Combatientes sirios respaldados por Estados Unidos y las fuerzas iraquíes acorralaron con sendos ataques al grupo Estado Islámico (EI) este miércoles, en dos de las mayores ofensivas terrestres registradas hasta la fecha contra los yihadistas.
Los combatientes árabes y kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) lanzaron este miércoles una operación en el norte de la provincia de Raqa. La coalición perpetró "100 ataques desde entonces", según Abdel Rahmane, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Las FDS están lideradas por las fuerzas de los YPG kurdas, consideradas por Estados Unidos como el contingente más eficaz en la lucha contra la organización extremista, que proclamó en 2014 un "califato" entre Siria e Irak.
La operación se concentra por ahora en el norte de la ciudad de Raqa, capital de facto del EI en Siria, situada a 90 km al sur de la frontera turca.
Esta ofensiva se desarrolla principalmente en los alrededores de Ayn Issa, una localidad a 55 km al norte de la ciudad fortificada por los yihadistas y habitada por unos 300.000 habitantes.
"Las FDS liberaron dos campos agrícolas a 5 km al sureste de Ayn Issa", anunciaron este miércoles.
Territorio muy grande para controlar
"Por el momento, nuestro objetivo es liberar el norte de la provincia", contestó el miércoles a los periodistas por teleconferencia Talal Sello, el portavoz de las FDS.
"Aún no se contempla la liberación de (la ciudad de) Raqa", añadió y explicó que esto se haría en el marco de otra operación posterior y "en función de las circunstancias".
Según el OSDH, entre 10.000 y 15.000 combatientes de las FDS participan en esta operación, la más importante contra el EI.
Una fuente de las YPG indicó a la AFP que estas fuerzas "recibieron armas norteamericanas".
El EI no debería insistir en defender un gran territorio como lo hizo con la ciudad kurda de Kobané, que finalmente perdió en enero de 2015, o en Tall Abyad, la gran ciudad del norte de Raqa de donde fue igualmente expulsado.
"Después del fracaso de Kobané, donde el EI perdió miles de combatientes, y sobre todo después de Tall Abyad, el EI se repliega sin apenas combatir", señaló a la AFP Romain Caillet, experto de lo movimientos yihadistas.
El territorio será "a la larga demasiado grande para él e imposible de controlar", precisó.
Pero la toma de la ciudad sigue siendo un objetivo más complejo y el EI se sirve de la población como escudo humano.
"Utilizan a los civiles como muralla. Se les ve en los mismos edificios" de la ciudad, afirmó a la AFP Abdel Aziz al Hamza, cofundador del grupo "Raqqa is Being Slaughtered Silently".
La reconquista de Raqa representa, con la de Faluya y la de Mosul en Irak, el gran objetivo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra el EI.
Rusia, que apoya militarmente al régimen del presidente sirio Bashar al Asad, anunció por su parte estar dispuesto a coordinarse con las FDS y Estados Unidos para expulsar al EI de Raqa.
El EI reivindicó el lunes un doble atentado en los sectores del oeste del país controlados por el régimen y hasta ahora a salvo de la guerra. El balance aumentó, pasando a 184 muertos, informó el OSDH este miércoles.
Al otro lado de la frontera, las fuerzas iraquíes estrechaban el asedio alrededor de Faluya, un bastión yiahdista a 50 km al oeste de Bagdad donde están atrapados unos 50.000 civiles.
La ofensiva sobre Faluya, lanzada el lunes por el primer ministro Haider al Abadi, ya ha permitido la reconquista de la pequeña localidad de Garma, al noreste de la ciudad, permitiendo más avances hacia el bastión yihadista.