Sus oyentes hoy la reconocen por su risa inconfundible pero años atrás sus amigos le gastaban bromas por ese rasgo característico. En Villarrica arrancaba las tardes y aquí es la chica de las mañanas. Apasionada y emprendedora, en donde esté trabaja para ser su mejor versión.
Entrevista: Jazmín Gómez Fleitas
Marilé (29) nació en Asunción pero dos años después sus padres, Malena y Julio César, decidieron mudarse a Villarrica. Allí fundaron la empresa familiar, una fábrica de calzados bajo la marca Giulio Cesare que sigue vigente en la actualidad. "Yo me dediqué toda la vida a vender zapatos. Mientras estudiaba en el colegio, por las tardes trabajaba en la fábrica. Me tocó desde poner los cordones hasta ser secretaria de mamá", relata.
Sus primeros recuerdos allí los tiene desde los 6 años, cuando ya andaba de visita. No era una niña traviesa, no trepaba los árboles o hacía desastre en la fábrica, pero sí leía libros. "Mamá siempre nos tuvo cerca y ella es de esas personas que quiere verte haciendo algo productivo", describe. Así que a medida que fue creciendo, fue aprendiendo del negocio familiar.
A los 12 le empezaron a pagar simbólicamente y ella usó su primer ahorro para comprarse una Barbie. "Papá y mamá valoraban mucho el hecho. Así que era ganarme una ida a Asunción para comprarla. Para mí era igual a un Oscar tener el aplauso familiar", compara. A la par de esto, también estudió inglés y tomó clases de piano con la profesora Nenucha de Mussi, a quien recuerda con mucho afecto: "Ella marcó mi vida. Cuando ya hablábamos de cosas adultas, siempre me destacaba la admiración. Que hay que admirar a las personas, que hay que ser apasionados con lo que uno hace. Y terminaron siendo dos de las cosas que más hago en esta vida".
A la música la descubrió por su cuenta, canciones que escuchaban los padres de sus amigas, el hermano de una compañera, etc. Con ayuda de su teacher, traducía las letras de las canciones de Los Beatles, el primer grupo que le voló la cabeza. "Antes no había internet para traducir las letras y eso me sirvió bastante para perfeccionar mi inglés", acota divertida. Se cataloga como rockera porque "el rock es actitud y locura, pero locura de amor".
De hecho, sus películas favoritas son Cinema Paradiso y el Rey León porque ambas hablan de lazos. "Me encantan porque tienen nostalgia y amor en todas sus manifestaciones. Incluso el amor a tu ciudad. Y yo le amo a Villarrica". Confiesa que cada vez que ve Cinema Paradiso llora como la primera vez; mientras, se sabe de memoria todos los temas musicales y diálogos del El Rey León.
"Soy una enamorada de las pasiones. La música es una pasión, el cine también. La fotografía. El fútbol es una pasión. Yo me emociono todo el tiempo. Me gusta vivir". Y eso se nota cuando habla y le brillan los ojos al recordar su infancia o al contar sobre su mascota favorita, una hembra de raza pastor alemán que se llama Julieta y quedó con tres patitas debido a un accidente (ella es en realidad una de los 14 catorce perros que tiene en Villarrica. La mitad vive en la fábrica; la otra, en casa de su familia).
Le gustaban los negocios, así que estaba convencida de que seguiría Economía; pero por el camino, cambió de parecer. Un profesor suyo del colegio, que también enseñaba en la universidad, la disuadió de esa idea. Cuando la vio en el pabellón a punto de inscribirse, le recordó cuánto sufría en las clases de matemática, y le contó que si seguía esa carrera tendría 16 horas de clase con él. "Para que veamos lo importante que son los maestros en nuestra vida. Yo creo que el profesor Eleazar Schaefer no sabe que me salvó la vida. Hasta hoy le agradezco", dice.
Pero ¿y la conducción? En realidad fue algo que siempre estuvo en ella. En el colegio era la que estaba al frente de los festivales y cuantos eventos se realizasen. Y lo curioso es que la radio le llega a través de ello. En el primer año de la facultad de Derecho –sí, es abogada- la comisión de ciudadanos encargados de la organización del Carnaval de Villarrica le ofrece la conducción. Gracias a esa exposición, al poco tiempo consigue trabajo en la radio Transamérica. Allí estuvo durante siete años, de tres a cinco de la tarde el primero, y los siguientes hasta las seis.
¿Por qué elegiste Derecho?
En ese momento yo no podía venir a Asunción para estudiar Ciencias de la Comunicación. Mi papá había tenido un accidente automovilístico muy grave que nos tocó mucho como familia. Mi mamá y yo tomamos muchas responsabilidades, que antes las asumía claramente mi papá pero que en ese momento no podía ser. Tuvimos un bajón económico, no demasiado grande pero todo golpea. Yo pensaba en que le iba dejar a mi mamá con mis hermanos muy chicos; entonces, dije: "Me quedo". Y estudié Derecho en Villarrica.
¿En ese tiempo qué pasó?
Empecé a querer hacer algunas cosas en la empresa de mi papá y chocamos un poquitito, porque no teníamos las mismas perspectivas. Entonces, abrí mi propio negocio y a los 19 años tenía mi propia tienda de importación de calzados femeninos. Fue la primera tienda exclusiva para zapatos de mujeres en Villarrica. Y no era contrabando, era de importación (risas); por eso es mi orgullo. Se llamaba Miss Diamond, porque me gustaba mucho Marilyn Monroe. Gracias a eso y juntando con mis ahorros, cumplí mi sueño de toda la vida: irme de mochilera a Europa durante un mes y medio.
¿Cuándo decidiste probar suerte en Asunción?
Ya había terminado mi carrera, era abogada, me iba superbién en mi negocio. Yo no me quería quedar con las ganas. Soy una persona que piensa que si vos querés hacer, tenés que hacer sí o sí. Y esa mentalidad la tengo gracias a mi mamá. Porque ella me decía: "Puede ser que te digan no, pero ¿y si te dicen que sí? No te pierdas la chance de probar". Ella siempre fue así con todo y llegó un momento en que lo apliqué en mi vida. La verdad dije: "Yo quiero ser la próxima Menchi". Le amo a Menchi. Ella es lo máximo. Lo más lindo de nuestro país después de la bandera. Le admiro muchísimo. Y no me refiero a ser exactamente igual a ella, pero sí lo que representa. Y al conocerla no se me cayó la imagen que tenía de ella; al contrario, la quiero más. Le mando un saludo a Menchi (risas).
Pensé que si me quedaba en Villarrica, no iba a poder probar eso. Entonces le dije a mi familia: "Yo tengo ahorros, tengo la posibilidad, pero ningún contacto". Mi familia me dijo: "Nosotros tampoco. ¿Te querés tirar?". "Sí, me quiero tirar". Y así vine. Empecé a hacer castings, probé aquí, probé allá. En febrero del 2013 me mudé y en marzo ya tenía trabajo en radio Top Milenium, rockera mal, que está en mi corazón. Me dieron un horario que jamás en la vida pensé que iba poder hacer: de 7 a 9 de la mañana y de lunes a viernes. Lo hicimos. Tres meses después me contrata esa misma empresa para Radio Conquistador. Sí, pasaba mucho Christian Castro (risas).
¿Qué pasó después?
A los dos meses de estar en Top Milenium me escucha Marze Pérez, él estaba armando el equipo para sacar Los 40 principales, en 92.3. Me contactan y me dicen: "Te queremos con nosotros". Hice una especie de casting, hablaron con los directivos y me dijeron que vaya el próximo lunes porque en breve arrancaban. Les dije que no podía, que me acababa de contratar otra radio y que no le podía plantar a alguien que me dio toda la confianza. Lo comprendieron. Me dijeron que me entendían y así paso. Se abrió Los 40, yo escuchaba la radio, le escuchaba a Marze Pérez. Me encantaba la radio, la onda, la música. Y yo pensaba: "¿Será que tomé una mala decisión?". Pero creía, creo y procuro ser buena persona. Creo mucho en la lealtad también.
Pero no fue el último llamado…
En octubre de ese año me escribió otra vez Marze para ver algo para el año siguiente. Le dije sí y nunca más me contactó. Yo pensaba que me dejó colgada hasta que en diciembre me manda otro mensaje: "¿Estás adentro o afuera?". "Adentro".
Hablé con mi jefe. Cumplí un año en Top Milenium y fui a Los 40. En un horario que, de nuevo, jamás pensé que hubiese hecho: de 6 a 9 de la mañana, porque yo nunca me desperté tan temprano. Y Marze, cuando me conoció, me dijo: "Pero sí vos sos lo más morning people que hay".
Y ahora estas en Hei Radio. ¿Cómo llegaste ahí?
Renuncié a Los 40 pensando que tendría que volver a Villarrica, porque algunas cuestiones no me tenían más contenta. Renuncié un lunes y toda esa semana recibí llamados de medios que jamás pensé que me iban a escuchar. No podía creer. Llegué a Hei a la semana de haber renunciado. Y eso que le había llamado a mi mamá para decirle que iba y nunca llegué, ¡no me pude ir porque ya me habían contratado! Gracias a que Marze Pérez le dijo a Dani Da Rosa que yo era la persona que tenía que estar en su medio. Y heme aquí. Viviendo desde entonces los meses más felices de mi vida. De verdad. Por eso para mí, acá en Asunción, la persona más importante de mi carrera es Marze, él me descubrió. Vio algo en mí que nadie estaba viendo: esa chispa para hacer funcionar la primera mañana. Y ahora estoy hace tres años en ese horario.
El 21 de setiembre del año pasado arrancó El Megáfono. Le íbamos a poner otro nombre, pero un día Dani Da Rosa me pregunta cómo se llamaba mi primer programa en Villarrica. "El Megáfono" –le digo- "¿Te gusta?". "Le amo", me responde él. Ese programa es una máquina de amor y energía.
¿Qué pasó con la tienda ahora que vivís acá?
Con Miss Diamond seguimos trabajando durante dos años más mientras estuve por acá, con la grandiosa ayuda de mi mamá, quien me daba más que una mano con eso. Pero el último año, decidí que no podía hacer bien todas las cosas y como a mí el "vai vai" me parece casi una ofensa, marqué prioridades. Le dimos un cierre que me costó muchísimo emocionalmente, pero lo hicimos en un buen momento. Esa tienda me dio tantas alegrías. Mis colaboradoras Eva, Eli y Marta era unas mujeres guapísimas. En algún momento, esto va a volver. Mi lado emprendedor-empresarial siempre está ahí, latiendo.
¿Alguna vez tuviste vergüenza de hablar en público o estar frente a un auditorio?
Sí. Muchas veces, al principio. Pero después me fui dando cuenta que tenía cierta forma linda de conectarme enseguida con la gente. Raro era, pero reconfortante. Aunque no creas, hasta hoy me pongo muy nerviosa cada vez que tengo que conducir un evento. Creo que es parte de la magia de todo esto. Soy una entusiasta de que las cosas salgan bien; por ende, me preocupo bastante. Hasta ahora, la surfeé bien, creo (risas).
¿Cómo te mantenés fiel a vos misma en los medios?
Creo que tengo una base muy fuerte porque siempre trabajé para conseguir las cosas. Y entonces defiendo a muerte lo que tengo porque trabajé por ello, claro que no sola, pero me rodeé de buena gente; me sigo rodeando. Además, si me desubico mi mamá no tiene ningún problema en decirme: "Qué te creés, explicame". Mis hermanos lo mismo. Villarrica. Cada vez que voy ellos están felices conmigo y creo que puedo decir -y esto es muy grande para mí- que soy profeta en mi tierra porque en mi Villarrica están contentos conmigo. Ellos me vieron crecer en esta profesión.
Una de tus palabras favoritas es amar. ¿Qué significa para vos?
La gente dice: "Tus verdaderos amigos están cuando te va mal y ahí sabes quién te quiere". Yo tengo otra teoría: el que se halla con vos cuando te va bien, ese te quiere. Hablo de amistad, familia, pareja. No es por nada, pero compartir la felicidad del otro tiene una altura espiritual. Yo creo en el poder del amor por sobre todas las cosas. Yo hago radio con amor. Yo veo amor en las personas. Y trato de ser mi mejor versión, mejor que ayer. Me gusta reconstruirme, redescubrirme.