, actualmente estamos presentes en 200 distritos del país.
-Política gubernamental. Inicialmente a través del RAN, los incentivos fiscales de la Ley Nº 60/90 y, posteriormente, con la vigente ley que establece la política automotriz nacional ¿Suficiente?
-La Ley 60/90 es un régimen que incentiva la inversión, por ende las exoneraciones son por tiempo limitado. Además, tenemos un incentivo a la producción, donde cada unidad que producimos se beneficia al momento de la importación de materia prima, es importante entender que es el consumir final el que paga el IVA, los incentivos a la producción hacen que nuestros productos sean competitivos, al tener IVA reducido. La gente demanda nuestros productos, gracias al incentivo a la producción, es un factor preponderante.
Es verdad, nuestro país hizo un sacrificio fiscal al incentivar el establecimiento de nuestras empresas, pero hoy producimos utilidades y, en base a las utilidades, tributamos, contribuyendo fuertemente con el fisco.
-Una industria que costó mucho montar y que constantemente se ve amenazada, en el sentido de recortar incentivos a la producción ¿Es algo que les preocupa?
-Te diría que la industria, que tanto costó montar, está con un gran riesgo de ser desmantelada, con la idea de la unificación del IVA y proyectos presentados en Diputados para recortar los incentivos a la producción. Si perdemos estos incentivos fiscales, vamos a dejar de producir, desmantelamos nuestras fábricas, pero voy a seguir vendiendo motos, ya que mi marca está consolidada en el mercado.
-Algunos técnicos de Hacienda señalan que los incentivos ya no se justifican cuando la industria está fortalecida y gana mucho dinero.
-Cada moto que fabricamos le ponemos mano de obra paraguaya, pagamos sueldos, invertimos en tecnología y formación de personal. Hacemos el chasis en Paraguay, una cantidad de tareas que hacen que el producto sea igual de caro que el importado. Hay que entender que nuestro factor competitivo es el IVA, si nos retiran ese factor competitivo, simplemente dejamos a la industria de lado, importamos el producto y nos dedicamos a comercializar. La tendencia en el mundo es proteger los mercados nacionales, cuidar los puestos de trabajo y desarrollar nuevos empleos.
-Además de las políticas fiscales, el Gobierno también debe dar competitividad a las empresas paraguayas, reduciendo costos de transporte, de logística, de manera que la industria nacional tenga costos más competitivos.
-Estamos a 1.500 km del mar, la logística aguas arriba es muy pesada y por ende muy cara. Necesitamos que sea fluida, probablemente tenga que ver con una política de Estado, el tema es abaratar el precio de los fletes, para ser competitivos. El Paraguay soporta el más alto costo de transporte y logística en el Mercosur, incluso si nos comparamos con el resto de los países de la región.
-A la producción de vehículos de motos y triciclos de carga se le unieron los vehículos utilitarios y, recientemente, los automóviles. ¿En qué momento se decide diversificar?
-Es un crecimiento natural, del caballo vamos a la bicicleta, de la bici vamos al moped (bicimoto) y llegamos a la motocicleta. Las necesidades del mercado van variando y nos preguntábamos cómo atendíamos cargas más pesadas y es ahí donde cortamos la moto, le pusimos una caja de carga atrás y seguimos para adelante con los triciclos. Con el tiempo, y por una necesidad de atender una demanda creciente en el mercado, llegaron los camiones utilitarios, que en general se los usa para carga y pueden ser de comercios, empresas o particulares.
-El automóvil netamente paraguayo sale al mercado luego de un largo proceso, a un precio que no supera los 50 millones de guaraníes ¿Cómo llegamos a eso?
-Nos sugirió el fabricante que nos entregó esta planta, tener una multimodelo, con una inversión de US$ 12 millones, aunque la planta en sí tiene un valor muy superior, nos permitió la posibilidad de fabricar automóviles, vehículos comerciales leves, pickup y camiones livianos hasta 8.000 kilos. Cuando corrió la voz en China de que en Paraguay se estaba por inaugurar una planta tan importante, tuvimos varias propuestas. Negociamos con Change (vehículos utilitarios), Forland (camiones livianos y pesados) y JAC (línea integral de automóviles). El presidente Cartes nos sugirió presentar a las familias paraguayas el primer automóvil nacional, tomamos el compromiso. Presentamos el JAC J2 el 28 de marzo, lanzando el primer automóvil construido, en línea de ensamblaje, en Paraguay.
-¿A qué podemos atribuir el éxito del primer automóvil paraguayo, JAC J2?
-Es un automóvil muy moderno, bien diseñado, es el que tiene mejor espacio interior y fue adaptado a la realidad de nuestras calles, con ruedas grandes (aro 14), dos centímetros y medio más alto del suelo, un alto grado de equipamiento. El precio está en su justo nivel, no es muy barato, pero tampoco caro, y la empresa da facilidad de financiación y, además, hay una alianza estratégica con el BNF.