No quiero que sigas llegando tarde. No voy a permitir que me mientas. No me gusta que te rías cuando te hablo de lo que siento. No me siento cómoda con tu informalidad. No estoy dispuesto a permitir más esto.

Por: Javier Barbero

www.javierbarbero.com.py

Declarar que NO es un derecho humano. Porque cuando declaro NO pongo un límite, marco una distancia, me aparto, discrimino lo que no quiero, lo que no soy, lo que no voy a permitirle a los demás.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Una persona que no sabe o no puede decir que NO a la larga será abusada en algún sentido. Esta declaración en coaching es fundamental porque me permite poner un límite.

Esta dificultad para decir que NO es más habitual de lo que podríamos pensar, por eso desde el coaching insistimos en que aprender a incorporar la negación es sano y necesario para sentirnos bien con nosotros mismos.

A continuación, te presento un listado con ciertas premisas que conviene tener en cuenta:

Decir NO no es una actitud negativa. Puede parecer una paradoja pero lo cierto es que renunciar a hacer algo no significa que la persona que te pide el favor te importe menos o que estés enojado con ella, simplemente estás teniendo un motivo de peso para negarte y ese es un derecho.

Ser sincero. Ya lo dice el refrán: "Con la verdad se llega a todas partes". Cuando no quieras hacer algo, no empieces a soltar una seguidilla de excusas. Es importante afrontar la situación con sinceridad, exponiendo los motivos por los que has tomado esa decisión.

La educación primero. Lanzar una negativa no significa hacerlo de mala manera, con impertinencia y falta de educación. Debemos procurar hacerlo siempre en un tono amable y distendido, evitando situaciones incómodas.

Complacer a todo el mundo. Un error muy extendido es creer que llevarnos bien con todo el mundo nos hace mejores personas. Vivir significa tomar partido y eso implica también expresar inconformidad o negación cuando lo consideremos oportuno. Solemos mostrarnos 100% disponibles para los demás y en ocasiones priorizamos lo que nos viene de fuera frente a nuestros propios deseos.

Cuando por la razón que sea no me permito poner un límite pongo en riesgo mi dignidad.

Déjanos tus comentarios en Voiz