Por Christian Pérez

"Siempre he tenido la bendición de estar en los momentos justos, cuando más se necesita aparecer, me preparo para eso", afirma convencido y lleno de optimismo Sebastián Abreu, quien hasta aquí ha jugado solamente cuatro partidos (de 15), acumulando solamente 176 minutos en cancha. El "Loco", como se lo conoce en cualquier parte del mundo, no se siente "bajoneado" por su escasa participación en Sol de América, al contrario, mentalmente está más firme que en cualquier momento de su carrera fue aportar lo suyo y eso se percibe en cada respuesta que brinda.

Como él mismo lo dice, en los momentos que parecen que las cosas no van bien, "el de arriba" le tira una "cuerdita" para lucirse y reivindicarse y es lo que está esperando el atacante uruguayo de 39 años.

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Tocado por una varita mágica desde sus inicios, Abreu cree que el destino le tiene preparado seguramente alguna sorpresa en el fútbol paraguayo. Quién sabe, capaz como en tantas otras ocasiones le toque ser protagonista de algún juego definitorio. Quizás como en Tecos, en Botafogo, como en la Celeste en el Mundial 2010, el fútbol le regale la oportunidad de agrandar su historia. Seguramente más de uno lo da por acabado, pero es el "Loco" y repasando su historial, es capaz de cualquier milagro.

El delantero uruguayo que orilla la cuarta década y que lleva casi 22 años en el fútbol, tiene un valor envidiable y muy contagioso: optimismo puro. Está convencido de que cada persona, con su actitud y su forma de ser, llama a esa energía positiva para crear las situaciones que uno debe saber aprovechar, tanto en la vida como en el deporte más lindo del planeta.

Luego de 27 traspasos, recorriendo 3 continentes, 9 países y 21 clubes diferentes, Sebastián Washington Abreu no piensa en el final de su carrera y su única obsesión ahora, es hacer historia con Sol luego de 25 largos años y así añadir una estrella más a su museo de conquistas. Confiesa que cada mañana se despierta con las mismas ganas, con la misma pasión y con el fuego sagrado que desde 22 años siente por el fútbol.

Abreu y un penal inolvidable, el de la "picadita" ante Ghana en Sudáfrica 2010.

-¿Cómo estás viendo al equipo?, ¿qué le pasó a Sol en los últimos partidos?

-Ya no nos están dando tanto los contragolpes, que era un arma fuerte que teníamos. Estamos en la búsqueda de tener más protagonismo. Quedan nueve fechas y la ilusión intacta. Ya que estamos en este baile, no nos queremos bajar y encima saber que hay una motivación extra de romper 25 años sin título.

-¿Te ves con Sol como campeón del Apertura?

-No es pecar de egocéntrico, pero si ven mi currículum con 13 títulos, me he transformado en alguien que siempre se ilusiona con ser campeón. Una cosa es decirlo y otra cosa es conseguirlo. Si lo he podido lograr tantas veces, no es una utopía pensar en poderlo conseguir con Sol.

-Jugaste muy poco hasta aquí ¿cómo asimila un jugador de tanta jerarquía no ser tenido en cuenta, ni como hombre de alternativa?

-No tengo continuidad, solo me queda aprender de esto, absorberlo y aprovechar las oportunidades. Es una situación extraña que no me ha sucedido demasiado en mi carrera, pero la realidad es esta. Pero mentalmente estoy más fuerte que nunca. A mi edad lo que tenés que hacer es mantener la parte física y psicológicamente estar preparado.

Siempre he tenido la bendición de estar en los momentos justos, cuando más se necesita aparecer, me preparo para eso. Como siempre digo, el de arriba me ha regalado de más. A lo largo de mi carrera siempre tuve esa cuerdita que el de arriba me da. Es toda una química positiva. Uno debe predicar con ejemplo, no hacer declaraciones para generar presión, no crear inconvenientes en el grupo. Hay que ser buen compañero y a partir de ahí aprovechar las oportunidades.

-¿Qué te sorprendió de Paraguay?

-¡El calor! Jugar a la hora que nos tocó en su momento. Después de los dos primeros partidos le comenté al entrenador para poder entrar los segundos tiempos. Puso a otro jugador y después no se dio la chance lamentablemente de tener esa adaptación de jugar algunos minutos. Lo sufrí mucho los primeros partidos.

-¿Qué jugadores te asombraron en Sol de América?

-Christian Paredes, el volante central, tiene un futuro enorme. Otro que me sorprendió y que si toma algunos recaudos puede llegar a ser un jugador transferible es 'Pinti' Álvarez. Es diferente y cualquier equipo necesita jugador de su calidad.

-Cuando llegaste a Sol y ves a un 'gordito' ('Pinti' Álvarez), ¿qué pensaste?

-Él es un prototipo parecido al de Salvador Cabañas, pero obviamente sin marketing, no tiene jefe de prensa, no ha llegado a la selección, no juega en un equipo grande. Algunos conocidos me llaman y preguntan qué jugadores puedo recomendar al fútbol brasileño y mexicano. He recomendado a 'Pinti', porque tiene potencial para jugar en el exterior.

Abreu en el fútbol paraguayo, todo un lujo. Foto: Wilfrido Ortega.

DEMASIADO HONESTO

Recorriste mucho y conocés casi todo sobre este deporte. A tu parecer, ¿qué le faltaría al fútbol paraguayo?

-No me siento capacitado para hablar de eso en dos meses y medio que estoy. Sería muy atrevido de mi parte hacerme el "todólogo", el que habla de todo, pero no sabe nada.

-¿Cuánto de fútbol le queda al "Loco"? y ¿ya no te ilusionás con La Celeste?

-Mientras se mantenga ese fuego sagrado y esa pasión por el fútbol, seguiré haciéndolo. Disfruto levantarme para entrenar, disfruto jugar. La selección se extraña siempre, es lo más lindo que le puede pasar a un futbolista. Hay que ser realista, existe un cambio generacional y están otros muchachos que lo hacen muy bien. Solo queda apoyar y colaborar.

-¿Qué pasa con los jóvenes por ahora?, ¿por qué les cuesta mantener la humildad y consolidarse como profesionales?

-Ha cambiado mucho todo. Antes, de 25 jugadores éramos 5 chicos y 20 grandes. Era un plantel de hombres que te iban encaminando. Ahora es al revés. Además, se les facilita muchas cosas a través de los empresarios; se les da un auto, le dicen cosas que le gustan al oído sin ser la realidad. Los grandes de cierta manera tienen que ir mostrándole qué está bien o mal. Es como con los hijos, tenés que saber tratarlos. Al principio les molesta y luego lo aceptan porque saben que es para mejorar.

-Justamente muchos de estos jóvenes te veían como ídolos y se pasaban admirando tus "locuras" y ahora te tienen como compañero. ¿Les costó adaptarse o asimilar que eras uno más del equipo?

-A medida que te van tratando se dan cuenta que uno es normal, que no tiene ninguna enfermedad de "estrellitis". Tampoco marco la diferencia. Inicialmente por mi forma de ser, como que miraron, no me conocían, pero luego vieron que era todo positivo. Tener hijos adolescentes te ayuda en el relacionamiento.

-Por último, ¿qué te falta por cumplir?

-Siempre que estoy en un nuevo desafío es ser campeón. Con los años, después de ver las posibilidades que me ha dado el deporte, uno ya se acostumbra a eso y siempre busca eso. Es difícil, complicado, lo tengo clarísimo, pero cuando te faltan nueve fechas, te encontrás en una situación privilegiada, te la tenés que creer, siendo realista, sabiendo tus limitaciones, no creyéndote que sos más que los demás.

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