Por Laura Morel

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Cuando Julieta Granada agarró su primer palo de golf a los 4 años, habían pasado solo dos años de la realización de los últimos Juego Olímpicos, los de Seúl 1988.

En ese evento sus padres, quienes la fueron guiando hacia la práctica de este deporte, no vieron una competencia de golf como para imaginar que eso los hizo soñar con ver a su hija jugar un día por una medalla olímpica. Tampoco lo vieron en las anteriores ediciones ni en las posteriores.

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Es más, ni siquiera la propia Julieta creció viendo a los Tiger Woods o las Annika Sörenstam, solo por citar a dos de los más grandes representantes de este deporte, luchar por una medalla olímpica.

¿El motivo? El golf lleva más de cien años sin ser una modalidad de disputa dentro de los Juegos Olímpicos. Las únicas dos ocasiones en las que estuvo fueron en París 1900 y St. Louis 1904.

Tuvieron que pasar 112 años, para ser exactos, como para volver a ver un campo de golf dentro de las instalaciones olímpicas. Campo de golf que será recorrido, entre 60 golfistas, por la paraguaya Julieta Granada.

La número uno nacional, que entre 2004 y 2007 fue electa jugadora júnior del año en los Estados Unidos, conquistó un inédito torneo de un millón de dólares y ganó el Mundial junto a su compatriota Celeste Troche, llevará la bandera tricolor en Río 2016.

De aquel cierre de 2006 e inicio de 2007 fantástico, saber que competirá en unos Juegos Olímpicos, será para Granada "una experiencia... ¡yo digo que va a ser increíble!"

"Decir después que estuviste, que participaste, no muchos atletas tienen el gusto, en especial el golfista, porque el golf no estuvo en las Olimpiadas por mucho tiempo. Me siento súper afortunada de poder estar ahí, de representar a Paraguay y de dejar todo para tratar de conseguir una de las medallas".

Así de emocionada y ambiciosa se manifiesta, en la entrevista concedida a La Nación Digital, la paraguaya para quien que el Comité Olímpico Internacional saldó deudas con el golf al incluirlo en el programa de Río 2016.

"Todas las organizaciones mayores del golf alrededor del mundo, en hombres y mujeres, se pusieron las pilas para tratar de convencer al Comité de que el golf es un buen deporte y que tenemos demasiado buenos valores que enseñamos a los chicos. Los jugadores, lo único que tenemos que hacer es ir y participar", comenta Julieta, que el año pasado tuvo la oportunidad de conocer al presidente del Comité Olímpico, el alemán Thomas Bach.

"Es un señor muy agradable, un señor que ganó medallas y que nos contó su experiencia a unas cuantas golfistas que estuvimos con él", explica, al tiempo de negar que, en son de broma, le haya hecho algún reclamo por la prolongada ausencia del golf e los JJOO.

"No, obviamente le dimos las gracias. No se puede hacer ningún reclamo. Somos afortunadas de vivir esta experiencia increíble", expresa sonriendo.

La sonrisa de quien disfruta de lo que hace es marca registrada en Julieta. Foto: Agustín Acosta.[/caption]

El orgullo de ser paraguaya

Julieta es de diálogo fácil. Las palabras fluyen al ritmo acelerado en que late su corazón cuando habla de golf. Pero, cuando tiene que referirse al privilegio de llevar la bandera en el desfile inaugural, le cuesta expresar en palabras cuánto orgullo siente de ser paraguaya.

"Eh… eh... Estoy... más que afortunada y bendecida", comienza diciendo. "No, no puedo encontrar otra palabra digamos que, que... como que describa la situación", reconoce luego, para tomar aire y arrancar recordando al embajador del golf nacional en el mundo.

"El golf paraguayo, desde Carlos Franco, siempre tuvo mucho éxito y estoy muy contenta de poder estar en los Juegos. Llevar la bandera es un honor que no se puede explicar. Me causa mucha emoción, estoy súper orgullosa. Siempre digo que soy súper orgullosa de ser paraguaya y de representar al país lejos. Doy gracias a la gente que me apoya, que me sigue. Desde lejos se siente la buena onda y el apoyo", indica.

¿Sos llorona?, es la pregunta que salta a continuación, imaginando las emociones que podrían generar ingresar al estadio portando la bandera de Paraguay ante la mirada del mundo entero. "No soy llorona, para nada. A lo mejor después de unos días, pero en el momento voy a estar más nerviosa que llorona", aclara Julieta, acotando que los nervios se deberán al temor de no tropezar. "Voy a estar pensando: 'agarrá bien la bandera y no te caigas", se imagina que dirá.

Objetivo colectivo: hacer crecer al golf

Durante los cuatro días que durará el certamen femenino (17 al 20 de agosto), Julieta Granada se encontrará con adversarias más que conocidas y asegura que, el hecho de que se enfrenten en unos Juegos Olímpicos, no cambiará el nivel de competencia ni las sensaciones.

"Al final de cada día, es como cualquier otro torneo. En ese momento sería de cómo enfrentar la cancha y cómo lidiar con tus emociones respecto a las Olimpiadas y a lo que significa, pero el golf sigue siendo igual", explica la paraguaya, para luego referirse a lo que sí, a su criterio, cambiará con la disputa del torneo de golf en Río 2016.

"En lo que va a ayudar que el golf esté en los Juegos Olímpicos es en hacer que el deporte crezca a nivel mundial, que sea más famoso, que haya más golfistas, porque este es un deporte muy lindo que enseña muy buenos valores, especialmente a los chicos, y es algo que se puede jugar toda tu vida", indica.

Granada reconoce incluso que ese es el objetivo colectivo que tienen todos los golfistas en Río de Janeiro: "¡Claro! Queremos hacer el golf más popular, que la gente disfrute. Los golfistas somos afortunados, porque no mucha gente tuvo el privilegio de jugar este deporte tan lindo, que es al aire libre y te enseña los valores de respeto y honestidad. La meta del golf en los Juegos Olímpicos es que el deporte crezca, especialmente en Sudamérica".

En el trabajo de caddie, Rosa Granada encontró la manera de estar siempre al lado de su hija. Foto: Agustín Acosta.[/caption]

Objetivo individual: Al podio junto a mamá

Como si estar en la élite del deporte mundial no fuera suficiente, Julieta Granada disfruta de otro privilegio del que pocos deportistas pueden presumir. Su caddie, es decir, la persona que la acompaña, asiste y asesora en cada partido, es nada menos que su madre, Rosa.

A diferencia de la hija, mamá Granada no es de hablar ante los medios. "No, yo no tengo nada que decir. Ella es la deportista, ella es la estrella", se excusa sonriente y apuntando hacia la golfista, reiterando tales palabras al recordársele que también es mérito suyo estar en unos Juegos Olímpicos.

"Nosotras dos somos un equipo. Viajamos por el mundo juntas y trabajamos juntas. Ellas es parte fundamental de mi éxito, es quien me guió hacia este deporte y la que me ayuda en cada paso que doy", responde Julieta, la vocera oficial de esta exitosa dupla.

"Va a ser una experiencia muy linda y no solamente para nosotras, sino que para todo el pueblo paraguayo y para todos los golfistas, porque realmente nosotros los golfistas queremos mucho al golf y nos da muchas satisfacciones. Vamos a estar muy contentas de estar ahí", resalta.

Finalmente, y volviendo al inicio de la entrevista, cuando habló de pelear por una medalla, Julieta Granada deja en claro que ese es el gran objetivo que tiene la familia Granada: "¡Claro! Como en cualquier otro torneo, al final del día el objetivo es ganar. Para eso jugamos, para eso entrenamos, para eso pasamos horas en la cancha de golf. Para ganar. Esa es la meta, si no, no te vas".

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