- Queda mucho por hacer, hay 687.000 personas en situación de hambre.
Por Nilza Ferreira
[gdlr_styled_box content_color="#ffffff" background_color="#9ada55" corner_color="#3d6817" ]EL PERFIL DE José R. Molinas Vega. , Ph.D.
Ministro secretario ejecutivo de la Secretaría de Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP) desde agosto del 2013.
Es Doctor en Economía por la Universidad de Massachusetts, Amherst. Antes de su nombramiento como ministro de la STP, fue coordinador del sector Desarrollo Humano (Protección Social, Salud, Educación y Empleo) para Asia Central del Banco Mundial, con sede en Almaty, Kazajstán, entre los años 2012 y 2013.
Fue economista senior en el Banco Mundial (Washington, DC – EEUU) en el Grupo de Pobreza, Equidad y Género en el Departamento de Reducción de Pobreza y Política Económica (PREM) en América Latina y el Caribe entre los años 2005 y 2012.
Asimismo, Molinas fue fundador y director del Instituto Desarrollo.
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El ministro secretario ejecutivo de la Secretaría Técnica de Planificación (STP) José Molinas resalta la reducción de la pobreza en Paraguay, en un momento adverso producto de la naturaleza que tuvo su repercusión en la producción agrícola.
Sin embargo, considera que conviene ser precavido antes de cantar victoria, puesto que 687.000 compatriotas sobreviven con apenas G. 10.500 por día por persona. En entrevista con La Nación, el secretario de Estado habla del proyecto de promover negocios inclusivos con el apoyo del sector privado que generen rentabilidad a las familias en el marco de la lucha contra la pobreza.
–¿Cuáles son los avances en materia de lucha contra la pobreza en el Paraguay?
–Hace unos días se publicaron los datos de pobreza extrema y pobreza y cabe destacar que el nivel de pobreza extrema es de 9,97% y el nivel de pobreza total, que además de la pobreza extrema incluye la pobreza moderada es del 22,2%. Estos son los niveles más bajos de pobreza extrema y de pobreza que se registraron en Paraguay desde 1997, año en que se inició la serie.
–¿En qué contexto se da la reducción?
–Es importante destacar que esa reducción de pobreza se ha dado en un contexto adverso, hay contracción regional, caída de los precios de los productos agrícolas donde se concentra el 75% de la pobreza extrema y un fenómeno del Niño muy duro que aumentó las precipitaciones a más que el doble de su ritmo actual y produjo inundaciones que solamente fueron superadas por las del '82 y '83.
–¿Cuántos compatriotas siguen viviendo en pobreza extrema?
–No estamos aquí para cantar victoria, dado que todavía persisten 687.000 compatriotas que están en situación de pobreza extrema. La situación de pobreza extrema se define como aquellos que no pueden comprar la canasta básica de alimentos y por lo tanto están en una situación de hambre. De esos 687.000 en pobreza extrema y hambre, 494.000 están en el área rural y sus vecinos producen alimentos para alimentar a 60 millones de personas. Tal es así que Paraguay es el cuarto exportador de soja a nivel mundial, el sexto exportador de carne y en el vecindario donde se genera esta producción existen 494.000 compatriotas en situación de hambre. Necesitamos ir más rápido.
–¿Estas 687.000 personas sobreviven con cuántos guaraníes por día?
–Con menos de 10.500 guaraníes por día por persona. Ese es el costo de la canasta de alimentos.
–¿Y qué estrategia está implementando el Gobierno para reducir la pobreza?
–La estrategia del Gobierno que está en la dirección correcta porque ha permitido una reducción de la pobreza en un contexto adverso es la siguiente: en primer lugar hacer un llamado a la acción de los estamentos de la sociedad paraguaya, de los diversos niveles del sector público, del sector privado y de la sociedad civil. Que todos juntos trabajemos para reducir la pobreza extrema y el hambre como una causa nacional.
–¿Los programas de transferencias monetarias también forman parte del plan?
–Otra estrategia es identificar de forma precisa a las familias en situación de pobreza extrema y de pobreza. Empezamos este proceso de identificación en el área rural y visitamos 250.000 hogares y de esos 250.000 hogares analizamos su situación socioeconómica y nos dimos cuenta de que 32.000 están en situación de pobreza extrema, 45.000 hogares están en situación de pobreza moderada y ahí ya tenemos cerca de 80.000 hogares rurales en situación de pobreza. A estos hogares lo conectamos con servicios sociales de calidad en las transferencias monetarias condicionadas del programa Tekoporã y de adultos mayores. Se han expandido los programas de transferencias monetarias de Tekoporã de 80.000 personas en el 2013 a 131.000 se han expandido las transferencias de los adultos mayores de 78.000 a 150.000, monitoreamos que reciban atención de salud, de educación, que tengan cédula de identidad, que crecientemente se vayan conectando a condiciones de viviendas más dignas, que incluyan también la provisión de agua y saneamiento.
–¿Qué se hace para potenciar el área de la agricultura familiar?
–Estamos propiciando la incorporación de tecnología en los procesos productivos rurales. No se puede salir adelante con un mecanismo de producción desfasado por siglos como hoy está produciendo la agricultura familiar y estamos también implementando sistemas de monitoreo en la gestión pública más efectivos. Y quisiéramos incluir una campaña de mayor conexión de la sociedad con estas familias en situación de pobreza.
–¿Usted considera que estas estrategias aplicadas incidieron en los indicadores de pobreza?
–Sí, eso está dando sus frutos, estamos avanzando en la dirección correcta. Pero yo quisiera enfatizar, que el desafío todavía es muy grande, queda mucho todavía por hacer porque hay 687.000 compatriotas en situación de pobreza y hambre y ahí es donde tenemos que aunar esfuerzos y trabajar en forma más efectiva y más coordinada para darles soluciones a ellos como sociedad.
–¿Qué plantea para mejorar las condiciones de vida de esas 687.000 personas?
–Lo que estamos explorando con el sector privado, con la sociedad civil y ahora con los medios de prensa, reforzar las líneas de acciones en cuatro dimensiones: primero verificar que el Estado le haga llegar todo el paquete de oferta pública a cada una de estas 32.000 familias que están en situación de pobreza extrema que ya lo conocemos en forma precisa. Que se generen campañas de tiempo voluntario para trabajar con estas familias, pero también que generemos cada vez más fondos para tener negocios inclusivos con estas familias. Creemos que la alternativa sostenible es involucrarlos a estas familias en cadenas de valor productivas.