La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) se reunió en asamblea extraordinaria y dio a conocer ayer un comunicado en el que piden perdón por los hechos de abuso sexuales cometidos contra menores de edad. "Condenamos estos hechos porque contradicen el mensaje cristiano y la misión de la Iglesia, y pedimos perdón por todos ellos", señala parte del comunicado que prosigue asegurando que existe un compromiso "sincero y determinado de la búsqueda de la verdad".

Asimismo, expresaron su cercanía con los afectados por los graves delitos y "asumiendo nuestra responsabilidad de pastores nos comprometemos a luchar decididamente para evitar que hechos de esta naturaleza produzcan el incalculable daño a todos los que confían en la Iglesia y sus pastores".

Los obispos del Paraguay aseguran que continuarán con las investigaciones relacionadas a las denuncias de abuso sexual en menores y niegan que estén encubriendo a los sacerdotes pederastas y pedófilos. Sostienen que la población tiene derecho a recibir información veraz, responsable y ecuánime.

"Proseguiremos con las oportunas investigaciones, según las prescripciones previstas en el Protocolo para investigar denuncias contra clérigos sobre abuso sexual de menores (julio 2015) hasta que se diluciden los casos y los que resulten culpables sean severamente sancionados como corresponde", sostienen en el documento.

Los religiosos sostienen que la población tiene derecho a recibir información veraz, responsable y ecuánime con relación a los casos de denuncias que salieron a la luz.

Aseguran que sienten un inmenso dolor por el escándalo "de quienes han causado graves consecuencias en personas vulnerables".

Los casos de denuncia de abusos sexuales salieron a la luz pública tras la investigación llevada adelante por La Nación, bajo la denominación Iglesia Oscura, donde se denunció que el sacerdote argentino, Carlos Ibáñez se refugió en el país desde hace más de dos décadas, luego de ser acusado por abuso en la localidad de Bell Ville, Córdoba, Argentina.